Llegaste hasta el umbral
solo, cansado y viejo,
en tu mirada un borbollar de estrellas
y, en torno a ti, un estático silencio.
Llevabas en las manos una rama
sutil, en la que acaban duda y miedo.
Llegaste hasta el umbral y dibujaste
un signo simple, rápido, secreto.
Ya estás en el umbral.
Y, frente a ti, la puerta del misterio.
Un signo, un solo signo
en el muro del tiempo. ~
Tegueste, 16 de abril de 2012