Los Arregi: dos vidas vascas

Los Arregi: dos vidas vascas

El teรณlogo y polรญtico Joseba Arregi, que falleciรณ el 13 de septiembre, fue una de las figuras mรกs libres y coherentes del panorama intelectual vasco. Creรญa que โ€œel nacionalismo ha pasado de gobernar como si ETA no existiera, a hacerlo como si ETA nunca hubiera existidoโ€.
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Rikardo

Rikardo Arregi falleciรณ en un accidente de trรกfico en el verano de 1969. Solamente tenรญa veintisiete aรฑos, pero ya habรญa despuntado en el universo cultural vasco que lo habรญa premiado por sus trabajos en euskera. Nacido en Andoรกin (Guipรบzcoa) en el seno de una familia de tradiciรณn nacionalista, Arregi habรญa estudiado en el colegio de La Salle y pasado una temporada en el seminario. Saliรณ de allรญ con estudios de filosofรญa para matricularse en ciencias econรณmicas.

Su militancia polรญtica le llevรณ a ser detenido y acusado de pertenencia a Euzko Gaztedi, las juventudes del Partido Nacionalista Vasco. Estuvo en la cรกrcel durante cuatro meses en 1964. Arregi fue un prolรญfico articulista en Zeruko ArgiaAnaitasuna o Jakin, algunas de las revistas que consiguieron mantener la llama viva del euskera durante el rรฉgimen franquista. Destacaba por su original manera de tratar los temas polรญticos, siempre apuntalando sus trabajos con reflexiรณn filosรณfica y una mirada internacional que le aupaba sobre la realidad mรกs localista. Hoy se le reconoce como uno de los mรกs importantes impulsores del proceso de alfabetizaciรณn de adultos en lengua vasca unificada.

Rikardo Arregi fue una voz original y sensata en aquel mundo ordinario y alocado de finales de los sesenta. Tan pronto reflexionaba sobre las posibles estructuras polรญticas europeas como interrelacionaba los pensamientos de Balmes y Kant. En 1967, habรญa escrito un texto escandaloso en Jakin, la mancheta de los franciscanos del santuario de Arรกnzazu, titulado โ€œEuskaltzaleen Jainkoa hil behar duguโ€ (โ€œtenemos que matar al Dios de los vasquistasโ€).

Dentro de un ambiente de raigambre catรณlica, aunque ya tambaleante, y en un contexto de movilizaciones y radicalizaciรณn, Arregi se lanzaba a denunciar al Dios del nacionalismo aranista y de sus prosรฉlitos. Entendรญa que esta era una realidad alienante, que estaba construida a imagen y semejanza de las gentes del PNV. Y, de paso, se arriesgaba a denunciar la identificaciรณn tradicional de โ€œeuskaldun fededunโ€ (โ€œel que tiene euskera tiene feโ€). Para Arregi, el euskera y la cultura creada en este idioma debรญan romper con el imaginario ruralista y religioso que los legitimaba.

Pero Arregi no se detuvo en aquella crรญtica, tambiรฉn atacรณ otra vรญa que se abrรญa paso entonces, la que pretendรญa buscar las esencias รฉtnicas en una รฉpoca pasada tan idealizada como pagana. Como ha seรฑalado uno de sus biรณgrafos, Arregi se enfrentรณ a tres crisis simultรกneas: la de la fe, la del socialismo y la del nacionalismo. Rikardo Arregi intentรณ animar entonces la discusiรณn pรบblica para aportar un poco de luz a la confusiรณn de sus tres crisis, que tambiรฉn lo eran de toda una generaciรณn.

Los jรณvenes vascos de entonces estuvieron marcados por los Evangelios (el episodio mรกs aplaudido por todos ellos era la expulsiรณn de los mercaderes), con una sobresaturaciรณn de lecturas de Frantz Fanon y el sueรฑo de compartir camino con Ernesto Che Guevara. ยฟCรณmo habrรญa sido su evoluciรณn posterior? No lo sabemos. O, mejor dicho, nunca lo podremos saber. Pero hay un hilo intelectual que le emparenta con su hermano Joseba a travรฉs del tiempo y que hay que recordar en estos momentos: ambos disfrutaron de una libertad a contrapelo.

Joseba

Joseba Arregi ha fallecido en Bilbao a los 75 aรฑos tras sobrellevar un cรกncer devastador. Se habรญa convertido en una de las figuras mรกs libres y coherentes del convulso panorama polรญtico e intelectual vasco. Muchos de los obituarios de estos dรญas han recordado que se habรญa alejado del nacionalismo. Al contrario de lo que se daba a entender, Joseba no fue libre por abandonar la militancia nacionalista. Ya era libre desde mucho antes. Su padre habรญa sido un cuadro directivo del nacionalismo vasco. Otro hermano ha tenido una intensa actividad como dirigente local nacionalista en su localidad natal.

