Ocurrió una cosa extraña. Encendí el televisor para ver mi ración diaria de Hotel Glamour y en vez de Hotel Glamour emitían una rueda de prensa en la que el jefe de informativos de Tele 5, Juan Pedro Valentín, explicaba la muerte de José Couso, el cámara de Tele 5 que había sido asesinado en Bagdad, en el Hotel Palestina, por un misil estadounidense.
La guerra cambió la parrilla y en vez de Hotel Glamour se emitió Hotel Palestina. Pero eso no fue lo extraño. Lo extraño fue que un periodista (no recuerdo su nombre, era hombre en cualquier caso) preguntó en la rueda de prensa cuál era la relación contractual de José Couso con Tele 5.
Juan Pedro Valentín se puso un poco tenso y explicó que los cámaras de Tele 5 salvo unos pocos, dijo eran autónomos.
Y en ese momento, llegaron a mi cabeza unas cuantas preguntas: ¿qué contrato tiene Pocholo Martínez Bordiu con Tele 5?, ¿y Yola Berrocal y Encarni y la Pitonisa Aramís Fuster y Tamara y Fran Francés? Y me acordé de que en el Dominical de El Periódico del domingo anterior había leído que Coto Matamoros (¡qué apellido tan apropiado para un general de las tropas aliadas en estos tiempos!) cobraba 3600 euros por debate en Crónicas Marcianas.
Y luego, después de la rueda de prensa, en el programa de Emma García, A tu lado, hicieron un debate sobre la guerra, sobre la situación de los corresponsales en la guerra. (Realmente no era un debate, porque todos estaban en contra, sino un duelo.) Y el Hotel Palestina fue el protagonista y no el Hotel Glamour. (Me pregunto qué tal lo pasó la señora Seisdedos esa tarde, si estuvo inquieta en la butaca o si tomó el primer puente aéreo a la ciudad condal.)
Así que tuve que esperar hasta que empezó Crónicas Marcianas para enterarme de la visita de Boris Izaguirre al Hotel Glamour: a juicio de algunos, lo mejor que ha pasado en Hotel Glamour. Boris Izaguirre se metió con Malena Gracia (recién abandonada por su novio) y con Yola Berrocal en el jacuzzi (quizá debería Boris Izaguirre volver a pensar en un programa propio: Medianoches en el jacuzzi o Confesiones en el jacuzzi). Boris Izaguirre bromeó sobre el pubis depilado de Malena Gracia y se desnudó y al salir del jacuzzi se tapó la polla con una flor, creo que de plástico. Boris Izaguirre se dio, antes o un poco más tarde, piquitos con todo el mundo, incluso se dio un piquito con Juan Miguel, el peluquero de Karina, que se parece muchísimo a Iznogoud (el personaje de tebeo que quiere ser califa en lugar del califa y que está enfadado todo el rato). La presencia de Boris, al que vimos en pijama, rojo y con floretonas blancas, puso nervioso a Dinio, que rompió una cámara, porque estaba harto de que le espiaran todo el tiempo. (Alguien no se había tomado la molestia de explicarle las características del programa al galán cubano, que no puede ir a Cuba.)
Se debatió en Crónicas Marcianas si Dinio está muy necesitado de sexo o no, y Boris Izaguirre dijo que Dinio está en plena transformación, o algo así. Cuando Boris Izaguirre hablaba de Dinio, yo me acordé del acto de duelo de Terenci Moix en el Ayuntamiento de Barcelona. No se dijo nada acerca de los corresponsales de prensa en el Hotel Palestina, si estaban calentones o no. Sólo unos días antes habían emitido, creo que en otra cadena que no era Tele 5, Territorio Comanche, la película de Gerardo Herrero sobre la guerra en Yugoslavia, basada en una novela de Arturo Pérez Reverte. En la película, los corresponsales follan.
Begoña Ameztoy recriminó a Boris Izaguirre haber revolucionado el gallinero (aunque no sé si empleó la palabra gallinero, no se me ocurre otra palabra mejor). Y Javier Sardá dijo que estaba contra el aburrimiento en cine, teatro, televisión, radio, literatura. Un poco más tarde dijo Javier Sardá que Soldados de Salamina era una novela de Alejandro Cercas, y un poco más tarde rectificó y dijo que era una novela de Javier Cercas.
Cuando Javier Sardá dijo Alejandro Cercas me acordé de que días atrás había visto en Hotel Glamour la grabación del disco del verano (eso dijo Malena Gracia, o quizá lo dijera Tamara) en el que varios concursantes de Hotel Glamour ponen sus voces. “Es una lata el trabajar” fue la canción que les vi grabar, un clásico de Luis Aguilé: “Es una lata el trabajar, todos los días te tienes que levantar, y aparte de esto, gracias a Dios, la vida pasa felizmente si hay amor…” Pocholo, como Julio Iglesias cuando canta en directo, metía de vez en cuando sus morcillas: jey, yep… Todos estaban muy felices. No estaban en el Hotel Palestina de Bagdad sino en el Hotel Glamour de Barcelona, y eso les hacía más felices todavía. ~
(Zaragoza, 1968-Madrid, 2011) fue escritor. Mondadori publicó este año su novela póstuma Noche de los enamorados (2012) y este mes Xordica lanzará Todos los besos del mundo.