Se sabe: no hay arma mรกs poderosa que la informaciรณn. Una pistola de bolso o un misil son tan sรณlo la extensiรณn รบltima de una inteligencia que procesa datos y los concentra en una mirilla. Las guerras mรกs intensas de nuestro tiempo (que no las mรกs sangrientas) se libran entre analistas, espรญas y decodificadores. Romper un cรณdigo, allanar una contraseรฑa son victorias menos sonoras pero mรกs รบtiles, y mรกs finas, que el prosaรญsmo de un bombardeo. Ambas gestas, por supuesto, son necesarias. De hecho, las sutiles redes de araรฑa de la informaciรณn penden con frecuencia de las sรณlidas ramas del armamento.
"Preparen los bombarderos, mientras me informo", dicen que solรญa decir un estadista famoso por su inclinaciรณn pacifista. No sorprende, pues, que las potencias gasten un alto porcentaje de sus presupuestos en esas batallas silenciosas, casi anรณnimas. En ese tenor, resulta de gran interรฉs acercarse al nuevo producto que un grupo de potencias no alineadas ha financiado en notable sinergia. Aรบn en su etapa de prototipo, el Zeus 3000 (llamado asรญ en honor del campeรณn de las metamorfosis) seguramente harรก las delicias de quienes amen el espionaje de altos vuelos.
El Zeus 3000 se ha diseรฑado sobre el paradigma de los fuselajes intercambiables.
Es, para decirlo en vernรกculo, un modelo para armar. Casi todas sus partes (pero jamรกs las combas interiores de las turbinas) ofrecen la preciosa virtud de la movilidad, es decir que se pueden adaptar, en plena acciรณn, a las condiciones tanto atmosfรฉricas como bรฉlicas —e incluso humanas— del entorno. De la miopรญa del telescopio espacial Hubble los ingenieros aeronรกuticos han aprendido una lecciรณn capital: cualquier cuerpo puede ser intervenido en cualquier momento y lugar. En este caso, la intervenciรณn no responde a una enfermedad sino a una necesidad inmediata: un Zeus 3000 podrรก pasar de una configuraciรณn sonora a una muda en cuestiรณn de segundos; su lรญnea podrรก transformarse de la de un caza cualquiera a la de un bรณlido lunar en un pestaรฑeo; podrรก exponer o esconder sus radares a placer; podrรก entrar y salir de รณrbita con el simple clic de su comando aerodinรกmico; se adaptarรก a las temperaturas mรกs inhรณspitas con una expedita reconfiguraciรณn de su epidermis; incluso, si deseara raptar la informaciรณn del ahora unificado Complejo Espacial Europa, le bastarรญa trasladar su apariencia a la del hermoso conglomerado satelital conocido como Toro Blanco.
El secreto no estรก en sus materiales, sino en la red de rieles infinitesimales que recorren el Zeus 3000 como un sistema circulatorio.
Esto no es todo. Es tal la interacciรณn que un piloto necesariamente tendrรก con su Zeus, que la nave se ha diseรฑado para funcionar como una prรณtesis. Cada acciรณn del piloto, cada tic, propicia una reacciรณn de la nave pilotada. Dadas la inagotable maleabilidad del vehรญculo y la especificidad de cada piloto, se puede afirmar que en el espacio nunca habrรก dos Zeus iguales. El secreto fractal de una gota de sangre, la intimidad centrรญpeta de una huella digital son apenas comparables al cรณdigo de informaciรณn que cada una de estas admirables unidades representa.
Un piloto en cuadrantes de conflicto preferirรก un Zeus รกgil y escurridizo, mientras que uno dedicado a misiones de vigilancia preventiva podrรก volar y escucharlo todo desde un Zeus mรกs rollizo, con la totalidad de sus radares expuestos bellamente.
No se vaya a pensar que el prototipo, por sus caracterรญsticas, carece de poder de ataque. Estรก armado, y con los misiles mรกs sofisticados: la virtualidad real de la cabina le permitirรก al piloto poner la ojiva donde ponga el ojo. Ademรกs, el iris tรฉrmico en el centro neurรกlgico del Zeus 3000 ayuda a distinguir, en un considerable nรบmero de ocasiones, un objetivo civil de uno militar.
Su mejor protecciรณn, bajo ataque, serรก su poder de metamorfosis. ¿O existe alguna nave que se atreva a dirigir sus proyectiles a una pacรญfica boya espacial? Y asรญ, volando de incรณgnito, o embozado, un Zeus 3000 puede orbitar un buen nรบmero de ciclos lunares, hasta que la oportunidad le exija, nuevamente, exponer las pupilas y erizar las antenas en el minuto fraudulento de la acciรณn.
El espionaje es una prรกctica de tejido muy fino, compleja y muy arriesgada —y muy muy atractiva. Diana, baรฑรกndose desnuda junto a sus nereidas, bien vale una jaurรญa de perros embravecidos. Lo que el Zeus 3000 ofrece es la salvaciรณn de todos los Acteones que quieran atesorar la imagen de la diosa y eludir tranquilamente su previsible ira.
Con todas las virtudes conocidas de las mรกs recientes generaciones de cazas; con capacidad de ascenso vertical indefinido y descanso orbital; con familias de radares tan poderosos que no habrรก suspiro galรกctico que no se detecte; con un cuerpo epidรฉrmico extraordinariamente manipulable y una adaptaciรณn personalizada a las necesidades del piloto, el Zeus 3000 serรก indudablemente la gema de cualquier armada que se respete. Una vez mรกs, la creatividad de los paรญses marginados por el Tratado de Austin pisa fuerte en el รกmbito de la competencia espacial. Este extraordinario vehรญculo es ya un mito. ~