El mexicano, el gringo y el pato

"Dos cazadores, un mexicano y un gringo, ven al mismo pato volando y le disparan al mismo"
Aร‘ADIR A FAVORITOS
ClosePlease loginn

Me divierte que en su libro Maรฑana forever? Mexico and the Mexicans (Knopf, 2011) Jorge Castaรฑeda haya utilizado una historia boba que (como recuerda puntualmente) yo le contรฉ.

Habrรก sido en alguno de los desayunos domingueros en los que, hace aรฑos, un grupo de amigos (los Castaรฑeda, los Matos Moctezuma, los Martรญnez Almaraz, Arnaldo Coen, Ninfa Santos…) nos reunรญamos en el restaurante “Los Geranios” que Alfonso Vadillo tenรญa en Coyoacรกn a charlar, discutir y comer un perfecto chicharrรณn en salsa verde.

La historia boba viene al caso, escribe Jorge, para ilustrar “uno de los rasgos de carรกcter mรกs notables del mexicano: admirar a los norteamericanos y al mismo tiempo disfrutar insultรกndolos, engaรฑรกndolos y sacรกndoles ventaja” (p. 146).

La historia (mi versiรณn) es esta:

Dos cazadores, un mexicano y un gringo, ven al mismo pato volando y le disparan al mismo tiempo y el pato cae exactamente en la frontera, la mitad del pato en Arizona y la otra mitad en Sonora.

Los cazadores llegan al mismo tiempo a cobrar la presa. El gringo lo agarra de las patas y el mexicano del cuello y se ponen a jalonearlo. Por fin el mexicano –“en una notable demostraciรณn de madurez”, escribe Jorge— propone que en lugar de pelear arreglen la disputa por medio de un concurso.

Este concurso consiste en ver cuรกl de los dos es mรกs hombre y, por tanto, quiรฉn merece quedarse al pato. La manera de saber quiรฉn es el mรกs hombre va a ser que cada uno le dรฉ al otro una patada donde mรกs duele (o sea en los zebedeos). El que mejor se aguante serรก el ganador.

El gringo acepta. Los cazadores ponen las escopetas en el suelo. El mexicano dice que por ser el mรกs desnutrido debe ser el primero en patear. El gringo acepta de nuevo, se para en la frontera, entreabre las piernas, toma aire y cierra los ojos. El mexicano toma bastante vuelo y bรณfonos, le asesta el zapatazo en salva sea la patria.

El gringo se tambalea, pero no se cae, se muerde los labios y suda frรญo, pero no suelta ni el menor suspiro. Cuando recupera el resuello, el aire, la vista y las ganas de vivir, dice: “Okey, mecsicanou, ahora es tu turnou…”

Y entonces es cuando el mexicano, dรกndose la vuelta le dice: “Quรฉdate con tu pinshi pato, we, yanda shingatumรฉ”.

Bueno, perdรณn. Juro que a pesar del chiste, el libro de Jorge es muy interesante. 

+ posts

Es un escritor, editorialista y acadรฉmico, especialista en poesรญa mexicana moderna.


    ×

    Selecciona el paรญs o regiรณn donde quieres recibir tu revista: