Abusos y costumbres en Oaxaca

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Una joven zapoteca, Eufrosina Cruz, estรก encabezando la lucha contra lo que ella llama “los abusos y las costumbres”. Ella quiso ser presidenta municipal de Santa Marรญa Quiegolani, pero las leyes electorales le impidieron, por ser mujer, votar y participar como candidata. Por “usos y costumbres”, las mujeres tienen prohibida la participaciรณn en la asamblea del pueblo. Recientemente el corresponsal en Mรฉxico del diario El Paรญs, Francesc Relea, publicรณ una interesante entrevista con esta mujer.

Sin duda la lucha de Eufrosina Cruz avivarรก las discusiones sobre el problema indรญgena en Mรฉxico, que se han concentrado en el fenรณmeno guerrillero neozapatista. La fascinaciรณn por el subcomandante Marcos y el estallido de retรณrica revolucionaria ha ocultado algunos procesos extraรฑos. La primera rareza consistiรณ en que apenas diez dรญas despuรฉs de enfrentamientos entre los guerrilleros y el Ejรฉrcito, ambas parte se dispusieron a conversar e iniciaron un proceso de negociaciรณn que culminรณ en los llamados acuerdos de San Andrรฉs de 1996 sobre los gobiernos indรญgenas basados en usos y costumbres. El misterio y la espectacularidad de este proceso no se explican simplemente por las simpรกticas peculiaridades postmodernas del EZLN y por la habilidad maquiavรฉlica del gobierno federal. La explicaciรณn se encuentra en la compleja crisis de la cultura polรญtica mexicana y en las imparables tendencias hacia una transiciรณn democrรกtica que caracterizaban al Mรฉxico del รบltimo decenio del siglo pasado.

No podremos comprender cabalmente el estallido chiapaneco de 1994 y la oleada multiculturalista de aquella รฉpoca si no estudiamos lo que ocurriรณ en Oaxaca en ese mismo periodo. Por ello el libro de David Recondo (La polรญtica del gatopardo: multiculturalismo y democracia en Oaxaca, Publicaciones de la Casa Chata, Mรฉxico, 2007) es una preciosa e insustituible pieza del anรกlisis de las grandes tensiones polรญticas que culminan en la transiciรณn a la democracia.

Las claves para comprender Chiapas y al EZLN se encuentran en Oaxaca. Los acontecimientos oaxaqueรฑos nos proporcionan claves valiosas para entender la situaciรณn polรญtica nacional. El libro de Recondo examina estas claves, desde los conflictos universitarios de los aรฑos setenta hasta la crisis del 2006 en torno a la APPO, pasando por la legalizaciรณn en los noventas de los gobiernos indรญgenas basados en los mecanismos tradicionales que han impedido a Eufrosina Cruz tener un puesto polรญtico.

David Recondo, a partir de su estudio de Oaxaca, introduce una idea clave. Descubre que los espectaculares cambios en la legislaciรณn, que aceptan las costumbres electorales tradicionales de las comunidades indรญgenas y legalizan un sistema electoral dual, forman parte de una estrategia gatopardista: si queremos que todo permanezca como es, necesitamos que todo cambie. Esta estrategia fue creciendo en el seno de la cultura gubernamental durante muchos aรฑos hasta que aflorรณ claramente en el รบltimo decenio del siglo pasado. Podrรญamos decir que esta estrategia se ramificรณ y creciรณ dentro de la cultura polรญtica mexicana. Una parte, de corte populista y campesinista, se desenvolviรณ en las esferas marginales del radicalismo izquierdista y asomรณ la cabeza en Chiapas en 1994. Pero la parte mรกs extensa y poderosa de esta ramificaciรณn estratรฉgica creciรณ dentro del sistema oficial, en los corredores del poder autoritario, en las estructuras polรญticas mediadoras de los gobiernos y en la base social del priรญsmo. Esta es la historia que nos cuenta Recondo: un muy complejo y contradictorio proceso de cambio, que formรณ parte de la crisis del sistema polรญtico, tuvo lugar en Oaxaca e impulsรณ importantes que legalizaron procesos no democrรกticos tradicionales en la elecciรณn de cargos en mรกs de cuatrocientos municipios. Esto explica en parte el “misterio” de las negociaciones de 1994 en Chiapas: las dos partes compartรญan una misma cultura polรญtica.

