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Es un asunto de seguridad nacional

Un anรกlisis del mรฉtodo con el que el gobierno estadounidense designa las amenazas a la seguridad nacional permite hacer algunas preguntas sobre la realidad mexicana.
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Hay de prioridades a prioridades, de tareas gubernamentales a tareas de Estado, de temas cotidianos a inundaciones con muertos, pero en la punta de la pirรกmide de la importancia pรบblica estรกn los asuntos de seguridad nacional.

El mรกs reciente nรบmero de Foreign Affairs incluye un ensayo central que borda esto con una interesante crรญtica al mรฉtodo con el que asignan prioridades los estadounidenses, lo que permite, a travรฉs del contraste, colgar aquรญ y allรก algunas preguntas sobre la realidad mexicana.

En teorรญa, una amenaza a la seguridad nacional es un fenรณmeno, grupo interno o fuerza externa que pone en riesgo la viabilidad del Estado. Definir la viabilidad del Estado es un poco mรกs difรญcil, pero podemos simplificar: se refiere a la continuidad de instituciones, normas y acuerdos de convivencia en un territorio dado que permiten cierta seguridad y certidumbre en el uso de recursos. Un Estado es viable si el gobierno puede hacerse obedecer, si puede cobrar impuestos y si puede usarlos.

La posibilidad de una invasiรณn extranjera โ€“o extraterrestreโ€“ es claramente una amenaza a la viabilidad de un Estado y por lo tanto, a la seguridad nacional. Una revoluciรณn es una amenaza de seguridad nacional. Un grupo criminal con poder de fuego y recursos econรณmicos mayores a los del gobierno es una amenaza a la seguridad nacional.

En Estados Unidos, este tipo de amenazas se ponen periรณdicamente en una lista y, ya en esta, reciben atenciรณn y recursos, con la lรณgica de que deben considerarse prioridades de la administraciรณn federal. Asรญ naciรณ la CIA en 1947 y por eso el Pentรกgono tiene mucho mรกs dinero que el Departamento de Estado. Los presidentes norteamericanos parecen gozar con el juego de la famosa lista: desde George Washington hasta Joe Biden, el registro de amenazas presentadas en el reporte y en el discurso anual no ha hecho sino crecer. La violencia de las poblaciones nativas, la expansiรณn de la Uniรณn Soviรฉtica, el terrorismo, el comunismo interno, la frontera con Mรฉxico, la seguridad alimentaria, los virus, la migraciรณn, la competencia china, Hamรกs, la inteligencia artificial, el agua, Vladimir Putin, los monopolios tecnolรณgicos, la carrera energรฉtica, Oriente Medio, Corea del Norte, el VIH, la proliferaciรณn nuclear y el fentanilo son algunos de los temas que han engrosado el reporte anual de la Estrategia de Seguridad Nacional que se entrega al Congreso.

El autor del artรญculo, Daniel W. Drezner, critica la facilidad de los gobiernos del paรญs del norte para usar el tรฉrmino de amenaza a la seguridad nacional ante la menor inquietud y la primera comezรณn. Si todo es seguridad nacional, dice, se pierden de vista las amenazas urgentes, se disloca la lรณgica de las prioridades y luego nadie ve venir el ataque de Hamรกs a Israel pero, sobre todo, se pierde la claridad del impacto real de ese ataque en Estados Unidos y en su viabilidad como Estado.

En Mรฉxico nos pasa exactamente lo contrario. La nociรณn de seguridad nacional como tema de preocupaciรณn pรบblica es relativamente reciente y no queda claro si el fentanilo, los huracanes, el Cรกrtel Jalisco Nueva Generaciรณn o el Cรกrtel de Sinaloa son amenazas a la seguridad nacional o solo problemas graves.

Para conocer las amenazas concretas en Estados Unidos, basta una bรบsqueda simple en Google. En dos clics aparece el documento oficial pรบblico elaborado por el Departamento de Seguridad Nacional con un listado especรญfico de lo que los aparatos de inteligencia detectan. Obviamente no hay estrategias desplegadas en el documento, pero los ciudadanos pueden saber quรฉ es prioritario para su gobierno.

En Mรฉxico es un poco mรกs difรญcil. La Ley de Seguridad Nacional tiene un listado de amenazas, pero son definiciones, no actores ni grupos ni fenรณmenos de coyuntura. Eso no significa que no los tengan: la Secretarรญa de la Defensa siempre ha cubierto ese flanco, aunque la labor compete actualmente al Consejo Nacional de Seguridad, al Centro Nacional de Inteligencia y a la propia Secretarรญa de Seguridad.

Hay una agenda nacional de riesgos, que se entiende como el documento estratรฉgico de inteligencia para el sistema nacional de seguridad, pero reto a quienes no forman parte de ese sistema a que lo encuentren.  No es de dominio pรบblico.

Ignoro si esta secrecรญa es mรกs adecuada para nuestro paรญs que la exageraciรณn estadounidense, pero me inclino a pensar que la discusiรณn pรบblica se enriquece, y enriquece las polรญticas pรบblicas, cuando se sabe con certeza cuรกles actores del crimen organizado son solo graves problemas y cuรกles pueden poner en jaque al Estado mexicano. ~

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es politรณloga y analista.


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