Afganistรกn Talibanes
Foto: Adam Rountree/ZUMA Press Wire

Los idus de agosto

La corrupciรณn en el gobierno afgano, permitida y reforzada por el estadounidense, la intervenciรณn de Pakistรกn, la complicidad de poderosas figuras polรญticas y una dosis de autoengaรฑo fueron los factores clave que se conjuntaron en el reciente clรญmax de un fiasco de dos dรฉcadas en Afganistรกn.
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En 2001, cubrรญ para la National Public Radio la caรญda de los talibanes, y en diciembre lleguรฉ hasta su antigua capital, Kandahar, dรญas antes de que el rรฉgimen colapsara. Conforme bajaba por la pendiente de la รบltima gran colina antes de llegar a esta ciudad del desierto, vislumbrรฉ un pueblo fantasma. Camionetas con lanzacohetes patrullaban las calles. La gente tiraba de las mangas de mis amigos milicianos, indicรกndoles dรณnde encontrar armas escondidas de los talibanes, o conduciรฉndolos hacia sus รบltimos reductos. Pero la mayorรญa se quedaba en sus casas.

Era el Ramadรกn. Unos dรญas despuรฉs, durante la celebraciรณn con que concluรญa el ayuno de un mes, la alegrรญa contenida hizo erupciรณn. Las cometas volaron. Unos jinetes montados en hermosos caballos enjaezados atravesaban una plaza polvorienta, una carrera tras otra, mientras una multitud festiva les aplaudรญa. Esto era Kandahar, el corazรณn de las tierras talibanes. Nadie corriรณ, presa del pรกnico, hacia el aeropuerto.

Estuve haciendo reporteo durante mรกs o menos un mes, y luego le pasรฉ la antorcha a Steve Inskeep, quien hoy conduce el noticiero Morning Edition de NPR. Volvรญ un par de meses despuรฉs, ya no como reportera, sino para tratar realmente de hacer algo. Me quedรฉ diez aรฑos. Dirigรญ dos organizaciones sin fines de lucro en Kandahar, viviendo en una casa comรบn y corriente y hablando pastรบn; mรกs adelante trabajรฉ con dos comandantes de las fuerzas internacionales, y luego con el jefe del Estado Mayor Conjunto de los Estados Unidos.

Desde ese punto de vista, hablando como estadounidense, como habitante adoptiva de Kandahar y como antigua funcionaria del gobierno de Estados Unidos, esto son los factores clave que, a mi entender, se conjuntaron en el reciente clรญmax de un fiasco de dos dรฉcadas.

 

La corrupciรณn del gobierno afgano y el papel que Estados Unidos jugรณ para permitirla y reforzarla

Segรบn supe hace poco, Rahman Rahmani, el รบltimo presidente del parlamento afgano, es multimillonario gracias a los contratos monopรณlicos que obtuvo para proveer de combustible y seguridad a las fuerzas estadounidenses en Bagram, la que fue su base principal. ยฟEsta es la clase de gobierno por el cual la gente estarรญa dispuesta a sacrificar su vida?

Hace veinte aรฑos, los jรณvenes de Kandahar me contaban que las milicias muyahidines, a las que los estadounidenses habรญan armado y dotado de uniformes, les sacaban dinero en los retenes. Para 2007, me visitaban delegaciones de ancianos, que acudรญan a mรญ porque era la รบnica estadounidense que tenรญa la puerta abierta y que hablaba pastรบn, de modo que no habรญa intermediarios que distorsionaran o reportaran lo que habรญan dicho. Mientras comรญamos almendras endulzadas y bebรญamos tรฉ, me decรญan alguna versiรณn de esto: โ€œlos talibanes nos golpearon en esta mejilla, y el gobierno nos golpea en la otraโ€. El hombre ya mayor que actuaba como portavoz del grupo se abofeteaba mientras lo decรญa.