Se puede afirmar que los acuerdos de San Andrรฉs en Chiapas y los cambios en el cรณdigo electoral oaxaqueรฑo de 1995 y 1997 son dos caras de la misma moneda. Expresan una fuerte tendencia en la cultura polรญtica mexicana que revela una profunda herida crรญtica del sistema y al mismo tiempo intenta restaรฑarla o darle una salida que no afecte la legitimidad del Estado autoritario. El brillante anรกlisis de David Recondo nos revela con gran detalle y nitidez los diferentes aspectos de esta complicada situaciรณn, en la que se entrelazan variadas expresiones de gatopardismo con diversas formas de defensa de los intereses โ€“populares y no tan popularesโ€“ en las comunidades indรญgenas. Asรญ, observamos la confluencia de corrientes nacionales contrapuestas, de fuerzas oaxaqueรฑas ligadas al status quo priรญsta, de caciques y sectores tradicionalistas indรญgenas y, sobre todo, de las nuevas รฉlites que se han expandido en las comunidades.

ยฟSon los gobiernos por usos y costumbres un sรญntoma del mal y al mismo tiempo la medicina que lo puede curar? La ambivalencia no se detiene aquรญ: la estructura de poder consuetudinaria fue durante decenios un puntal sรณlido del poder autoritario del PRI, pero al formalizarse y legalizarse โ€“lejos de continuar su funciรณn legitimadora tradicionalโ€“ a Recondo le parece que podrรญan convertirse un espacio en el que crece la oposiciรณn. Estas formas de gobierno suelen ser atrasadas, sexistas, caciquistas y discriminadoras, pero podrรญan ser no obstante, piensa el autor, la base de virtudes cรญvicas democrรกticas que le exijan cuentas a los gobernantes. Yo tengo mis dudas al respecto, pero hay que reconocer que los gobiernos por usos y costumbres no son la expresiรณn de una comunidad holista, sino de formas de poder instaladas en municipios en los que hay una profunda divisiรณn social.

Quienes hemos investigado formas de autoridad en zonas rurales sabemos muy bien que no hay una gran diferencia entre las estructuras de poder de las comunidades indรญgenas y las de las comunidades campesinas no indรญgenas. Con mucha frecuencia la formalidad democrรกtica oculta formas de poder muy tradicional, que se adaptan a las reglas burocrรกticas del sistema electoral basado en partidos. Los usos y costumbres, al ser formalizados, imponen una tradiciรณn autoritaria; pero hay que decir que รฉsta se expresa igualmente en muchas regiones del paรญs donde no se han legalizado esos usos, pero donde tienen suficiente fuerza para imponerse a las normas electorales liberales. Desde luego, hay tendencias modernas y democrรกticas que van erosionando al viejo autoritarismo, sea que se presente con trajes indรญgenas o con uniformes burocrรกticos.

David Recondo plantea al comienzo de su libro con mucha fuerza y convicciรณn su idea del multiculturalismo como la polรญtica del gatopardo. Pero en la medida en que a lo largo de su exposiciรณn se va descubriendo que esta polรญtica ha fracasado y no ha logrado que las cosas se mantengan igual que antes, el autor abandona un poco su idea inicial. Al final nos sugiere que el gatopardo ha exhalado su รบltimo suspiro durante los terribles enfrentamientos entre el gobierno del Estado, la APPO, el movimiento de maestros y otros grupos durante la segunda mitad de 2006. Pero ahora sabemos que el gatopardo, o no estaba muerto o resucitรณ en las elecciones de agosto y octubre de 2007. El PRI arrasรณ y ganรณ todas las diputaciones de mayorรญa (25) y noventa de los 146 ayuntamientos regidos por el sistema de partidos (incluyendo Oaxaca, Huajuapan, Tehuantepec y Tuxtepec). Como no hubo elecciones en los municipios regidos por usos y costumbres, no sabemos quรฉ pasรณ allรญ con el gatopardo. Pero acaso tenga razรณn Recondo y esto no sea mรกs que el canto del cisne del gatopardismo, como dice al terminar su libro. Ojalรก, pero nos llegan seรฑales inquietantes de que el final no estรก muy cerca.

