Chopin y Cruzprieto: visita mutua

Alberto Cruzprieto es un excelente pianista y ha logrado lo mรกs difรญcil: apropiarse de Chopin sin deteriorar a Chopin.
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Mi amigo Alberto Cruzprieto es un excelente pianista (no es excelente por ser mi amigo, aclaro: porque es excelente es que es mi amigo, que es muy diferente). Fui su maestro de literatura hace mucho tiempo, y el ha retribuido: es mi maestro de escuchar a Chopin y de preparar caldos asombrosos.

Me voy a referir solo al primero de estos magisterios. Cruzprieto acaba de presentar una decena de Nocturnos en un CD que publica y circula la ejemplar Quindecim Recordings: iniciativa encomiable en la que participaron, ademรกs del maestro y la disquera, el Conaculta y la compaรฑรญa Yamaha, que prestรณ su Piano Gran Concierto CFX con todo y afinadores.

El resultado es interesantรญsimo. Por un lado culmina la paciente maduraciรณn como virtuoso de Cruzprieto que, como รฉl mismo lo explica, entendiรณ de muchacho el buen consejo de Arceo Jรกcome en el sentido de que abordar los Nocturnos es algo que se merece con el tiempo. Y en efecto, es un merecimiento que, desde luego, supone estudiar y aprender, perfeccionar una tรฉcnica y madurar el talento pero, sobre todo, supone experimentar en la propia vida el enorme registro de pasiones y emociones cifradas en esas partituras.

He escuchado lentamente el disco y he caรญdo bajo su particular hechizo. Cruzprieto ha logrado lo mรกs difรญcil: apropiarse de Chopin sin deteriorar a Chopin; vivir a Chopin sin menoscabo de la pasiรณn de Chopin. Cruzprieto logrรณ el inescrutable milagro que llamamos “estilo” y que sucede cuando un virtuoso encarna el espรญritu de una mรบsica amada, en posesiรณn cabal de su “libertad” y, a la vez, subordinado a la libertad del compositor. Es una interpretaciรณn sensual y atenta a la carga poรฉtica, que sabe que Chopin se toca con acento, pero con lealtad.

Es famosa la escena (narrada por Karasowski) en que Liszt tocaba un Nocturno ante varios amigos, Chopin entre ellos, y osรณ cometer alguna improvisaciรณn. Chopin interrumpiรณ: “cuando me hagas el honor de tocar mis obras, tรณcalas como estรกn escritas, o no las toques”. Liszt, incรณmodo, dijo: “Entonces tรณcalas tรบ”. Chopin dijo que con gusto e improvisรณ una hora. Al terminar, Liszt lo abrazรณ: “Sรญ, amigo, tenรญas razรณn: obras como las tuyas no deben ser alteradas por nadie: eres un verdadero poeta”.  

Cruzprieto ha logrado convertirse en un poeta de Chopin y con Chopin. Y vaya que es difรญcil, especialmente para los Nocturnos, una de las instancias mรกs elevadas de la mรบsica romรกntica (es decir: moderna). Describir el “estilo” de Cruzprieto me extraerรญa calificativos ofensivos por predecibles. Me perderรญa tratando de describir su aventurado empleo del tiempo, alabando su calculadรญsima interiorizaciรณn, el que haya encontrado una voz de negociada empatรญa, la cรกlida distancia cรกlida de quien pasea por un jardรญn tan conocido que es un hรกbito y una sorpresa al mismo tiempo. Si Chopin es un jardรญn interior, dice Cruzprieto, los Nocturnos son su zona mรกs รญntima y recรณndita. Es cierto: una intimaciรณn de lo รญntimo.

Rara tarea, esa de revivir en un instrumento descomunal tal cantidad de belleza frรกgil y fugaz. Pues otro motivo de gusto es la formidable grabaciรณn realizada por Juan Switalski en el auditorio del Centro Nacional de las Artes. Lograr un ambiente propicio para el escrupuloso registro que demanda la digitalizaciรณn no es sencillo. El auditorio y los micrรณfonos son, a fin de cuentas, parte del piano, prolongaciones de su instrumentalidad, tal como el piano es una extensiรณn del alma del ejecutante.

La sonoridad fluye llena de colores y temperaturas, aromas y neumas. Se explica que el Gran Yamaha CFX reviva en nuestros dรญas, ante el Steinway, las pugnas que en tiempos de Chopin vivieron Erard y Pleyel. Este pianazo CFX es a la vez un instrumento y un organismo enorme y delicado, como decรญa Verlaine de la Edad Media.

Oscar Wilde escribiรณ famosamente que quien escucha la mรบsica de Chopin descubre que ha vivido grandes experiencias, conocido temibles alegrรญas, vivido romances feroces y grandes renuncias. Ojalรก que Cruzprieto y sus patrocinadores permitan, pronto, el disco que falta para que la necesaria, extraรฑa noche de Chopin estรฉ completa.    

 

 

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Es un escritor, editorialista y acadรฉmico, especialista en poesรญa mexicana moderna.


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