I. El Servicio de Administración y Enajenación de Bienes convoca a una subasta pública el 18 y 19 de noviembre, en la ciudad de México. 590 lotes. Los bienes incautados provienen del crimen organizado, de las aduanas, de evasores y deudores fiscales. Joyas, relojes, coches, tractocamiones, aeronaves, embarcaciones y mercancía diversa. Están los helicópteros transferidos por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía. De los 590 lotes, dos son transferidos por la Secretaría de la Función Pública, e incluyen los regalos que recibieron y rechazaron los funcionarios públicos. 12 millones de artículos en total.
Para valuar los bienes, el Servicio de Administración y Enajenación de Bienes gasta millón y medio de pesos. Esperan recaudar más de 80 millones de pesos. Las ganancias serán destinadas a la Tesorería de la Federación; las ganancias de la venta de bienes producto de actividades delictivas se dividirá en tres: a la Procuraduría General de la República, a la Secretaría de Salud y al Poder Judicial. Se presenta el catálogo al público por primera vez. 424 paletas esperan. La prensa espera.
II. Llevo el catálogo y un café a la subasta. Hay, sobre todo, hombres. Hay pocas mujeres. Unas edecanes, aparentemente extranjeras. Vestidos cortos, escotes. Una voz femenina se encarga de describir los lotes al micrófono. Sube el tono de voz para presentar los precios de salida. Un hombre y su martillo, su tono neurótico y su micrófono. La primera persona, los imperativos, la velocidad de una cifra a otra. Tengo quinientos mil, quiero quinientos diez mil pesos, tengo quinientos diez mil, quiero quinientos veinte mil pesos. Las mujeres de pie señalan a los postores que pujan más alto. Se van reduciendo el número de paletas, se disputan entre tres, entre dos, va y viene entre dos. Las llamadas al celular mientras una paleta está al aire. Las llamadas al celular aquí y allá. Aplausos en la sala. Vuelve a empezar. Calculadoras grandes, los comentarios sueltos, el movimiento de un lugar a otro, los grupos de hombres murmurando. Hombres con zapatos finos, hombres con botas, hombres con tenis blancos.
De los 590 se venden 580 lotes. En dos días el Servicio de Administración y Enajenación de Bienes recauda poco más de 80 millones de pesos.
III. Leer el catálogo es otra forma de leer nuestra situación. Las descripciones de los objetos incautados cuentan nuestro presente: los objetos al reverso de las noticias. Mientras leemos en la prensa los asesinatos más recientes, el catálogo nos ofrece un detalle: reloj para caballero, marca Rolex, con caja de oro amarillo de 18 kilates, con incrustaciones de diamantes blancos. ¿Era importante conocer el pasado de cada uno de los 590 lotes para los compradores? No se reveló públicamente el pasado de las cosas incautadas al crimen organizado. Se incautaron y se subastaron, punto. Pero esos detalles hablan. Del mismo modo que un detalle nimio, como alguien que salpica saliva al hablar, puede decir más de la historia de una persona que sus palabras. Cabe decir que se repiten, se multiplican los objetos, como pasa con las notas en los periódicos. Subrayo cuatro descripciones representativas que cuentan historias más largas. Que hablen los detalles:
Medalla con figura de la Virgen de Guadalupe, estilo conservador, en oro amarillo de 14 K, con diamantes, esmeraldas con rubíes corte redondo. (Lote 171)
Diversos tipos de vinos, rones, licores, champagnes, whiskeys, cognacs y tequilas de reconocidas marcas como: Disaronno, Baileys, Gran Duque de Alba. (518 botellas de alcohol, regalos que recibieron los funcionarios públicos, Lote 202)
1,822,800 piezas, aproximadamente, de discos DVD-R sin grabar, en regular estado físico. (Lote 204)
Mercancía diversa que dice tener adornos y figuras navideñas diversas, juguetes y peluches varios, audífonos, accesorios para el cabello, figuras decorativas de imán, platos plásticos, figuras de resina, etcétera. (Lote 326)
Va una imagen de despedida: 73,620 piezas de paraguas (Lote 232).
– Brenda Lozano
(Imagen tomada de aquí)
