En sus novelas siempre aparecen sentimientos como la venganza, la codicia y la represiรณn de la Iglesia. Y con frecuencia el detonante es el dinero. Da la sensaciรณn de que su novelรญstica es un ajuste de cuentas con la historia de Irlanda.
Yo dirรญa que el detonante es el poder, aunque tambiรฉn se puede decir que el dinero es poder. En Irlanda, en los aรฑos cincuenta, la respetabilidad era muy importante, suponรญa el buen nombre de la familia, y habรญa que preservarla. Si una chica se quedaba embarazada o un joven tenรญa un accidente, se cubrรญa. Todo lo que pasaba se cubrรญa. Si eras de clase baja, te mandaban a un convento. Mantener la respetabilidad de los apellidos era lo mรกs importante. Incluso mรกs importante que el dinero. Hoy la Iglesia no tiene poder en las ciudades y tampoco en la clase mรกs formada, pero sigue siendo muy poderosa en el campo. Y en los aรฑos cincuenta era todopoderosa. Era como el Partido Comunista. Lo dirigรญa todo. Incluso era mรกs poderosa que los polรญticos. Entonces se decรญa mucho que, si un polรญtico se pasaba de la raya, “le darรญan un golpe con el bastรณn del obispo”. Y a los polรญticos eso les aterraba porque podrรญan arruinar su vida simplemente por enfadar a la Iglesia. Hoy en dรญa nos preguntamos cรณmo hemos sido tan estรบpidos y les hemos permitido hacer todo eso. Lo que ocurre es que la Iglesia ha hecho lo que ha hecho y de alguna manera sigue en el mismo lugar. Sin embargo, muchos de nosotros pensamos que se nos ha adoctrinado y que la Iglesia nos lavรณ el cerebro, pero no tuvimos el valor de enfrentarnos a ella. Con todo, Quirke [el mรฉdico forense protagonista de los libros de Benjamin Black] sรญ la confronta. Cuando empecรฉ a escribir estos libros decidรญ no darles a mis personajes el beneficio de hacer todo lo que yo no pude hacer: ellos iban a vivir en sus propios tiempos y en su propia รฉpoca.
Pero ¿no son sus libros una forma de rebelarse contra aquel sistema?
Serรญa maravilloso decir eso, pero mis libros son simplemente libros. Yo no soy un rebelde, pero tampoco soy bienvenido en los cรญrculos oficiales irlandeses. Recientemente un periodista estaba haciendo un reportaje sobre la crisis y querรญa entrevistarme. Hablando con nuestro ministro de Finanzas, este le preguntรณ con quiรฉnes tenรญa pensado conversar. El periodista dio algunos nombres de economistas y tambiรฉn le dijo mi nombre. El ministro le contestรณ: “No, no hables con Banville. รl aquรญ solo es un turista.”
No obstante, uno no elige los asuntos de sus libros sin razรณn aparente. Sus temas siempre son controvertidos con la sociedad irlandesa: las relaciones con la Iglesia estรกn muy presentes en libros como En busca de April.
Oh, desde luego. Y estoy muy enfadado con lo que le ocurriรณ a mi paรญs cuando yo era joven. Estoy enfadado con la Iglesia, con la cobardรญa y la estupidez de nuestro paรญs. Te voy a contar una historia. Cuando yo tenรญa unos quince aรฑos, a finales de los cincuenta y principios de los sesenta, mi madre acostumbraba a leer las revistas Woman y Woman’s Own. Eran revistas inglesas sobre patrones para hacer punto, recetas y algo de crรณnica social. Y tenรญan muchรญsimo colorido. Ella fue un dรญa a confesarse y le dijo al cura que leรญa esas revistas, y รฉl le contestรณ que tenรญa que dejar de leerlas inmediatamente. Mi madre regresรณ a casa, me lo comentรณ y yo le dije que el cura no tenรญa ni idea de quรฉ iban estas revistas; a lo mejor pensaba que aparecรญan escรกndalos o cosas asรญ. Pero mi madre dejรณ de leerlas. Es solo una pequeรฑa anรฉcdota, pero es una de esas cosas que aunque sean nimias te enfadan muchรญsimo. Lรณgicamente habรญa cosas peores, como niรฑas que se quedaban embarazadas, niรฑas que trabajaban como esclavas, niรฑos que iban a trabajar, pero para mรญ esos pequeรฑos incidentes resumen todo ese periodo.
