Hace unos días, celebré aquí que a pesar de haber trabajado para tantas instituciones que según ella son las responsables del avasallamiento neoliberal y neocapitalista de México, la “izquierda mexicana” haya perdonado y acogido en su digno seno al científico social John Ackerman.
Y a su esposa (a quien Ackerman suele referirse como “la distinguida académica” o “la destacada activista”), la Dra. Irma Sandoval Ballesteros, también científica social, quien hace poco fuera democráticamente elegida por AMLO en persona como diputada para la Asamblea de la CDMX.
Desde que bailaron en la selva lacandona, estos científicos sociales todo lo hacen al alimón. Si el curriculum del científico social Ackerman registra que ha sido asesor del Banco Mundial, el de la distinguida académica dice que ella también es asesora del Banco Mundial.
Si Ackerman es asesor del United Nations Program for Development (UNPD), la diputada es asesora. Si Ackerman es asesor del National Endowment for Democracy (creado por Ronald Reagan), también es asesora la destacada activista. Si Ackerman es asesor de Global Integrity, del Budget Accountability Project y del Open Society Institute (de George Soros) también es asesora la diputada. Y si Ackerman ha sido “consultor” de la cámara de diputados de México, pues también lo ha sido su esposa.
Habrá que suponer que también es una casualidad que el Instituto para México y los Estados Unidos de la Universidad de California (UC MEXUS), que coordina el otorgamiento de becas con el CONACyT, haya becado a la vez al científico social Ackerman y a la distinguida académica Sandoval.
Curiosas casualidades.
Una casualidad más curiosa aún es la que ocurrió en 2006, cuando la pareja de científicos sociales acababa de descender recién doctorada de California para ingresar al alimón a la UNAM como investigadores: ella al Instituto de Investigaciones Sociales (IIS), y él al Instituto de Investigaciones Jurídicas (a pesar de no ser abogado).
Pues ese año 2006, Irma Sandoval fundó y dirigió en el IIS el “Laboratorio de Documentación y Análisis de la Corrupción y la Transparencia”. Lamentablemente ha desaparecido su página web, ingeniosamente llamada www.corrupción.unam.mx , donde se narraba que ese labotarorio recibió un donativo de medio millón de dólares del Banco Mundial con el que organizó una “Primera Conferencia Internacional sobre Corrupción y Transparencia”. La sesión inaugural fue presidida por un director del Banco Mundial y la “Primera conferencia magistral” fue dictada por la Dra. Susan Rose-Ackerman, becaria también del Banco Mundial y suegra de la directora.
No son casualidades infrecuentes. Por ejemplo, en un libro que coordina John Ackerman en 2008 y que se titula Más allá del acceso a la información. Transparencia, rendición de cuentas y estado de derecho (en línea), sin mencionar los parentescos, incluye un “provocador texto” y “excelente análisis” de su esposa la Dra. Sandoval, así como un “texto seminal” firmado por su padre, el Dr. Bruce Ackerman.
Y desde luego, cuando la Dra. Susan Rose-Ackerman coordina un libro como Comparative Administrative Law (en línea) escoge como colaboradores a su esposo el Dr. Bruce Ackerman, a su hijo el Dr. John Ackerman y a su nuera la Dra. Irma Sandoval. (Seguramente todo esto estuvo objetivamente arbitrado.)
Tal eficiencia familiar puede rebasar a la familia inmediata. Ya una vez me referí a otra casualidad, a saber: que el Lic. Pablo Amílcar Sandoval Ballesteros había sido elegido en 2002 para el programa “World Fellows” de la Universidad de Yale cuyo objeto es formar “líderes globales”. Según esta página, la Universidad de Yale tuvo que elegir a dieciséis personas entre miles de candidaturas. Y bueno, pues el licenciado Pablo Amílcar Sandoval resultó ser uno de esos dieciséis.
De acuerdo con esta nota de la Universidad de Yale, los elegidos son profesionistas que cuentan con una experiencia promedio de “entre 5 y 15 años”. ¿Qué experiencia tenía Pablo Amílcar Sandoval en 2002, a sus 28 años de edad? Según la página, era “Director del Grupo Legislativo del PRD”.
Y “curioser and curioser” –como dice Alicia en el país de las maravillas– puesto que en el comité de selección figuraba el Dr. Bruce Ackerman, padre del Dr. John Ackerman, cuya esposa, la distinguida académica es hermana del Lic. Pablo Amílcar Sandoval.
El Lic. Pablo Amílcar se pasó cuatro meses en Yale, suficientes para agregarle a sus curriculums la frase “estudios de posgrado en Yale”. Es encomiable su modestia, pues esta otra página de Yale, pero ahora de 2005, pone de nuevo como becario a Pablo A. Sandoval, pero ahora ya con el título “J.D.” (es decir, Juris Doctor).
El Dr. Pablo Amílcar se convirtió en un líder global de tal magnitud que, luego de sus meses en Yale, prestó durante 10 años sus servicios como “asesor” del PRD en el senado (esos asesores que cobraban entre 80 y 100 mil pesos al mes). Luego, para ser aún más líder global, dejó astutamente al PRD y brincó a MORENA, cuyo órgano colegiado de gobierno (el Lic. AMLO) lo postuló a la gobernatura de Guerrero, donde se alzó con menos del 3% de la votación.
Y bueno. Aquí debo decir algo con toda claridad: no se trata de nepotismo, esa cosa horrible contra la que han escrito todos los miembros de las familias Ackerman y Sandoval. No. Lo que sucede es simplemente que, en su lucha contra la falta de transparencia y los conflictos de interés y la corrupción y el nepotismo, todos ellos, ¿qué le vamos a hacer?, son los mejores.
Es un escritor, editorialista y académico, especialista en poesía mexicana moderna.