Por aquel hogar recalaron muchos de los militantes nacionalistas en la clandestinidad y personalidades centrales de la cultura vasca. Tras completar estudios teolรณgicos en Alemania y de sociologรญa en la Universidad de Deusto, comenzรณ a participar activamente en el PNV hasta convertirse en consejero de Cultura y portavoz del Gobierno Vasco durante los mandatos de Josรฉ Antonio Ardanza (1984-1995). Entre los logros de aquella labor se encuentra, por ejemplo, su participaciรณn directa en las negociaciones con la Fundaciรณn Guggenheim para traer el museo a Bilbao.

Poco a poco, se fue sintiendo arrinconado entre los suyos por las decisiones polรญticas que se iban tomando y, especialmente, por diversos roces en materia lingรผรญstica dentro del propio gobierno. Eran los aรฑos del Acuerdo de Estella entre las fuerzas nacionalistas y de aquella aventura soberanista que fue la Propuesta de Estatuto Polรญtico de la Comunidad de Euskadi, conocido popularmente como el Plan Ibarretxe.

En 2001, Arregi anunciรณ que abandonaba la polรญtica renunciando a presentarse de nuevo en las listas al Parlamento Vasco. Antes habรญa propuesto, en obras como Euskadi invertebrada (1999) o La naciรณn vasca posible (2000), la necesidad de repensar una propuesta nacionalista que se fundamentase en una idea democrรกtica y liberal, que defendiese los principios que regulan las libertades individuales y los derechos de los ciudadanos. La distancia en cuestiones bรกsicas y fundamentales se habรญa convertido en una fosa abisal con sus antiguos compaรฑeros.

En 2004, abandonรณ definitivamente la militancia nacionalista para trabajar en aquellos objetivos en los que creรญa y en proyectos que primasen el largo plazo. Y lo concretรณ poco despuรฉs en Aldaketa (Cambio), una plataforma cรญvica que defendiรณ un cambio polรญtico en Euskadi y una regeneraciรณn de la cultura polรญtica vasca que permitiese una alternancia real en el poder autonรณmico. El cambio se produjo, pero no durรณ mรกs que una legislatura con Patxi Lรณpez como lehendakari gracias a un acuerdo de investidura con el Partido Popular.

Para Arregi, el problema vasco no era solamente el terrorismo de ETA. Como consecuencia de esta violencia y de las dinรกmicas alimentadas a lo largo de dรฉcadas, la cultura polรญtica vasca se habรญa alejado de los supuestos fundamentales de cualquier democracia y las reglas de convivencia pluralista. Por ello, Joseba Arregi consideraba que la memoria de las vรญctimas era una cuestiรณn de moral pรบblica que podrรญa ayudar a definir institucionalmente de otra manera el Paรญs Vasco, rompiendo con la hegemonรญa nacionalista.

A todo ello dedicรณ un libro esencial, El terror de ETA. La narrativa de las vรญctimas (2015), donde expresaba la clave de bรณveda de su pensamiento: โ€œel nacionalismo ha pasado de gobernar como si ETA no existiera, a hacerlo como si ETA nunca hubiera existidoโ€. O, como seรฑalรณ en un artรญculo periodรญstico con un juego de palabras, โ€œcuando todo es nada y todos nadieโ€. Porque la acumulaciรณn de cifras y de memorias llevada a cabo por los nacionalistas pretende, en รบltima instancia, desdibujar del relato la significaciรณn del terrorismo y de sus vรญctimas. En el fondo, muchos siguen pensando que los asesinos podrรญan estar profundamente equivocados, pero seguรญan siendo nuestros chavales.

Definiendo la vida

En junio de 2013, se celebraba la vigesimoquinta ediciรณn de los Premios de periodismo en euskera Rikardo Arregi. En esa ocasiรณn, Joseba hablรณ de su hermano en un discurso que se convirtiรณ en un pequeรฑo ejercicio de memoria familiar. Terminaba su testimonio con un pรกrrafo que entrelazaba sus respectivos proyectos de vida y de pensamiento. Probablemente sea el mejor homenaje para ambos:

Aquellos tiempos pasaron. Lo que ha ocurrido desde entonces no era lo รบnico que podรญa haber sucedido. Tenรญamos a mano otras alternativas. El dogma de la violencia ha destrozado todas las demรกs opciones, y ha deshecho las esperanzas de entonces. Ahora, nos dicen, andamos sumergidos en la batalla del recuerdo, de la memoria. Quizรก debiรฉramos recordar algunas de las ideas principales de Rikardo si queremos futuro y si queremos labrar una memoria capaz de futuro: el individuo como meta, su libertad, el ser humano en su concreciรณn โ€“aunque el mismo Rikardo cometiera algunos errores lรณgicos al argumentar esta concreciรณnโ€“, trabajar una crรญtica acerada contra todos los falsos dioses, mirar hacia fuera en lugar de encerrarnos dentro de casa, esforzarnos por aprender siempre de nuevo, procurar conseguir la libertad de renovarnos y de cambiar. Pues asรญ se define la vida, una vida que no puede ser aniquilada por un accidente, pero sรญ por comportamientos contrarios que la ahogan con facilidad.

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Historiador especializado en el mundo contemporรกneo y profesor universitario.


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