“Es que en los albergues muchos se pasan de listos.” Carlos, entonces, prefiere dormir donde lo agarre la noche. Regularmente, en la entrada del banco frente a la Torre Latinoamericana. Una seรฑora le presta unas mantas, pero en estos dรญas calurosos no ha tenido frรญo en las madrugadas. Ademรกs, se levanta un poco antes de las cuatro de la maรฑana para comenzar a bolear zapatos hasta las diez. En un buen dรญa de trabajo gana unos quinientos pesos. En un mal dรญa de trabajo junta no mรกs de ciento cincuenta. Con eso se compra refrescos y ropa. Esta tarde lleva una camisa azul con un patrรณn de anclas marineras, una sudadera, tambiรฉn azul, anudada en la cintura, pantalones rojos de mezclilla y tenis blancos; aunque el izquierdo quedรณ rosado despuรฉs de que le cayรณ encima pintura de zapatos.
โA diferencia de otros dรญas en los que incluso nos anima a cantar canciones de Diego Verdaguer y โa โbailar salsaโ, esta tarde estรก cansado y apenas quiere conversar; โempuja palabras frรกgiles entre sus dientes y una espuma blanca que se escurre tรญmidamente hasta las comisuras de sus labios.
En su hoja en blanco โdibuja letras gordas que โdicen โXimenaโโ. Su trazo es constante y preciso. La suciedad de sus manos deja un rastro gris en los bordes de la hojaโ. Tiene las uรฑas ennegrecidas de mugre. Sobre la letra i marca un corazรณn a manera de punto. Detrรกs de la equis โโcolorea una bomba encendidaโ que podrรญa explotar la palabraโ.
Nโo โexplica โquien es Ximena, no dice โmucho mรกsโ, solo que esta tarde estรก cansado.โ Tiene los ojos rojos. Murmura que no tiene donde acostarseโ porโ un rato, y que no puede descuidar su caja de madera, se la pueden quitar porque debe dinero. Esta tarde prefiere โnomรกs โdibujar,โ yโ dibujamosโ en silencio.
Ciudad de Mรฉxico