La parte final del libro de Recondo tiene un tono mรกs optimista que la primera parte. Domina la idea de que, lejos de ser incompatibles, las prรกcticas consuetudinarias y la democracia electoral tienen afinidades electivas. El uso de este concepto en Max Weber se opone a la idea de correlaciรณn o de causalidad entre dos instancias (por ejemplo, entre la รฉtica protestante y el capitalismo). Pero el uso que hace de la idea Goethe, en la novela del mismo nombre, Las afinidades electivas, se refiere a las relaciones que terminan en un terrible desastre. Yo comparto mรกs bien el pesimismo de Goethe.

Sin duda hay afinidades electivas entre democracia y gobierno por usos y costumbres. Pero temo que las relaciones que entablan lleguen a un resultado desastroso, a un final trรกgico. Entre los tatamandones y la democracia hay afinidades electivas, pero su relaciรณn difรญcilmente puede tener un final feliz. A lo sumo pueden constituir un matrimonio de conveniencia. Y el libro de Recondo explica exhaustivamente las contradicciones, las incoherencias, las amenazas y los absurdos de este matrimonio. Su optimismo no se desboca y siempre aterriza en la realidad que ha estudiado tan bien. Siempre matiza, siempre examina los diversos รกngulos y los claroscuros.

En cierta forma el libro de Recondo es la anatomรญa de una cultura polรญtica โ€“el multiculturalismoโ€“ que creciรณ dentro de la burocracia autoritaria y de los cรญrculos oficiales, fue ilustrada por acadรฉmicos y antropรณlogos, fue alimentada por las tradiciones anglosajonas que manipularon la diversidad รฉtnica, naciรณ del fracaso del indigenismo integracionista y de las frustraciones que imprimiรณ en la intelectualidad nacionalista y en las nuevas generaciones de dirigentes y maestros indรญgenas.

Para terminar quiero referirme a un tema poco tratado en el libro de Recondo. Quiero preguntarme: ยฟquรฉ efectos tiene y tendrรก la legalizaciรณn de los mecanismos polรญticos basados en usos y costumbres en las posibilidades de una rรกpida modernizaciรณn econรณmica y en la conexiรณn de las comunidades con la globalizaciรณn? ยฟEstas formas de poder tradicional tienen afinidades electivas con las vรญas modernas de producciรณn y trabajo? ยฟTienen afinidades electivas con las formas rรกpidas de escapar de la miseria y la extrema desigualdad?

Creo que estamos ante el peligro de que se conviertan en lo que me gustarรญa llamar ejidos polรญticos: bolsones de reserva que amortiguan las sacudidas de la transiciรณn democrรกtica y la modernizaciรณn. Los ejidos agrรญcolas que surgieron tras la gran reforma agraria cardenista conformaron, mรกs que una alternativa econรณmica viable, un enorme colchรณn amortiguador del proceso de descampesinizaciรณn. La pregunta es: ยฟnecesita la democratizaciรณn en Oaxaca del inmenso colchรณn amortiguador de los mรกs de 400 municipios que se excluyen de los mecanismos electorales representativos modernos? Aquรญ funcionarรญa una lรณgica inversa a la del gatopardo: si queremos que todo cambie, necesitamos que nada cambie. Que nada (o poco) cambie en los bolsones estabilizadores donde se mantienen en reserva grupos sociales potencialmente amenazadores. Pero acaso esta alternativa polรญtica tambiรฉn fracase gracias, entre otras cosas, a la lucha de Eufrosina Cruz. Los abusos y las costumbres tradicionales contra las que ella lucha estรกn comenzando a declinar.

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Es doctor en sociologรญa por La Sorbona y se formรณ en Mรฉxico como etnรณlogo en la Escuela Nacional de Antropologรญa e Historia.


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