Acabo de leer El desencanto (Cal y arena, Mรฉxico, 2009), libro de Josรฉ Woldenberg que contrapuntea siete semblanzas de escritores que โluego de ser militantes o simpatizantes comunistasโ vivieron el ciclo โdel encantamiento y el desencantoโ (Koestler, Fast, Gide, Silone, Orwell, Josรฉ Revueltas y Victor Serge, en ese extraรฑo orden) con siete escenarios de la historia polรญtica mexicana, de 1972 a 2006, que le provocan una intensa decepciรณn moral.
Sรญ, hay un desfase: muchos, muchรญsimos se โdesencantaronโ desde la dรฉcada de los treintas. No sรฉ si la tardanza de Woldenberg haya obedecido a que se hallaba en el vรฉrtigo del activismo, o a la particular evoluciรณn de la izquierda en Mรฉxico, o aun a la hibernaciรณn intelectual que fomenta la UNAM, pero esta es una de las cuestiones cruciales que el libro, me temo, no explica del todo.
Hubiera querido que el libro de Woldenberg estuviese a la altura de su รฉpico desempeรฑo al frente del Instituto Federal Electoral (IFE). Pero me temo que es un libro desaseado, con un sustrato narrativo latoso que averรญa la integridad de la reflexiรณn. Con todo, el libro no escatima algo mรกs meritorio: la honestidad moral. Un militante de izquierda que enumera errores polรญticos y desviaciones ideolรณgicas, y los somete a escrutinio crรญtico, no es frecuente en nuestro paรญs, y menos aรบn entre la izquierda –que se supone conoce el valor de la autocrรญtica–, tan adicta en Mรฉxico al status quo y tan autodotada de todas las absoluciones y coartadas.
Me asomรฉ al libro, incitado por Roger Bartra, para conocer la revisiรณn que hace Woldenberg del trato entre la izquierda y la UNAM, ese bastiรณn que ya parece inexpugnable โquien lo dirรญa– gracias, entre otros, aโฆ Woldenberg, uno de los fundadores del sindicalismo universitario. Que a la larga se haya desencantado no deja de acentuar la ingenuidad con que, en 1972, se pudo pensar que un sindicato en la UNAM iba a lograr resultados distintos a los habituales en el gremialismo mexicano por el mero hecho de ser de izquierda. A casi 40 aรฑos de distancia, luego de inumerables huelgas, el STUNAM es un negociazo clientelar administrado por un virrey vitalicio al servicio del PRD.
El capรญtulo dedicado al Consejo Estudiantil Universitario (CEU) es aรบn mรกs devastador: fue โel 68 al revรฉsโ, es decir, la implantaciรณn del autoritarismo contestatario y la intransigencia que decidiรณ abortar reformas que habrรญan โbeneficiado a la mรกs importante universidad pรบblica del paรญs y a la mayorรญa de los estudiantesโ y que fueron detenidas โsin razรณnโ, por un mero fervor epopรฉyico y la irracionalidad del โmovimientoโ. Muchos intelectuales y el partido que agrupaba a la izquierda (el PSUM) explotaron los beneficios polรญticos inmediatos de โla causaโ y, al hacerlo, opina Woldenberg, agraviaron los principios de la universidad pรบblica. Claro, a casi 25 aรฑos de distancia de la โrefundaciรณnโ que jamรกs ocurriรณ, los lรญderes del CEU, al servicio del PRD, cobran en el gobierno del DF, o en la misma UNAM y alguno โel mรกs sinceroโ fue videograbado llenรกndose las bolsas con fajos de billetes…
El desencanto de Woldenberg se podrรญa resumir en una frase de la carta que firmรณ con otros militantes que renunciaron al PRD en 1991, y que va contra โaquella vieja nociรณn de que entre peor marchen las cosas en un paรญs, mejor resulta para las fuerzas que buscan su transformaciรณnโ. Este pragmatismo perverso es especialmente grave en el รกmbito universitario. Las leyes que la izquierda le dictรณ a la UNAM desde 1968 han ascendido a dogmas de fe: la gratuidad, el pase automรกtico, la quimera del acceso indiscriminado, el rechazo a las evaluaciones de cualquier รญndole (sobre todo las externas), la permisividad ante la ineficiencia, el activismo partidario, la entronizaciรณn del รญdolo contestatarioโฆ Un decรกlogo que la lastra en una improductividad tan profundamente reaccionaria en los hechos como alharaquientamente contestataria en la teorรญa.
Es un escritor, editorialista y acadรฉmico, especialista en poesรญa mexicana moderna.