No todos los aniversarios son iguales. Para muestra, basta ver lo que ha sucedido en el Medio Oriente en el centenario de la Gran Guerra que estallรณ hace un siglo y cambiรณ para siempre la historia del mundo. El mapa que Inglaterra y Francia idearon en 1918 para aquella regiรณn del imperio Otomano que hoy se conoce como Medio Oriente, estรก en vรญas de extinciรณn. La guerra civil en Siria se ha extendido a Iraq y desdibujado las fronteras de posguerra.
ISIS, el retoรฑo iraquรญ de Al Qaeda tan activo en Siria, ha perdido iniciales –ahora es nada mรกs IS o Reino Islรกmico– y su sangriento lรญder Abu Bakr al-Baghdadi se ha autonombrado Califa. El nuevo “representante de Mahoma”, amenaza con establecer un califato islรกmico, no sรณlo en Iraq, sino tambiรฉn en la Gran Siria –que incluye a Lรญbano e Israel– en Egipto, y despuรฉs, por quรฉ no, en el mundo entero.
El proyecto fundamentalista de IS(IS), junto con su flamante Califa, podrรญan ser desechados como un arcaรญsmo ahistรณrico –jamรกs existiรณ un califato รกrabe como el que pretende (re)establecer al-Baghdadi– si ISIS no hubiera mostrado una notable disciplina y poderรญo militar en su despliegue territorial. Ocupa ahora una buena porciรณn del noreste sirio y parte del territorio iraquรญ poblado por sunรญes, y ha puesto en jaque al gobierno de Nouri al-Maliki que pretende gobernar desde Bagdad un paรญs fragmentado.
Al- Maliki, un chiรญta, tiene una buena parte de responsabilidad: ha atizado el fuego de la enemistad entre chiรญtas, que forman la mayorรญa de la poblaciรณn iraquรญ, y los sunรญes que gobernaron Iraq hasta la invasiรณn norteamericana en 2003. Pero รฉl es nada mรกs un peรณn en la lucha que ha tenido por tres aรฑos como escenario a Siria y que esconde el enfrentamiento entre el Irรกn chiรญta –y sus aliados– y los sunรญes que encabeza Arabia Saudita.
Lo que sucede en el Medio Oriente es un conflicto tribal, sectario y religioso. Pero es antes que nada una lucha por el poder que ha transformado no sรณlo la polรญtica, sino la geopolรญtica. Ha dado lugar a alianzas que hubieran sido impensables hace algunos aรฑos y convertido a grupos tradicionalmente dรฉbiles en el fiel de la balanza. Es el caso de los kurdos.
Los kurdos son tal vez la nacionalidad mรกs numerosa en el mundo sin un Estado propio. Viven en un territorio unido geogrรกficamente, pero dividido por las fronteras de cuatro paรญses. La mayorรญa –14 millones– viven en Turquรญa donde fueron reprimidos por dรฉcadas, una buena porciรณn –mรกs de 6 millones– habitan en el norte de Iraq y el resto en Siria e Irรกn.
Hasta 2003, merecรญan apenas una nota al piรฉ de pรกgina, pero la invasiรณn norteamericana les regalรณ a los kurdos iraquรญes una autonomรญa y libertad de maniobra inรฉditas. Ahora, esa regiรณn se llama Kurdistรกn, tiene un gobierno y milicia propios, y puede convertirse en un Estado independiente. Kurdistรกn es hoy por hoy el mejor baluarte en contra de las ambiciones de ISIS y para fortalecerse ha establecido una alianza tรกcita con Turquรญa y, mรกs notable aun, con el mayor enemigo de Iraq: Israel.
El primer ministro turco Erdogan apoya al Kurdistรกn y le permite usar sus puertos para comerciar su principal recurso –petrรณleo– porque quiere acabar con cualquier asomo de inestabilidad en el oriente de su paรญs, el hogar turco de los kurdos, y porque necesita sus votos para ganar la presidencia en las elecciones de agosto. Un juego peligroso, porque la independencia del Kurdistรกn iraquรญ podrรญa fortalecer el nacionalismo de los kurdos en Turquรญa y generar precisamente el separatismo que Erdogan quiere evitar.
Kurdos e israelรญes empezaron a cooperar en los aรฑos sesenta. Para debilitar a Saddam Hussein y multiplicar su escasa red de aliados en la regiรณn, Israel empezรณ a dar a los kurdos iraquรญes asesorรญa y entrenamiento militar. La relaciรณn se ha fortalecido en los รบltimos aรฑos. Israel importa petrรณleo kurdo y ha apoyado la independencia de Kurdistรกn a contracorriente de la polรญtica norteamericana que se opone a la fragmentaciรณn de Iraq. Entre vecinos hostiles como Irรกn, una Siria desgarrada por la guerra, y el avance de ISIS, Kurdistรกn ha estado dispuesto hasta a firmar un pacto con el diablo para garantizar su supervivencia. Es lo que ha hecho con Israel: la cercanรญa con los israelรญes fortalece su posiciรณn militar y le abre la puerta al uso futuro de los oleoductos israelรญes y, a travรฉs de ellos, al mercado asiรกtico.
Entre tanta violencia y encono, es bueno que en el Medio Oriente algunos puedan darse la mano por encima de diferencias polรญticas y religiosas.
(Publicado previament en el periรณdico Reforma)
Estudiรณ Historia del Arte en la UIA y Relaciones Internacionales y Ciencia Polรญtica en El Colegio de Mรฉxico y la Universidad de Oxford, Inglaterra.