Nada mรกs difรญcil para mรญ que decir la sal, decirla, esclarecerla, descifrar su portento que va de lo visible a lo invisible. Vengo de un puerto carbonรญfero, marรญtimo y fluvial y pertenezco a la dinastรญa de los empecinados cabeza de tormenta. Soy cabeza de tormenta y he vivido largo con esta piel pasada a ventolera y a salmuera, traspasada por la sal de la tormenta, pero no sรฉ lo que es el gran prodigio de la sal y en eso ando todavรญa. Vivo sorbiendo sal para limpiar el respiro, los ojos, las orejas, para ver, para oรญr, para salinizar la hermosura del Mundo. Ya desde niรฑo me fue dada la visiรณn y el blanquerรญo de la sal; con el bramido del oleaje que yo no mรกs me sรฉ me fue dado ese frescor, Golfo de Arauco adentro, con todas las gaviotas. Porque ella es eso y se deshace como el Mundo. Ahora mismo estoy yรฉndome ligeramente malherido, pero no lloro lรกgrima ni arteria velocรญsima. Tambiรฉn el tiempo es sal lo mismo que la lรกgrima, lo mismo que la arteria y las dos saben el mismรญsimo sabor. Si no me creen lloren o sangren, mis oyentes, y ahรญ verรกn de una vez.
No metaforicemos: la sal soy yo, es usted, cloruro y mรกs cloruro, sodio y mรกs sodio, mรกs allรก de la quรญmica y la alquimia, pues antes de que viniรฉramos ya estaba ahรญ la sal. Tambiรฉn cuando partamos hacia otra transparencia seguirรก intacta como entonces. Todo concurre a la transfiguraciรณn por evaporaciรณn como ella, o por azar: las fechas, las esplรฉndidas ciudades, las civilizaciones, las torrecillas desafiantes con Manhattan y todo, el fulgor de los cuerpos, las muchachas preciosas, los 28 paridores cada mes, el loco amor, la imaginaciรณn, la misma libertad, todo concurre al polvo pariente de la sal, pero la sal perdura: esta sal que me es como nada en el mรญsero planeta. Parece desmesura pero mi seso me funciona asรญ, con sal, con cloruro clorurรญsimo. Hay otras sales, ya se sabe, como hay y habrรก elementos y elementos: aire, tierra, fuego, agua cardinales. Lo dijeron los jรณnicos. โโLos nerviosos son la sal de la tierraโ, eso lo dijo Marcel Proust.
Lo primero no insistir en lo muy sabido. Lรญbreme Zeus de la exactitud, pero ยฟy la piedra?, ยฟy la ceniza?, ยฟy el รกtomo tremendo? Me acuso entonces de aproximaciรณn, no de certeza. Mi juego es la aproximaciรณn como el de todos los poetas. No hablo de carbonatos o sulfatos que tambiรฉn acarrean su jerarquรญa. Digo lo que no alcanzo, por majestad o por misterio. Soy sal y duermo sal y estoy a unos minutos de volver a la sal. Lo escribo y ademรกs lo firmo. Hoy miรฉrcoles de un mes de una era volante. Hasta aquรญ lo sombrรญo del monรณlogo pero la sal hermosa es materia radiante y alegrรฉmonos. ~