Justo al cierre de 2021, el Kremlin intensificรณ significativamente su campaรฑa de presiรณn contra las empresas de tecnologรญa estadounidenses, al imponerles las mayores multas de la historia de Rusia para firmas de dicho sector: 100 millones de dรณlares a Google y 27 millones de dรณlares a Facebook por lo que denominรณ una “falla sistemรกtica para eliminar contenidos prohibidos”. Estas cifras sobrepasan las multas anteriores, que solรญan ser de unas decenas o cientos de miles de dรณlares, y suponen un importante aumento en los esfuerzos del Kremlin por incrementar las trabas a las grandes empresas tecnolรณgicas. Asimismo, ilustran las tรกcticas coercitivas del Kremlin, las cuales parecen estar funcionando contra, al menos, una de las grandes empresas tecnolรณgicas.
En septiembre, el gobierno ruso enviรณ cartas a Apple y Google exigiendo que eliminaran una aplicaciรณn mรณvil creada por Alexey Navalny, lรญder de la oposiciรณn, para identificar a los candidatos que no eran respaldados por el Kremlin y tenรญan mรกs posibilidades de ganar en las elecciones. Inicialmente, Apple y Google se negaron. Ante la inminencia de las elecciones nacionales de ese mes, Moscรบ aumentรณ la presiรณn: llamรณ al embajador de Estados Unidos para reprocharle la “interferencia electoral”; citรณ en el parlamento a representantes de las nuevas oficinas locales de Apple y Google y nombrรณ a empleados especรญficos que el Estado enjuiciarรญa. Ademรกs, enviรณ matones enmascarados y armados a merodear alrededor de la oficina de Google en Moscรบ. Como era de esperarse, ambas empresas retiraron la aplicaciรณn de Navalny a finales de esa semana.
Despuรฉs, en octubre, el gobierno ruso โen concreto, el Comitรฉ Estatal de Seguridad y Anticorrupciรณn de la Duma, que forma parte de la cรกmara baja del parlamento rusoโ se reuniรณ con directivos de Google para entregarles una larga lista de demandas adicionales. Los funcionarios del parlamento iniciaron la reuniรณn con un argumento utilizado frecuentemente por el Kremlin, en el que errรณneamente comparan la prestaciรณn de servicios de Google a los crรญticos del rรฉgimen en Rusia (por ejemplo, a Navalny) con una “interferencia” en el proceso electoral ruso.
Posteriormente, los funcionarios rusos presentaron diversas peticiones: que Google impidiera que los usuarios de YouTube en Rusia pudieran cuestionar los resultados de las elecciones; que cumpliera con todas las รณrdenes de censura, incluyendo aquellas en la que Rusia puede denominar cierto contenido como “extremista” (aunque a menudo, solo es contenido polรญtico); que restaurara las cuentas alemanas de la cadena de televisiรณn rusaRT (que YouTube habรญa bloqueado recientemente por difundir desinformaciรณn acerca de la covid-19); y que modificara Google Maps en Rusia para cumplir con la visiรณn del mundo deseada por el Kremlin, incluyendo reflejar la anexiรณn ilegal de Crimea por parte del gobierno ruso. La Duma tambiรฉn reiterรณ que Google debรญa tener una oficina en Rusia, segรบn una ley aprobada en 2021 y que entrรณ en vigor el 1 de enero. El objetivo de la ley es hacer que las empresas extranjeras de tecnologรญa con mรกs de 500 mil usuarios rusos diarios โdesde Spotify hasta Pinterest y Googleโ abran oficinas en Rusia con la finalidad de que el gobierno pueda amenazar y coaccionar a los empleados en su territorio.
La respuesta de Google a estas demandas, al menos por ahora, parece ser contradictoria. Por ejemplo, la publicaciรณn del blog de Google sobre la reuniรณn decรญa que la empresa no tomaba ningรบn partido en las disputas territoriales de los paรญses โaunque “no tomar partido” es, de hecho, tomar partidoโ y que Crimea se muestra para los usuarios rusos de acuerdo con las leyes locales sobre las fronteras estatales. Asimismo, dijo que Google pagรณ todas las multas que se le impusieron. Sin embargo, la empresa no cediรณ en la suspensiรณn de cuentas rusas vinculadas al Estado en otros paรญses. El blog defendiรณ, por ejemplo, la suspensiรณn del canal alemรกn de YouTube de RT porque difundรญa desinformaciรณn de covid-19. Ahora, el Kremlin ha multado a Google con la cifra rรฉcord de 100 millones de dรณlares por no cumplir con sus รณrdenes.
Todo esto es importante para los ciudadanos rusos y para la evoluciรณn de la libertad de internet en el mundo.
