Foto: Río Doce

¿Qué hacer con la tragedia de Javier Valdez?

La presión pública que sobrevino al asesinato, en 1990, de la activista Norma Corona Sapién, aceleró la creación de la CNDH. ¿Puede el asesinato del periodista sinaloense detonar la creación de algo que haga frente a la amenazante situación que padecen los periodistas en México?
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Norma Corona Sapién fue asesinada a plena luz del día en Culiacán el 21 de mayo de 1990 por investigar abusos oficiales. Semanas antes de su muerte había documentado la tortura y ejecución de un abogado y tres personas de origen venezolano, llevadas a cabo por un comando policial al servicio del Cártel de Sinaloa.

Este crimen cimbró a la sociedad local, así como también a la comunidad nacional e internacional. Diversos organismos demandaron esclarecer los hechos y encontrar a los asesinos de la abogada y activista. Ante la presión, el entonces presidente Carlos Salinas de Gortari aceleró la creación de la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH). Casi un mes después, en la ceremonia de instalación del organismo, el mandatario abordó directamente el caso: “Un crimen aberrante que no debe quedar impune”. El asesinato de Corona fue el primer expediente que abrió la CNDH. Ese mismo año resultaron detenidos y procesados los implicados.

La muerte de una activista querida y respetada en Sinaloa y el resto del país tiene símiles con la del periodista Javier Valdez Cárdenas, asesinado también en mayo pero de este año, muy probablemente por alguna facción del Cártel de Sinaloa, según han revelado sus compañeros del semanario Río Doce, aunado a que la organización criminal no se ha deslindado del trágico suceso. La participación de un elemento o instancia oficial tampoco puede ser descartada.

Mientras se esclarecen los hechos, así como el asesinato de Norma Corona germinó en la CNDH, el homicidio de Javier Valdez ha detonado la creación de algo que podría hacer frente a la amenazante situación que padecen los periodistas en México. Por lo menos esa es la sensación que se generó entre el 14 y 16 de junio, en las mesas de trabajo de #AgendadePeriodistas, al término de las cuales casi 400 participantes desprovistos de autocompasión acordaron crear un plan de acción contra la violencia y definir durante los siguientes meses las características de una nueva estructura organizativa que defienda al periodismo de los misólogos que quieren acabar con él.

Una diferencia entre lo que provocaron ambas tragedias es que la CNDH –derivada de la de Corona–, aunque es un organismo con cierta nobleza, nació gracias al presidencialismo de la época, mientras que #AgendadePeriodistas –surgida a partir de Valdez– es hasta ahora una respuesta colectiva y racional realizada en buena medida por periodistas de distintos lugares, experiencias, generaciones y perspectivas.

Aún es prematuro asegurar que la tragedia de Javier Valdez será un parteaguas como lo fue la de Norma Corona. Lo que sí puede decirse ya es que a raíz de ella, hay decenas de periodistas de todo el país tratando de producir una fina grieta en la firmeza de un poder cada vez más anegado en sangre.

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