¿Es la democracia un valor universal?, ¿en qué medida?, ¿es la democracia algo más que un hombre un voto?, ¿en qué medida?, ¿es la democracia un producto exclusivo de Occidente?, ¿bajo qué argumentos?, ¿es posible, deseable la implantación democrática fuera del ámbito cultural de Occidente?, ¿bajo qué premisas? Amartya Sen, premio Nobel de Economía y uno de los pensadores contemporáneos más agudos y polémicos, responde en un ensayo germinal a estas preguntas centrales del debate actual.
Sen, que ha defendido la teoría de las identidades múltiples frente a los fanáticos de la identidad, desnudando la veta racista y excluyente que subyace en todos ellos, hace un recorrido por las tradiciones democráticas de muchas sociedades, tanto de aquellas que estaban circunscritas a un determinado ámbito o circunstancia, como de ciertos sistemas políticos del pasado no occidental en donde la tolerancia fue la norma, para llevar luego sus argumentos al punto crítico de nuestros días: la deseable universalización del sistema democrático y sus valores. Y advierte contra el espejismo, propio de aquellas sociedades que han resuelto satisfactoriamente la alternancia en el poder a través del voto libre, de creer que con ello han resuelto sus problemas de legitimidad democrática. Para Sen la democracia empieza con el voto libre, es su condición genésica, pero no termina ahí. La democracia debe ser un sistema de rendición de cuentas, de participación ciudadana en las decisiones, un estado de libre opinión y permanente debate, y de control independiente de los órganos de gobierno.
Por vez primera, en Letras Libres hemos decidido dedicar nuestro tema de portada a un solo ensayo, un texto de largo aliento, con la esperanza de que nuestros lectores compartan nuestro entusiasmo al publicarlo. –
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