Usted ha dicho en alguna ocasiรณn que la literatura es mรกs importante que la vida, pero todo lo que me ha contado tiene que ver con la vida.
Sรญ, porque no tenemos otro material para escribir. Si pudiesen, los novelistas no hablarรญan de nada. Un inglรฉs dijo que la รบnica inspiraciรณn que se podรญa conseguir se limitaba a la mรบsica, pero la vida es la vida y es el material que tenemos. Es un caos y puede incluso ser fea, pero es lo que tenemos.
Y aun asรญ usted tambiรฉn ha seรฑalado que el novelista es la persona que menos sabe sobre el ser humano y que al escribir se pasa la vida indagando sobre nuestra naturaleza. ¿Quรฉ pretende encontrar en el ser humano cuando escribe?
Hablando solo por mรญ, yo sรฉ poco de la vida. Puedo escribir sobre la vida, pero, cuando se trata de vivir, no tengo ni idea de cรณmo se hace, porque esto de vivir es un fenรณmeno muy extraรฑo. Si eres un novelista la gente espera que seas mรกs sabio. Tengo una amiga cuya vida amorosa ha sido un verdadero desastre y siempre me pregunta quรฉ es lo que hay que hacer. Yo siempre le respondo que le estรก preguntando a la persona equivocada. Es decir, puedo escribir sobre ello, pero no sรฉ de ello. Es un fenรณmeno extraรฑo.
¿Y desde que empezรณ a escribir como Banville o Black ha cambiado su visiรณn del ser humano?
Es mรกs bien mi trato hacia los seres humanos lo que ha cambiado, ya que Benjamin Black escribe sobre las personas de una manera totalmente distinta a como lo hace John Banville. Las novelas de Black tienen un diรกlogo muy realista, pero las de Banville no. En las historias de Banville la gente habla, pero a travรฉs de los demรกs. Ademรกs, en Banville hay muy poco diรกlogo. Mi visiรณn de las personas no ha cambiado, el trato sรญ. La realidad es que a Banville no le interesa lo que la gente hace sino lo que la gente es y a Black le sucede lo contrario.
¿Cรณmo puede conciliar esa ambivalencia? ¿De quiรฉn se siente mรกs prรณximo, de Banville o de Black?
Son dos maneras de trabajar completamente distintas. No son dos personalidades distintas, simplemente soy yo. Bueno, sรญ que hay dos personalidades, pero esto se debe al hecho de que todos tenemos mรบltiples personalidades. Nos imaginamos que somos una unidad, pero no lo somos. Somos simplemente una serie de poses. Interpretamos el papel que nos toca en cada momento. Por lo tanto, ser dos escritores a la vez para mรญ es fรกcil. Durante 35 aรฑos trabajรฉ como periodista y durante el dรญa escribรญa y por la noche iba a la redacciรณn, y seguรญa siendo la misma persona, pero con dos roles distintos. Y eso, ser dos tipos de escritores tan diferentes, como periodista y como escritor, sรญ que era complicado, porque cuando trabajas en una redacciรณn con gente tienes que fingir ser normal, mientras que en la soledad de tu casa no necesitas fingir nada.
Dice que escribe de forma diferente como Black y como Banville. ¿Cรณmo son estas dos formas distintas de trabajar?
Tengo dos mesas que hacen un รกngulo y tengo una silla en medio. Cuando soy Banville escribo con pluma en cuadernos que me hace un amigo y despuรฉs esos textos los paso a la computadora. Cuando soy Black escribo directamente en computadora. Banville no puede escribir de este modo, porque la computadora es demasiado rรกpida. Escribir a pluma le permite a Banville tener la velocidad que necesita, pero Black necesita la pantalla. Por supuesto, eso significa que Black estรก mucho mรกs cerca del siglo XXI que Banville. Y ocurre tambiรฉn que al final sigo siendo yo, es decir, un hombre chapado a la antigua.