Yo y muchas personas mรกs pasamos aรฑos tratando de convencer a los responsables de las polรญticas estadounidenses de que no podรญa esperarse que los afganos se arriesgaran en nombre de un gobierno que era tan hostil hacia sus intereses como los propios talibanes. A mรญ me tomรณ un rato, y muchos errores propios, llegar a esa conclusiรณn. Pero lleguรฉ.

Durante dos dรฉcadas, los lรญderes estadounidenses en Afganistรกn y en Washington se mostraron incapaces de recibir este sencillo mensaje. Yo dejรฉ de intentar transmitirlo cuando, en 2011, un proceso que involucrรณ a varias agencias llegรณ a la decisiรณn de que Estados Unidos no iba a abordar el problema de la corrupciรณn en Afganistรกn. A partir de ese momento, fue una polรญtica explรญcita ignorar uno de los dos factores que iba a determinar el destino de todos nuestros esfuerzos. En ese momento supe que el desenlace que presenciamos en dรญas recientes era inevitable.

A los estadounidenses nos gusta pensar que intentamos valientemente llevar la democracia a Afganistรกn, y que los afganos no estaban listos, o que la democracia no les importaba lo suficiente como para defenderla. O bien, repetimos el clichรฉ de que los afganos siempre han rechazado la intervenciรณn extranjera, y que Estados Unidos es solo la mรกs reciente de una larga lista de potencias expulsadas.

Pero yo estuve ahรญ. Los afganos no nos rechazaban. Mรกs bien, nos veรญan como ejemplo a seguir en cuanto a democracia y Estado de derecho. Pensaban que eso era lo que Estados Unidos representaba.

ยฟY quรฉ fue lo que representamos? ยฟQuรฉ floreciรณ mientras estuvimos a cargo? El amiguismo, la corrupciรณn rampante, un esquema Ponzi disfrazado de sistema bancario, diseรฑado por especialistas en finanzas estadounidenses en la misma รฉpoca en que otros expertos estaban incubando la crisis de 2008. Un sistema de gobierno en el que los multimillonarios dictan las reglas. ยฟEsto es la democracia estadounidense?

 

Pakistรกn

La intervenciรณn del gobierno de ese paรญs โ€“y en particular, de sus altos mandos militaresโ€“ en los asuntos de su vecino es el segundo factor que determinarรญa el destino de la misiรณn estadounidense.

Habrรกn escuchado decir que los talibanes surgieron a inicios de la dรฉcada de los 90 en Kandahar. Eso es incorrecto. A lo largo de los aรฑos conduje decenas de conversaciones y entrevistas, tanto con actores involucrados en el drama como con personas comunes y corrientes que fueron testigos de los eventos que se desarrollaron en Kandahar y en Quetta, Pakistรกn. Todos ellos dijeron que los talibanes surgieron primero en Pakistรกn.

Los talibanes fueron un proyecto estratรฉgico de la Inter-Services Intelligence (ISI), la principal agencia de inteligencia militar de Pakistรกn. De hecho, esta agencia llegรณ a conducir estudios de mercado en los pueblos cercanos a Kandahar, para probar la etiqueta y los mensajes. โ€œTalibรกnโ€ funcionaba bien: evocaba la imagen de jรณvenes estudiantes que aprendรญan de los lรญderes religiosos de cada aldea. Se les conocรญa por ser sobrios, estudiosos y amables. Estos talibanes, decรญan los mensajes creados por el ISI, no tenรญan interรฉs en gobernar. Solo querรญan que los milicianos que infestaban la ciudad dejaran de extorsionar a la gente en cada esquina.

Pero tanto la etiqueta como el mensaje eran mentiras.

En pocos aรฑos, Osama bin Laden encontrรณ hogar entre los talibanes, en su capital de facto, Kandahar, a menos de una hora en coche desde Quetta. Luego organizรณ los ataques del 11 de septiembre y huyรณ a Pakistรกn, donde finalmente lo encontraron las fuerzas estadounidenses. Vivรญa en una casa de seguridad en Abbottabad, prรกcticamente dentro de los terrenos de la academia militar paquistanรญ. Aun sabiendo lo que sabรญa, me resultรณ sorprendente: nunca pensรฉ que el ISI podrรญa ser tan descarado.

Mientras tanto, desde 2002, el ISI habรญa estado reconfigurando a los talibanes: ayudรกndolos a reagruparse, entrenando y equipando unidades, desarrollando una estrategia militar, salvรกndolos de operativos clave cuando personal estadounidense los habรญa identificado y puesto en el blanco. Por eso el gobierno paquistanรญ no fue avisado con antelaciรณn de la incursiรณn contra Bin Laden: los oficiales estadounidenses temรญan que el ISI lo alertarรญa.

En 2011, mi jefe, el almirante Mike Mullen, que dejaba su cargo al frente del Estado Mayor Conjunto, testificรณ ante el Comitรฉ de las Fuerzas Armadas del Senado que los talibanes eran โ€œun brazo virtual del ISIโ€.

Y ahora esto.

ยฟDe verdad podemos suponer que los talibanes, una milicia desarticulada, escondida en las montaรฑas, como tanto se nos ha dicho, pudo ejecutar una campaรฑa tan sofisticada sin apoyo internacional? ยฟDe dรณnde creemos que saliรณ el plan? ยฟQuiรฉn dio las รณrdenes? ยฟQuiรฉn proveyรณ todos esos hombres, todo ese armamento, ese cuantioso caudal de dinero para sobornar a los oficiales de la policรญa y el ejรฉrcito afganos? ยฟCรณmo es que en Kandahar se nombraron nuevos oficiales menos de un dรญa despuรฉs de que la ciudad cayรณ? El nuevo gobernador, el alcalde, el director de educaciรณn y el jefe de la policรญa hablan con acento de Kandahar, pero nadie que yo conozca ha oรญdo hablar de ellos. Yo tambiรฉn hablo con acento de Kandahar. Quetta estรก lleno de pastunes โ€“que son el principal grupo รฉtnico de Afganistรกnโ€“, de gente de ascendencia afgana y de sus hijos. ยฟQuiรฉnes son estos nuevos funcionarios?

A lo largo de aquellos aรฑos, por cierto, el ejรฉrcito paquistanรญ tambiรฉn compartiรณ tecnologรญa nuclear con Irรกn y Corea del Norte. Pero durante dos dรฉcadas, mientras todo esto ocurrรญa, Estados Unidos insistiรณ en considerarlos aliados. Todavรญa es asรญ.

 

Hamid Karzai

Durante las conversaciones que tuve a inicios de la dรฉcada de 2000 acerca del papel de Pakistรกn en el primer alzamiento talibรกn, supe de un hecho sobrecogedor: Hamid Karzai, elegido por Estados Unidos para conducir Afganistรกn una vez que habรญa caรญdo el rรฉgimen talibรกn, era de hecho el intermediario que negociรณ la entrada de los talibanes en Afganistรกn en 1994.

Pasรฉ meses investigando estas historias. Hablรฉ con personas que habรญan trabajado en la casa de Karzai. Hablรฉ con Mullah Naqib, un excomandante muyahidรญn que admitiรณ que el mensaje que Karzai estaba vendiendo lo habรญa persuadido. El antiguo comandante tambiรฉn reconociรณ que se encontraba desesperado por la mala conducta de sus propios hombres. Hablรฉ con su principal lugarteniente, que estaba en desacuerdo con su comandante y se llevรณ a sus hombres a la colindante provincia de Helmand, para seguir luchando. Supe que el propio padre de Karzai rompiรณ con รฉl a causa de su apoyo al proyecto del ISI. Miembros del servicio domรฉstico de Karzai y vecinos de Quetta me contaron de las frecuentes reuniones que Karzai sostuvo con talibanes armados en su casa en esa ciudad, en los meses previos a su toma del poder.

Y contemplad: Karzai emerge abruptamente de este remolino, a la cabeza de un โ€œcomitรฉ coordinadorโ€ que va a negociar el retorno de los talibanes al poder. ยฟDe nuevo?

