A rey muerto, Rajoy puesto

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José María Aznar decidió asumir en su segunda legislatura (o, más ajustadamente, en la segunda mitad de su segunda legislatura) el papel de malo. Malo de película, malo de dibujos animados, malo de cómic, malo de culebrón. José María Aznar se convirtió en el malo malísimo para que su partido pudiera seguir mostrando tras su marcha una apariencia inmaculada. José María Aznar se convirtió en el Barón Ashler de Mazinger Z; en Hannibal Lecter, el caníbal; en Glenn Close en Atracción fatal; en El actor secundario Bob de los Simpson… José María Aznar decidió asumir el papel de chivo expiatorio para que su sucesor surgiera purísimo, como recién salido de la tintorería, sin un hilillo de chapapote en su traje.
     José María Aznar es un excelente chivo expiatorio. Su rostro duro, sus cejas gruesas y su voz nudosa se prestan muy bien para componer la figura clásica de malvado. A nadie mejor que a él se le podía acusar del desastre del Prestige, de la guerra en Irak, de las chapuzas de Puertollano, del trasvase del Ebro, de los retrasos del AVE. José María Aznar cumple a la perfección su papel de presidente responsable, sobre todo en el error: las buenas cifras de empleo o de crecimiento económico podían ofrecerlas los ministros de su gabinete con una gran sonrisa. Quizá no haya sido una estrategia, pero los resultados han sido inmejorables. Mariano Rajoy ha aparecido como un sucesor blanquísimo, simpático, que, aunque las autoridades sanitarias adviertan que fumar produce cáncer de útero, sigue fumando puros, y que ha conseguido que todas las malas acciones del gobierno del pp pasaran a la cuenta de su antecesor, el chivo expiatorio José María Aznar.
     El País, en su extenso informe dominical sobre Mariano Rajoy, apenas podía señalar en su contra una bronca que mantuvo con Gaspar Zarrías, consejero de la Junta de Andalucía. La bronca, y su condición de chico de la clase media de provincias y derechas, aplicado y fiel a su padre. Su condición de chico bueno ha sido igualmente apreciada por la ciudadanía que, por encima del 60%, considera que ganará las próximas elecciones generales. Buena parte del electorado del PSOE tiene poca confianza en su candidato, José Luis Rodríguez Zapatero, que, como Mariano Rajoy, pasó la infancia en León.
     El PSOE se ha visto obligado, dado el éxito mediático de su nuevo oponente, a ofrecer caras de repuesto. Una era muy conocida, la de Alfonso Guerra, que vino acompañada de su particular sentido del humor. Antonio Gala, en El Mundo, no apreció el chiste y echó una bronca a Guerra por sus acusaciones homófobas hacia Mariano Rajoy.
     La otra cara de repuesto en el PSOE ha sido la de Carme Chacón, nueva portavoz de la ejecutiva. Carme Chacón intentará desgastar a Mariano Rajoy, a quien acusó de no ser suficientemente nuevo ni suficientemente bueno, con lo que parecía querer decir que les había dolido la confirmación de su condición de sucesor. Mariano Rajoy, exiliado de tareas parlamentarias, no va a perder ni un segundo en discutir con Carme Chacón.
     Mariano Rajoy hizo inmediatamente una visita al rey en La Zarzuela y todos los informativos nos mostraron las imágenes de la visita, llena de cordialidad. Mariano Rajoy y el rey tienen parecida estatura y cierto aire de familia: la cara colgada hacia abajo y una extraña facilidad para transmitir campechanía, aunque por dentro, y nunca se pueda saber, les estén corriendo los mil demonios.
     El chivo expiatorio José María Aznar se ha mezclado en la televisión con otros chivos expiatorios. España es un país que adora los chivos expiatorios, los entiende casi como una razón de ser. Dolores Vázquez jugó un papel de chivo expiatorio, aunque no por gusto, como parece haberlo jugado José María Aznar. A Dolores Vázquez la condenaron por ser lesbiana, y sobre todo por ser lesbiana y no arrepentirse de ser lesbiana. Las nuevas pruebas de ADN que han salido a la luz tras el terrible asesinato de Sonia Carabantes en Coín parecen corroborar que Dolores Vázquez ha sido un chivo expiatorio involuntario. ¿Se harán cargo las televisiones de los daños causados en Dolores Vázquez por el clima social que consiguieron crear? Esto sólo era una pregunta retórica, no se preocupen.
     Gaspar Zarrías ha aparecido más en la televisión por el affaire Isabel Pantoja que por haber tenido una bronca con Mariano Rajoy: Gaspar Zarrías afirma que Mariano Rajoy tiene buen carácter mientras se le da la razón y que se enfada cuando no se le da la razón. Al parecer, Isabel Pantoja, medalla de oro de Andalucía, pidió audiencia con Gaspar Zarrías para intentar evitar la moción de censura contra su novio, Julián Muñoz, alcalde de Marbella. Para desinformados: Isabel Pantoja no consiguió llevar a buen puerto las negociaciones, aunque consiguió que la televisión andaluza dejara de dar noticias sobre su historia de amor.
     José María Aznar cumple tan bien su papel de chivo expiatorio que los desheredados de la sucesión, Jaime Mayor Oreja a la cabeza, le echan la culpa de su desgracia, aunque sea verdad. ~

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(Zaragoza, 1968-Madrid, 2011) fue escritor. Mondadori publicó este año su novela póstuma Noche de los enamorados (2012) y este mes Xordica lanzará Todos los besos del mundo.


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