¿Pero no es Black su manera de acercarse a la contemporaneidad?
No, es solamente un trabajo. La cuestiรณn es que si escribes libros como Banville no vas a poder vivir de ello. Tienes que hacer algo mรกs, es lo que nos piden estos tiempos. Yo no podรญa soportar la idea de ingresar en el mundo acadรฉmico, la idea de enseรฑar no me gusta. Por tanto, el periodismo fue una forma de ganarme la vida durante mucho tiempo. Y cuando dejรฉ el trabajo periodรญstico tenรญa que ganar dinero de alguna manera y fue asรญ como empecรฉ con Black. No obstante, estoy muy orgulloso de los libros de Black. Estรกn muy bien editados y estรกn escritos de una manera honesta. Y, cuando digo que los escribo para vivir, eso no significa que los escriba por dinero, porque los escribo para que sean tan buenos como sea posible; si no, la vida serรญa horrorosa.
¿Dรณnde radica la honestidad?
La dificultad de escribir una novela negra es que estรกs obligado a tener un crimen. Lo verdaderamente complicado es escribir una novela negra sin crimen, como hice en mi libro En busca de April. No habรญa cuerpo. Pero tengo una ambiciรณn: escribir un libro en el que April se encuentra con el protagonista de Venganza, el gemelo que desaparece. Se encuentran en รfrica, donde ella estรก trabajando como mรฉdico; no se conocen y ninguno sabe que ha aparecido en libros anteriores.
Por cierto, usted va a escribir un libro de Marlowe. ¿Cรณmo se suplanta a Raymond Chandler?
No es una tarea difรญcil. Yo soy periodista y en cierto modo conozco el tono de Chandler, o al menos eso piensa la gente, a la hora de escribir. Siento, eso sรญ, que hay un poco de comedia en el asunto, ya que se trata de Banville haciendo de Black y Black haciendo de Chandler, como si la suplantaciรณn no tuviera fin. Lo cierto es que me lo estoy pasando bastante bien. Prรกcticamente tengo el libro acabado y creo que es bastante bueno, para mi sorpresa.
Pero de usted siempre se ha dicho que estรก cerca de Henry James y Vladimir Nabokov en obras como El mar o Los infinitos, y ahora hay que sumarle a Chandler. ¿Cรณmo consigue cuadrar a autores tan diferentes en un escritor que es a su vez otra persona?
Creo que soy un buen actor. O un buen pirata, no sรฉ cuรกl de los dos.
Hace unos momentos afirmaba que ser periodista le habรญa servido para la doble personalidad literaria. Acerca del lenguaje, ¿considera el lenguaje periodรญstico de menor calidad que el literario?
Eso depende del periodista. Creo que Martin Amis es un periodista magnรญfico. Y hay muchos otros ejemplos que ahora no recuerdo. Una buena escritura puede darse en cualquier medio. El primer lavaplatos que comprรฉ tenรญa un manual de instrucciones que estaba maravillosamente bien escrito. Era muy claro, muy directo, y tenรญa una prosa muy limpia, con lo que es evidente que se puede escribir bien en cualquier medio.
¿Quรฉ opiniรณn le merece el periodismo de hoy en dรญa?
Los periodistas son todos buena gente y tienden a insistir en sus libertades. Hay un periodismo que es bueno y tambiรฉn un periodismo no tan bueno. Lo que me preocupa es que en las escuelas no se enseรฑa gramรกtica y la gramรกtica es la base. Sin la gramรกtica no puedes tener un idioma. Cuando trabajaba de editor en un periรณdico tenรญamos 27 subeditores. Es posible que ahora ni siquiera haya un corrector. Eso sรญ que es un problema. En nuestro periรณdico no se publicaba nada que no estuviese reescrito o revisado, pero ahora ya no se acostumbra a trabajar de ese modo.
