Situado al sureste de Suiza, el poblado de Verbier se convierte cada año en el escenario de uno de los festivales más importantes de música clásica del mundo. Desde 1994, los Alpes albergan conciertos de intérpretes como Evgeny Kissin, Anne-Sophie Mutter, Lang Lang y Leonidas Kavakos. Lo maravilloso del Festival es que durante dos semanas, uno sería capaz de escuchar en Verbier a grandes maestros, uno tras otro, evitando el peregrinaje que implicaría seguir a cada una de estas luminarias, como un groupie, de país en país. ¿Una de las sorpresas de este año? Alondra de la Parra.
La directora de orquesta mexicana ofrecerá un concierto este 19 de julio acompañada de Yuri Bashmet (viola) y la Verbier Festival Music Camp Orchestra. Esta orquesta la conforman jóvenes intérpretes de diversas nacionalidades que se benefician del contacto constante con grandes talentos musicales. Forma parte de las iniciativas educativas que impulsa el Festival.
El programa que presenta de la Parra consiste en obras tales como Appalachian Spring de Aaron Copland, Lachrymae pour alto et orchestre op. 48 “Reflexions on a song of John Dowland” de Benjamin Britten, la Primera Sinfonía de Prokofiev y el Danzón No. 2 de Arturo Márquez. En una entrevista breve, la directora nos relata cómo surge la invitación a este proyecto y cómo arma los programas para un concierto.
Fuiste invitada al Festival de Verbier este año, ¿cómo nace esta colaboración?
El maestro Daniel Harding es el encargado de la Orquesta del Music Camp del Festival de Verbier y él es el director titular de la Orquesta, ahora de París, pero antes de la Orquesta Sinfónica de la Radio Sueca, con quien yo trabajé hace un año y medio en Estocolmo. Supo de mi trabajo y decidió invitarme. Como es en todo lo que hacemos en este mundo de las orquestas, vas de un lugar a otro y nacen las recomendaciones de los músicos con los que trabajas.
¿Cómo seleccionas el programa para un Festival Internacional? Sé que de entrada procuras tener un compositor mexicano, pero, ¿qué más hay detrás?
No siempre es posible tener un compositor mexicano. En este caso ellos me lo pidieron, cosa que me gustó mucho: presentar el Danzón de Márquez. El Danzón es una obra que se presta muy bien para trabajar con jóvenes y para enseñar. Siempre procuro que haya un discurso entre las obras del programa, que haya contrastes, que no sean todos del mismo estilo ni de la misma nacionalidad y éste es el caso. Appalachian Spring de Copland es de las primeras obras que a mí me tocó estudiar y dirigir. La recuerdo muy bien por las enseñanzas de mi maestro Kenneth Kiesler y por eso le tengo un cariño muy especial. La Primera Sinfonía de Prokofiev es muy divertida y técnicamente es sumamente demandante para los músicos.
Creo que tu trayectoria es prueba de que buscas reinyectar vida nueva a las orquestas. Para ti, ¿cómo se ve el éxito musicalmente hablando?
Lo que funciona muy bien es tener una programación mixta en la que haya música contemporánea, música del siglo XX, de principios del siglo XX y del período clásico. Yo creo que hay que tener un contraste: si yo puedo lograr que todas las personas que vayan a un concierto que yo programo, se vayan amando una obra con locura o quizás, que no les guste, entonces para mi es un éxito. Siempre hay que darle un reto a la audiencia, algo nuevo, algo que no conozcan, sacarlos de su zona de confort, pero al mismo darles lo que les gusta y darles satisfacción, porque de eso se trata, de ir a disfrutar de un concierto. No nada más darles lo que gusta, sino también introducirlos a formas nuevas.
Y finalmente, por curiosidad me gustaría preguntarte, ¿cuáles son las 3 piezas que, a tu gusto, deben entrar en el playlist de todo melómano?
Ay, esa está difícil. ¿Tres? No sé, creo que depende mucho de los gustos. Pero sí te puedo decir que de mis obras favoritas, sin duda, una es la Segunda Sinfonía de Mahler, la cual voy a dirigir ahora con la Filarmónica de Londres en México. Venimos de gira en septiembre. Yo escogí esa obra precisamente porque es una de mis favoritas. ¿Qué otra? ¡No me gusta escoger! ¿Sabes? Es como si me dijeran “¿A qué hijo prefieres?” ¡Es imposible! Lo bonito es que uno no tiene que escoger, pero bueno, la obra de Stravinsky y la obra de Beethoven, sin duda.
Posterior a su participación en el Festival de Verbier, de la Parra se presentará del 14 al 18 de septiembre con la Orquesta Filarmónica de Londres con motivo de la celebración del Año Dual México-Reino Unido. Una de las joyas de ese programa será The Lark Ascending de Ralph Vaughan Williams, compositor británico.
El concierto en Verbier se transmitirá el domingo 19 de julio a las 7.30 am vía streaming de acceso libre aquí: http://bit.ly/1M78NZK.
Maestra en filosofía, publicista y aficionada a la música clásica