YouTube es, por mucho, la plataforma de internet mรกs popular en Rusia, incluso mรกs que VK, el “Facebook Ruso”. La campaรฑa de presiรณn del Kremlin contra Google โque ha incluido desde el bloqueo unilateral de un Google Doc utilizado por Navalny, hasta amenazas a los empleados de Google para que eliminen la aplicaciรณn para los usuarios en Rusiaโ podrรญa socavar la capacidad de las personas rusas para acceder a la informaciรณn independiente y al discurso de otros ciudadanos. Esto no es casualidad. YouTube estรก lleno de contenido que enfurece al Kremlin; de hecho, el video mรกs popular en el YouTube ruso en 2021 fue la investigaciรณn de Navalny sobre el palacio de Putin de 1,300 millones de dรณlares, supuestamente construido con dinero blanqueado. El video fue visto mรกs de 119 millones de veces y ayudรณ a catalizar las protestas contra la corrupciรณn estatal y el posterior encarcelamiento de Navalny.
Las tรกcticas de presiรณn de Rusia ofrecen una alternativa menos tรฉcnica y mรกs coercitiva que, incluso, el modelo de control de internet de Beijรญn. Los รบltimos acontecimientos indican que el enfoque de Moscรบ puede estar funcionando.
Otras empresas, como WhatsApp y Facebook, parecen mantenerse al margen y cumplir tambiรฉn con multas menores y requerimientos de las oficinas locales. No obstante, el dilema actual de Google muestra que el apaciguamiento puede no ser un enfoque viable a largo plazo. Cuanto mรกs se involucren las grandes empresas tecnolรณgicas en los asuntos de mayor prioridad para Putin, como los movimientos de oposiciรณn y la difusiรณn de informaciรณn de crรญtica hacia el presidente, mรกs priorizarรก que estas empresas cedan. Esto significarรก mayor censura, asรญ como demandas de vigilancia hechas directamente a las empresas; el aumento de multas de los tribunales controlados por el Kremlin; ademรกs de acoso, intimidaciรณn y amenazas contra los empleados de las empresas con sede en ese paรญs.
Cuando el Kremlin calificรณ la resistencia a la censura de Apple y Google de โinterferencia electoralโ, no era solo propaganda. Tampoco era bravuconerรญa. Putin y su cรญrculo cercano ven a las empresas de internet estadounidenses como brazos del Estado norteamericano, de ahรญ que la respuesta inicial de Apple y Google provocara las afirmaciones del Kremlin, por muy ilusas y conspiratorias que sean, de que Washington estaba interfiriendo en la polรญtica rusa. Esta visiรณn refleja el concepto en que Putin tiene a los movimientos de oposiciรณn, segรบn el cual no pueden ser producto de decisiones individuales y, por el contrario, son apoyados de manera abierta o encubierta por potencias extranjeras.
Los debates sobre las empresas tecnolรณgicas estadounidenses que operan en regรญmenes autoritarios pueden llegar a convertirse en un tema bastante manipulado: todo se presenta como blanco y negro, con empresas que apoyan o socavan a un dictador. Ciertamente, en algunos casos, las acciones de estas empresas son inaceptables, como cuando Amazon cooperรณ con la censura y la propaganda del gobierno de China simplemente para vender bienes y servicios, los cuales, a diferencia de YouTube, no entran en la categorรญa de distribuciรณn de noticias y opiniones a los ciudadanos de un paรญs. Pero en muchos casos, como en Rusia, las empresas tienen que tomar decisiones complejas sobre cรณmo hacer frente a las demandas en la medida de lo posible. Tambiรฉn tienen que decidir hasta quรฉ punto pueden permanecer en un mercado sin un compromiso serio con un Estado autoritario.
Al mismo tiempo, sin embargo, estas empresas se rigen por la bรบsqueda de ganancias. Y muchas compaรฑรญas que cumplen con los nuevos requisitos de tener una oficina local (herramienta de coerciรณn del Kremlin) no se preparan adecuadamente para un escenario en el que sus empleados son amenazados o perjudicados, porque los ejecutivos, incluyendo los que se encuentran fuera de Rusia, no cumplen con las exigencias del Estado. Algunas de estas empresas tambiรฉn optan por cumplir antes que nada con los requisitos de oficina local en, lugar de, por ejemplo, invertir esos recursos en asegurarse que sus servicios estรฉn disponibles en Rusia a travรฉs de redes privadas virtuales.
Pero si estas enormes multas de fin de aรฑo son una seรฑal, puede que no pase mucho tiempo antes de que algunas empresas estadounidenses de tecnologรญa se vean obligadas a ceder totalmente o abandonar Rusia por completo.
Este artรญculo forma parte del Free Speech Project, una colaboraciรณn entre Future Tense y el Tech, Law, & Security Program del Washington College of Law de la American University, a travรฉs de la cual se analiza la forma en que la tecnologรญa estรก influyendo sobre lo que pensamos acerca de la expresiรณn.
Este artรญculo es publicado gracias a una colaboraciรณn de Letras Libres con Future Tense, un proyecto de Slate, New America, y Arizona State University.
es estudiante en la universidad de Duke, miembro del Duke Center on Law & Techonology y asociado de polรญticas de ciberseguridad en New America.