¿Esa disminuciรณn en la calidad podrรญa explicar la pรฉrdida de lectores mรกs allรก de un cambio de paradigma?
No creo que la calidad haya caรญdo. Lo que ocurre es que la gente estรก fascinada con las mรกquinas. Somos todos unos niรฑos. ¿Quiรฉn no se maravillarรญa con un juguete como este? [saca un smartphone] Hay que recordar que Umberto Eco dijo que desde los setenta en adelante parecรญa que los paรญses occidentales se iban a basar en imรกgenes: el cine, la pantalla de televisiรณn, y ahora estos dispositivos. Recuerdo que estaba en un autobรบs la primera vez que vi a alguien toquetear el telรฉfono mรณvil y le preguntรฉ a mi mujer quรฉ estaba haciendo ese hombre, y ella me contestรณ: “estรก leyendo”. Todo el mundo lee ahora. Todo el mundo escribe. El idioma ha vuelto. Y por supuesto, como todo el mundo lee y todo el mundo escribe, los estรกndares han bajado. Ahora bien, la gente critica que se lea Cincuenta sombras de Grey, pero quรฉ mรกs da, ¡la gente estรก leyendo! De acuerdo, es una prosa mala, pero hasta la prosa mala te obliga a ejercitar la imaginaciรณn. Tienes que traducir las marcas negras de una pรกgina para convertirlas en imรกgenes y eso es una actividad maravillosa. A mรญ me da igual lo que lea la gente siempre y cuando sea de su agrado. No todo el mundo va a leer a John Banville, y ademรกs, casi nadie lo lee, pero es algo que tampoco espero. Pero la gente sรญ que lee, y ¿no es eso maravilloso? Mientras la gente utilice su imaginaciรณn estรก leyendo, estรก traduciendo las palabras en imรกgenes y eso, en cierto modo, es un milagro.
¿Y eso no nos aleja de la barbarie?
No, siempre hemos hecho lo mismo. No hemos cambiado mucho desde que salimos de las cavernas. Y no existe eso que llamamos progreso. Quizรก la anestesia u otros avances cientรญficos sรญ son un progreso, pero en cuanto al progreso moral o espiritual… somos igual de bรกrbaros que antes. Emerson dice que “Un hombre es un dios en ruinas”, y para mรญ esa es una frase maravillosa.
¿Destruido o en construcciรณn?
El ser humano siempre tiene la sensaciรณn de haber caรญdo desde cierto estado de gracia. Tenemos el mito religioso de la caรญda y el mito de los dioses caรญdos es muy fuerte. Nosotros siempre intentamos ser mejores, aunque nunca lo vamos a conseguir. Pero si no tuviรฉsemos este tipo de mitos, quizรก serรญamos peores.
Un mito importante es el del amor. Sin embargo, en sus libros, principalmente en los que firma como Benjamin Black, la idea del enamoramiento se encuentra muy desacralizada.
Idealizamos el amor. Tenemos que hacerlo porque, de lo contrario, la persona de la que nos enamoramos serรญa una persona como todas las demรกs. Y estamos programados para sobrellevar el horror de que otros se enamoren. Tenemos que hacer del objeto de nuestro amor un dios o una diosa. Ademรกs, el amor ha producido algunas de las mejores obras de arte. Los dos grandes mitos de nuestra era son la religiรณn y el amor. ¿Y cรณmo podemos vivir sin ellos?
¿Son o eran? La religiรณn no parece estar tan presente y el amor idealizado tampoco.
Yo soy mayor que usted y soy un romรกntico empedernido, estilo siglo xix. Supongo que vivimos en una era mรกs laica, pero, si uno va hacia el aeropuerto, ve todos esos anuncios de mujeres maravillosas, todos esos sueรฑos de belleza, de estilo y elegancia, de trascendencia del ser humano. Son imรกgenes de dioses y diosas, y eso es tambiรฉn un tipo de religiรณn. Si quiere llรกmelo culto a la celebridad, a la fama.
Un artificio.
Sรญ, pero tambiรฉn es artificial creer en Dios.
