Clientelas de juicio

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La mรกs reciente escaramuza en el partido โ€œde las dentelladasโ€ (como le dice Monsivรกis) y la verosรญmil resurrecciรณn del Sr. Renรฉ Bejarano me hicieron recordar un ensayo que leรญ hace tiempo, titulado โ€œLa naturaleza del clientelismo en la ciudad de Mรฉxicoโ€ (2005) de Tina Hilgers, investigadora de la Universidad de York. Es un buen retrato del dinosaurio adolescente que, en efecto, todavรญa estรก ahรญ. Quizรกs alguien quiera leer aquรญ sus cincuenta cuartillas, en inglรฉs.

Si es en serio la intenciรณn del PRD, en estos dรญas de autoflagelaciรณn, de dejar atrรกs lo que llama sus โ€œviciosโ€, deberรญa incluir la lectura de este trabajo en una antologรญa de documentos crรญticos. Maneja una rigurosa y plural bibliografรญa, hace entrevistas pertinentes con una buena cantidad de โ€œlรญderesโ€ y โ€œclientesโ€, explica la historia y la razรณn de ser de cada โ€œtribuโ€, analiza la trayectoria de sus dirigentes y estudia los usos y costumbres de gestorรญa que rigen la administraciรณn de sus coaliciones, frentes, sindicatos y grupos de intereses especรญficos. El intercambio de lealtad y militancia por formas acuรฑables de โ€œesperanzaโ€ es descrito de manera pormenorizada. Un negocio de tiranuelos de barriada que, a cambio de dinero y puestos โ€œde representaciรณn popularโ€, han dejado a los anteriores usufructuarios del negocio, el PRI, como unos tristes amateurs. Incluye algunos cuadros en los que se explica la relaciรณn de las โ€œtribusโ€ con el gasto del gobierno del Distrito Federal y se expone de forma elocuente el irresistible ascenso de AMLO. Todo esto analizado frรญamente por alguien a quien serรญa muy difรญcil acusar de tendenciosa o interesada. No, no ignoro la atroz realidad en la que sobreviven los millones de personas que se hacen clientes en el bazar de โ€œla esperanzaโ€. Pero me resisto a creer que sea la รบnica opciรณn, y mucho menos a aceptar que justifique a los empresarios estrella de una iniciativa privada tan lamentable.

La carrera de los lรญderes avanza โ€“explica Hilgers- segรบn la cantidad de personas que, primero, inscriben al partido y, segundo, acarrean a sus mรญtines. Los de abajo van juntando puntos en un modelo estrictamente piramidado de servicio a los lรญderes del escalafรณn inmediatamente superior. A su vez, los lรญderes reparten puntos entre sus โ€œrepresentadosโ€, que van acumulรกndolos a cambio de militancia de acuerdo a un tabulador concreto. Por ejemplo, asistir a cinco mรญtines genera diez puntos, que equivalen a tres marchas, a dos bloqueos o a 24 horas de presencia en un plantรณn o campamento de protesta. Cuando el โ€œesperanzadoโ€ reรบne una cierta cantidad de puntos, los canjea por metros cuadrados en un predio. En la segunda etapa, deberรก comenzar a juntar puntos para gestionar servicios municipales. Mientras, con sus propios puntos, el lรญder va comprando ascensos en la burocracia del partido y, eventualmente, en las listas de candidatos. La descripciรณn que hace Hilgers de la forma en que estas nebulosas gestorรญas privatizadas articulan la vida interna de las tribus, y el ascenso de sus lรญderes, explica la ferocidad de las recientes dentelladas.

Tampoco estรก de mรกs recordar de dรณnde vienen Mario Saucedo, Martรญ Batres, Manuel Oropeza o Agustรญn Guerrero (ni, invariablemente sus esposas, hermanos, cuรฑados, etcรฉtera). Las pรกginas dedicadas a los โ€œChuchosโ€ o los โ€œPanchosโ€, asรญ como a cualquier cantidad de acrรณnimos โ€“desde la UNyR y la UPREZ hasta el STUNAMโ€“ son interesantes. Pero las dedicadas a la Coordinadora รšnica de Damnificados, que luego dio origen a la Uniรณn Popular Nueva Tenochtitlรกn, iniciativas privadas, ambas, del Sr. Bejarano y su seรฑora esposa, la maestra Dolores Padierna, son โ€“mejor dicho, deberรญan serloโ€“ inolvidables.

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Es un escritor, editorialista y acadรฉmico, especialista en poesรญa mexicana moderna.


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