18 de septiembre

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Nunca habรญa escuchado tanto la palabra โ€œpatriaโ€ como durante estas semanas que llevo en Mรฉxico. Me he acostumbrado, de hecho, a oรญrla: me parece que suena incluso menos vieja, mรกs viva, pues no figura solamente en los discursos polรญticos. Puedo, por supuesto, equivocarme, pero he llegado a pensar que los mexicanos nunca dejaron de usarla. En Chile โ€“puedo equivocarme, sobre todo al hablar de Chile puedo equivocarmeโ€“ en algรบn momento la abandonamos o empezamos a pronunciarla entre comillas, con el asomo de ironรญa que tiene nuestro acento cuando nos toca decir palabras grandes.

โ€œTe vas a librar del bicentenarioโ€, me dijo un amigo al saber que pasarรญa la segunda mitad del aรฑo en el DF. โ€œPero el bicentenario mexicano va a ser peorโ€, le respondรญ, por hacer la broma. Seguรญ las fiestas mexicanas como se sigue un espectรกculo: a veces con distancia, pero tambiรฉn absorto, por momentos, en la trama. Opino con la liviandad de un turista: la celebraciรณn fue larga, linda y rara. Exรณtica, incluso. Si me apuran dirรญa que no la entendรญ tanto pero me gustรณ. ยฟQuรฉ me gustรณ? Tal vez justamente eso; no entenderlo todo, entenderlo a medias. Alejarme del peso de los sรญmbolos. Permitirme una dosis de inocencia.

Entiendo mucho mรกs, por cierto, el bicentenario chileno. Y la pregunta del aguafiestas me parece inevitable. Porque hubo un terremoto y en el sur todavรญa hay familias damnificadas. Porque 34 comuneros mapuches llevan mรกs de dos meses en huelga de hambre y solo han conseguido del gobierno la pรกlida promesa de abrir el diรกlogo. El presidente fue claro cuando dijo que el diรกlogo comenzarรญa una vez finalizada la celebraciรณn del bicentenario. Es tiempo de celebrar, no de buscar soluciones.

Y estรกn los 33 mineros cantando bajo tierra la canciรณn nacional y bailando cueca ante una cรกmara. El presidente โ€“no me gusta, no me acostumbro a escribir su apellidoโ€“ visita nuevamente la zona. โ€œEl espรญritu que se respira en esta mina debe ser el que nos ilumineโ€, dice. โ€œEspero que la prรณxima vez que venga aquรญ sea para abrazar a los 33 mineros en nombre de todos los chilenosโ€, dice. โ€œMe siento orgulloso de ser chileno y de ser presidente de Chileโ€, dice.

Leo noticias, veo videos en internet. Vivo, a la distancia, el bicentenario chileno, y me niego a condescender pero tambiรฉn me resisto, en la medida de lo posible, al sarcasmo. Guardo silencio, entonces. Hago lo que mejor me sale: fumar frente a la pantalla. Luego recuerdo esta frase de Cesare Pavese: โ€œNos hace falta un paรญs, aunque solo sea por el placer de abandonarloโ€. Me parece oportuna y excesiva, sobre todo excesiva. Porque vuelvo pronto a Chile. Y me gusta vivir en Santiago, a veces me gusta mucho.

Cuando niรฑo creรญa que Mรฉxico quedaba cerca, tan cerca como Argentina. Supongo que por las maratones diarias de Chespirito y tambiรฉn por las infaltables rancheras que animaban las tardes en la radio. Reciรฉn en 1985, a los nueve aรฑos, supe que Mรฉxico quedaba lejos. En la tele hablaban del terremoto mexicano, el nuestro habรญa sido el 3 de marzo. Le dije a mi padre que fuรฉramos a Mรฉxico a ayudar. Al decirlo sabรญa que era absurdo, nunca habรญamos salido de Chile, nunca habรญamos ido mรกs allรก del litoral central. ร‰l riรณ lentamente y me dijo que Mรฉxico quedaba muy lejos. Tal vez me mostrรณ un mapa, no lo recuerdo.

Ahora Chile queda lejos, pienso. Pero celebro, celebro el 18 de septiembre: escucho a Los Prisioneros, miro algunas fotos, releo un poema รกcido y hermoso de Enrique Lihn, hablo por Skype con los amigos. Luego pienso en caminar unas cuadras, meterme a un restaurante y honrar a la patria comiendo unos chiles en nogada. Me rรญo tanto de ese chiste malo que es como si estuviera borracho y me acompaรฑara otro borracho, otro chileno, y nuestras risas compitieran largamente. Hasta que la risa de a poco se apaga y me pregunto si hay algo que celebrar en Chile, en Concepciรณn. Me pregunto si hay algo que celebrar en Mรฉxico, en Ciudad Juรกrez. Y no respondo. Miro la pantalla y fumo.

– Alejandro Zambra

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