Precisamente en sus libros nos baja a la tierra: no hay muchas relaciones romรกnticas en el sentido antiguo del que usted habla.
Uno de los problemas de Quirke es que es incapaz de escuchar lo que le dicen las mujeres: todas le dicen: “Mira, la vida es mucho mรกs fรกcil de lo que piensas, asรญ que relรกjate.” Lo que sucede es que Quirke no es capaz de escucharlas. Esa es su tragedia. Y sรฉ que, en mi vida, todo lo que he aprendido lo he aprendido de las mujeres.
Es curioso que la mayorรญa de los tรญtulos de los libros de Black incluyan nombres de mujeres. Y estos personajes femeninos suelen ser muy fuertes.
Sรญ, ¿es que las mujeres no lo son? Ellos son los dรฉbiles. Los niรฑos nunca superan la pรฉrdida de su madre. Mi mujer me dice muchas veces: “Tienes sesenta aรฑos y todavรญa me sigues hablando de tu madre.” Cuando somos pequeรฑos amamos de forma incondicional a nuestras madres. Luego, cuando nos vamos de su regazo nos preguntamos: ¿Por quรฉ no me quiere todo el mundo?, ¿quรฉ ha ocurrido? Las chicas, en cambio, son distintas. Yo tengo dos hijos y dos hijas, y son totalmente distintos. Las niรฑas, con diez o doce aรฑos, ya demuestran astucia. Y eso es algo fascinante. Sรญ, las mujeres son muy fuertes y ademรกs tienen que serlo. Llevan tantos secretos acerca del sexo, de dar a luz, de vivir… Hay hombres que pagarรญan por ver a una mujer quitarse la ropa. Ese poder de las mujeres es extraordinario, y es el tipo de poder que los hombres intentan buscar durante toda su vida, pero nunca consiguen.
¿Ese es el poder que ha intentado oprimir la Iglesia?
Como decรญa Nietzsche: solo habรญa una pregunta y esta pregunta muriรณ en la cruz. Y seguimos sufriendo por eso. Pero ocurre algo similar en el islam. Hay hombres que odian a las mujeres por el poder que tienen y porque es un poder que ellos quisieran poseer. Y esa es una de las razones por las cuales los hombres han creado tanta violencia y tanto caos. La guerra entre sexos es una guerra muy real y nunca terminarรก.
Por cierto, una de las mujeres mรกs fuertes que conociรณ el pasado siglo fue Margaret Thatcher, recientemente fallecida. ¿Quรฉ sentimientos le provocaba?
Yo la admiraba por sus principios, porque tenรญa principios y se aferrรณ a ellos, pero, por otro lado, fue alguien que daรฑรณ mucho el tejido social del pueblo inglรฉs. Introdujo la nociรณn de que la avaricia era algo bueno y eso es muy peligroso. Pero admiraba su coraje. Y alguien que mantiene sus principios es admirable, aunque haga cosas malas. Ahora casi no queda ningรบn polรญtico que se aferre a sus principios del modo en que lo hacรญa Thatcher. Siento cierta simpatรญa por los polรญticos porque por dos o tres votos pueden ganar o perder. Y puedes ser el mejor primer ministro, pero por dos votos, aunque lo hagas bien, te sacan del poder. Y lo que es alucinante es que hagan cosas buenas a pesar de la presiรณn con la que viven.
¿El descrรฉdito de la polรญtica tiene que ver con la falta de principios?
No estoy de acuerdo con que algo haya cambiado. Creo que no ha cambiado nada. La base sigue siendo la misma. Los polรญticos de ahora no son mejores o peores que los de antes. Quizรก estรฉn menos formados, pero la formaciรณn no garantiza que la gente vaya a hacer algo bien.
Por su lenguaje preciosista tan de James y por sus novelas negras, tan pasionales, ¿se considera un escritor irlandรฉs o latino?
Digamos que soy un escritor irlandรฉs que echa de menos el sur. ~
es periodista freelance en El Paรญs, El Confidencial y Jotdown.