Manuel Valls, ex primer ministro de Francia, en 2015.
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Valls, Barcelona, Europa

La confirmaciรณn de Valls al frente de la candidatura municipal de Barcelona serรญa la ratificaciรณn de que Europa es una realidad polรญtica y social que permite trascender las fronteras de los Estados miembros.
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Esta semana ha causado gran expectaciรณn la posible candidatura del ex primer ministro de Francia, Manuel Valls, a la alcaldรญa de Barcelona por Ciudadanos. Este texto no pretende analizar las virtudes o los defectos de Valls, ni si la proposiciรณn es una buena o mala estrategia electoral por parte de Ciudadanos. Quiero detenerme en el significado que tendrรญa una candidatura de este tipo hoy en Europa.

La Uniรณn Europea fue alguna vez un proyecto de aspiraciรณn federalizante. Su vocaciรณn integradora se tradujo en esa expresiรณn tan usada durante los aรฑos 80 y 90: โ€œAn ever closer unionโ€. Sin embargo, el estallido de la crisis econรณmica alentรณ el ensimismamiento de los Estados, el repliegue hacia las fronteras nacionales y el retorno a un discurso marcadamente intergubernamentalista que frenรณ en seco la posibilidad federal.

La recesiรณn fue solo el principio. Despuรฉs llegaron el populismo y el nacionalismo para retar a las instituciones europeas y tambiรฉn para poner en cuestiรณn el orden democrรกtico liberal. El ascenso de estos lรญderes y partidos tuvo, no obstante, un efecto positivo inesperado: despertรณ el interรฉs de los europeos por la polรญtica de los demรกs estados miembros. Por primera vez habรญa un interรฉs electoral transfronterizo, que aumentรณ la cobertura y el seguimiento de los comicios en lugares como Austria, Holanda, Francia o Italia.

Comenzaba a emerger algo que podรญa parecerse a un demos europeo. Este interรฉs tiene que ver con la consolidaciรณn de las estructuras polรญticas y las instituciones europeas, pero tambiรฉn con la movilidad que facilitรณ el espacio comรบn. Cuรกntos espaรฑoles habrรญan querido poder votar en el referรฉndum sobre la salida de Reino Unido de la UE, un paรญs que es o ha sido la casa de tantos de nosotros.

Pero la emergencia de un mercado de electores con intereses y referencias polรญticas compartidas no es suficiente. Es tambiรฉn necesario que el mercado de partidos y candidatos se abra para superar las fronteras de los viejos Estados-naciรณn.

En este sentido, la candidatura de Manuel Valls para una elecciรณn espaรฑola serรญa una excelente noticia para Europa. Superada la peor parte de la crisis econรณmica, la UE ha de decidir si quiere retomar su proyecto de integraciรณn. La elecciรณn de Macron al frente de la polรญtica francesa ha despertado un gran optimismo de cara a esta tarea, pues el nuevo presidente de Francia parece haber hecho su mayor apuesta polรญtica en el nivel supranacional y no en el domรฉstico. Algo estรก cambiando.

Siguiendo este impulso, la confirmaciรณn de Valls al frente de la candidatura municipal de Barcelona lanzarรญa un doble mensaje a Europa. Por un lado, serรญa la ratificaciรณn de que Europa es una realidad polรญtica y social que permite trascender las fronteras de los Estados miembros, forjando un mercado de lรญderes, partidos y electores compartido, y que va mucho mรกs allรก de la configuraciรณn del Parlamento Europeo.

A este espaldarazo al proyecto comรบn habrรญa que aรฑadir que una candidatura de este tipo lanzarรญa un mensaje de rechazo al populismo y el nacionalismo que han protagonizado la polรญtica continental en los รบltimos aรฑos. La afirmaciรณn de una Europa abierta serรญa la contestaciรณn de los valores que el nacionalpopulismo ha tratado de imponer, predicando un repliegue nacional con รฉnfasis en las fronteras. No solo en Europa, tambiรฉn en Espaรฑa.

Frente a la idea del un sol poble cultivada por el separatismo catalรกn, frente a las polรญticas de la etnicidad y el narcisismo de la diferencia, un candidato europeo saรฑalizarรญa una vocaciรณn de superar las fronteras antes que crearlas, ampliar el mercado polรญtico en lugar de reducirlo e incrementar el pluralismo en vez de perseguir la homogeneidad polรญtica y cultural. Serรญa un ataque frontal al discurso de la exclusiรณn que han enarbolado populistas y nacionalistas, aquรญ y allรก, a lo largo y ancho del viejo continente. Seamos un solo pueblo, sรญ, pero uno que se extienda desde las cumbres del Teide hasta el Cรญrculo Polar รrtico.

 

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Aurora Nacarino-Brabo (Madrid, 1987) ha trabajado como periodista, politรณloga y editora. Es diputada del Partido Popular desde julio de 2023.


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