El 8 de junio, a unos minutos del estreno de la pieza teatral Electronic City en el Centro Universitario de Teatro (CUT) de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), los trabajadores del CUT, afiliados todos al Sindicato de Trabajadores de la UNAM (STUNAM), avisaron al director de la pieza y a los jóvenes actores que no querían realizar la función e impidieron el acceso a la consola que controla las luces y el sonido de la sala teatral.
Los actores le comunicaron lo anterior al “nutrido público” que esperaba entrar a la sala.
Ante la amenaza de los compañeros trabajadores, los actores anunciaron que realizarían la función afuera del teatro.
“Te-a-tro-te-a-tro”, clamaron los que estaba en la fila.
narra el diario (el único en México que tiene un lectorado del primer mundo). A fin de cuentas, la función se llevó a cabo en el interior del teatro. El público ingresó a la sala con “el puño en alto” y “lanzó un goya por la Universidad”.
Electronic City, por cierto, dice el diario es una pieza de Falk Richter que
trata sobre la enajenación, la falta de comunicación verdadera en un mundo globalizado y lleno de información, en el que predomina la tecnología.
Tres meses más tarde –dice el único diario con IQ de México– el deseo del STUNAM de convertir al CUT en una escuela “más eficiente”, ha cerrado la escuela y sus teatros.
Y bueno, habrán de perdonarme, pero cerrar un teatro me parece un acto especialmente indignante, propio de tiranos, tiranuelos y tiranitos.
El director del CUT, Sr. Mario Espinoza, declaró “que el origen del conflicto se centra en que los trabajadores, so pretexto de que se invade su materia de trabajo, se han dado a evitar que alumnos y maestros accedan a las cabinas de iluminación y sonido” de los salones y escenarios en que trabajan. Según el Sr. Espinoza, los estudiantes deben conocer, como parte de su formación integral, la forma en que operan la iluminación y el sonido de las espacios teatrales, y que así ha sido desde hace 16 años.
Por su parte, las autoridades del STUNAM y su delegado en el CUT,
Expresaron no entender “en qué figura de la legislación universitaria se acomodan todos ellos (el CUT, directivos, maestros y estudiantes), lo cual es una situación anómala que deviene en otros problemas laborales”.
De acuerdo con el STUNAM, por más integral que sea su formación, los estudiantes no se pueden meter a las cabinas de luz y sonido, donde hay “aparatos que solamente deben ser manejados por los técnicos, quienes tienen la responsabilidad contractual y son los únicos preparados para ello.”
El STUNAM también opinó que, si bien en 16 años no ha habido un solo percance, “puede haberlo, porque están poniendo en riesgo la vida de muchos de los jóvenes. Ese es el centro del problema”.
Detrás de esa laudable preocupación por la integridad física de los jóvenes estudiantes de teatro, dice el director del CUT, Sr. Espinoza, la “principal de sus demandas (del STUNAM) es que se les paguen horas extras en su horario normal de trabajo por laborar en un espacio teatral llamado la Caja Negra, que se inauguró hace cuatro años”. El personal del sindicato decidió en mayo que si iban a trabajar en ese espacio “querrían el pago de horas extras”.
Desde ese mes de mayo, continúa el Sr. Espinoza,
Los trabajadores han venido boicoteando, de diversas maneras, las funciones y clases, acciones de las que se tiene una larga lista.
El STUNAM por su parte acordó que
No se iba a entrar a trabajar a la Caja Negra hasta que no se hiciera una revisión de cuáles eran las condiciones en las que los trabajadores iban a estar. El cierre del CUT es una reacción a la actitud despótica de los directivos.
Circula en la internet un mensaje público enviado por la “comunidad del CUT” que acusa al STUNAM de perturbar las actividades artísticas del CUT “con el único fin de percibir más dinero, sin argumentos sustentables.”
Hasta el momento ninguna ONG defensora de los derechos humanos se ha pronunciado sobre el asunto, como tampoco lo ha hecho ningún organismo defensor del derecho de los estudiantes a recibir educación libre, crítica, popular y gratuita.
El Ing. Agustín Rodríguez, diputado federal (por el PRD) y líder perpetuo del STUNAM tampoco ha dicho nada.
Nadie ha gritado “te-a-tro-te-a-tro” ni levantado el puño ni lanzado goyas ni nada de nada…
Una pena.
El puma abrazado
Es un escritor, editorialista y académico, especialista en poesía mexicana moderna.