Una vez mรกs, sabiendo lo que sabรญa, me quedรฉ sorprendida. La sorpresa me durรณ como cuatro segundos. Luego todo me pareciรณ claro.

Pienso que Karzai pudo ser, una vez mรกs, un mediador clave para negociar esta rendiciรณn, asรญ como lo hizo en 1994, reclutando esta vez a ciertas figuras desacreditadas del pasado de Afganistรกn, conforme le resultaran รบtiles. Abdullah Abdullah, quien compartiรณ el poder con Ashraf Ghani, podรญa hablar con sus antiguos compaรฑeros de batalla, los comandantes muyahidines del norte y del oeste del paรญs. Tal vez escucharon algunos de estos nombres, conforme rindieron sus ciudades en dรญas pasados: Ismail Khan, Dostum, Atta Muhammad Noor. La otra persona que es mencionada junto con Karzai es Gulbuddin Hikmatyar, un genuino comandante talibรกn que podrรญa encabezar algunas conversaciones con ellos y con el ISI.

Como los estadounidenses hemos observado en nuestro propio contexto โ€“por ejemplo, con el movimiento #MeToo, con las movilizaciones tras el asesinato de George Floyd o el ataque al Capitolio del 6 de eneroโ€“, los eventos abruptos a menudo se cocinan en silencio durante aรฑos. El repentino colapso del esfuerzo estadounidense de 20 aรฑos en Afganistรกn es, en mi opiniรณn, uno de esos casos.

Pensando en esta hipรณtesis, me pregunto cuรกl fue el rol de Zalmay Khalilzad, enviado especial de Estados Unidos. Este amigo de Karzai fue quien condujo a nombre del gobierno de Trump las negociaciones con los talibanes, en el curso de las cuales el gobierno afgano se vio forzado a hacer una concesiรณn tras otra. ยฟEn verdad el presidente Biden no pudo encontrar a alguien mรกs para ese puesto que a un afgano-estadounidense con claros conflictos de interรฉs, cercano al ex vicepresidente Dick Cheney, y que hizo cabildeรณ en favor de un oleoducto que cruzarรญa Afganistรกn la รบltima vez que los talibanes tuvieron el poder?

 

Autoengaรฑo

ยฟCuรกntas veces leyeron historias acerca del continuo avance de las fuerzas de seguridad afganas? ยฟCuรกntas veces, a lo largo de las รบltimas dos dรฉcadas, escucharon a algรบn funcionario estadounidense proclamar que los aparatosos ataques talibanes en entornos urbanos eran signos de su โ€œdesesperaciรณnโ€ y su โ€œincapacidad para controlar el territorioโ€? ยฟCuรกntos relatos reconfortantes oyeron acerca del bien que estaba haciendo Estados Unidos, especialmente para las mujeres y las niรฑas?

ยฟA quiรฉn engaรฑรกbamos? ยฟA nosotros mismos?

ยฟSobre quรฉ mรกs nos estamos engaรฑando?

Un รบltimo punto. Pienso que las cabezas civiles estadounidenses, a lo largo de cuatro administraciones, son mayormente responsables de lo que ocurre hoy. Ciertamente, algunos comandantes militares formaron parte del autoengaรฑo. Puedo identificar, e identifiquรฉ, errores en algunos de los generales con los que trabajรฉ o a los que observรฉ. Pero las fuerzas armadas estรกn sujetas al control civil. Y los dos principales problemas que mencionรฉ arriba, la corrupciรณn y Pakistรกn, son asuntos civiles. No son problemas que puedan resolver los hombres y mujeres en uniforme. Pero ningรบn alto funcionario civil estuvo dispuesto a enfrentar estos problemas cuando se les llamรณ a hacerlo. Para ellos, el riesgo polรญtico era demasiado alto.

Hoy, cuando muchos de esos funcionarios disfrutan su retiro, ยฟquiรฉn sufre las consecuencias?

 

Traducciรณn de Emilio Rivaud Delgado.

Versiรณn adaptada del texto publicado originalmente en SarahHayes.com. Reproducido con autorizaciรณn.

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