Medios y mujeres: discriminarlas o compadecerlas

En el quehacer periodรญstico diario es comรบn toparse con prรกcticas discriminatoriasย contra las mujeresย disfrazadas de elogios, hipรฉrboles o coberturas especiales.ย 
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El pasado mes de octubre, una joven de 20 aรฑos llamada Marisol Valles Garcรญa, asumiรณ la jefatura de la policรญa del municipio de Praxedis G. Guerrero, altamente conflictivo por la presencia de grupos de la delincuencia organizada. Era un puesto pรบblico que implicaba un riesgo alto que no podรญa ser asumido con ingenuidad, sobre todo por alguien que se estaba preparando en criminologรญa. Los medios, sin embargo, tomaron bajo su tutela a la funcionaria, quien de inmediato fue calificada como “la mujer mรกs valiente de Mรฉxico”.

Los periodistas iniciaron una decidida campaรฑa de respaldo a Valles Garcรญa (“sรณlo escribir su nombre provoca respeto y miedo”, decรญan algunas notas), no por la desventaja que representaba hacer frente a delincuentes fuertemente armados con apenas 19 agentes mal equipados (nueve mujeres incluidas en el grupo), sino por el hecho de ser mujer.

El caso de Marisol Valles es una muestra de cรณmo los medios reproducen sin advertirlo presunciones culturales sobre la “debilidad fรญsica” y la “vulnerabilidad” de las mujeres que se reflejan en visiones que desde el elogio y el uso de la hipรฉrbole en realidad encubren un trato profundamente discriminatorio.

La perspectiva de gรฉnero implica mucho mรกs que establecer contrapesos al papel predominante del hombre como actor o fuente de la noticia en la agenda de los medios. Como afirman las autoras del manual Por un periodismo no sexista. Pautas para comunicar desde una perspectiva de gรฉnero en Chile, “reflexionar sobre el proceso de construcciรณn de noticias y sus impactos en la equidad, debiera ser un desafรญo para toda la comunidad periodรญstica”.

Es cierto que el trato discriminatorio suele ser mรกs claro cuando la violencia contra la mujer es notoria y evidente. Basta con echar una mirada a algunas publicaciones para advertir que las mujeres en general solo tienen dos papeles posibles; el de vรญctimas y el de objetos de deseo, aunque tambiรฉn pueden alcanzar primeras planas cuando se les involucra en delitos, caso en el cual se les califica peyorativamente, o se les ridiculiza con sobrenombres.

Pero tambiรฉn en su supuesto compromiso por investigar y denunciar a los abusadores, no es raro que empresas de comunicaciรณn despojen a las mujeres de la dignidad a la que tienen derecho. La ausencia de estรกndares รฉticos o la falta de preparaciรณn por parte de reporteros y editores los conduce a ignorar que, por mรกs interรฉs pรบblico que pueda argumentarse en la difusiรณn de un hecho noticioso, no debe divulgarse informaciรณn que pueda conducir a la identificaciรณn de personas abusadas, como lo hizo el periรณdico digital SDP Noticias al revelar el nombre de una menor de edad supuestamente seducida por el ex gobernador Mario Marรญn. 

Difรญcilmente se repara en la naturaleza estructural de la violencia contra las mujeres y las concepciones de gรฉnero construidas socialmente; es mรกs fรกcil compadecerlas, por lo que es frecuente encontrar en los medios electrรณnicos notas musicalizadas sobre feminicidio y violencia machista o primeros planos y close up de mujeres que ha perdido a algรบn ser querido, nada de lo cual contribuye en lo mรกs mรญnimo a la comprensiรณn del hecho.

En el contexto de violencia actual, es usual encontrar que los trabajos periodรญsticos agotan las posibles lรญneas en los crรญmenes de cualquier naturaleza contra hombres, se analizan elementos del entorno, posibles vinculaciones a grupos en pugna e incluso sus repercusiones polรญticas. La visiรณn de lo femenino es diferente; se recurre a la personalizaciรณn de los casos y cuando quienes las acosan, lastiman o engaรฑan son hombres a estos se les tacha de monstruos o psicรณpatas, como si fuesen seres excepcionales y no unos delincuentes que normalizan la violencia de gรฉnero.

Tal como lo advierte Abril Violeta Zarco en un extraordinario texto, los medios de comunicaciรณn, al reproducir estereotipos, desigualdades y jerarquรญa, construyen una ideologรญa de gรฉnero, de manera que los periodistas tienen una gran responsabilidad de informarse para informar. Hay pues una callada discriminaciรณn que se oculta en el encomio y la sorpresa por la mujer que desempeรฑa varias funciones, lo mismo que en los especiales del Dรญa de las Madres, como si ejercer la maternidad (bien o mal) fuera un elemento relevante para valorar la conducta y desempeรฑo pรบblico de nadie.

El periodismo con perspectiva de gรฉnero necesariamente tiende a eliminar las prescripciones sociales, pero estas mismas nos han ocasionado ceguera de taller: todo resulta tan normal que fรกcilmente se pierde de vista el tufo sexista de los planteamientos y las expresiones. Valga comoejemplo una nota publicadahace unos aรฑos,titulada "Guapas e inteligentes", en la cual se hace una pequeรฑa semblanza de cuatro mujeres involucradas en la polรญtica. A una de ellas, agotado el tema de su interรฉs por incursionar en ese campo, se le preguntaba ¿te perjudica o te beneficia tener ojos bonitos?

 

(Fuente de la imagen)

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Periodista. Autor de Los voceros del fin del mundo (Libros de la Araucaria).


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