Un italiano y un mexicano deciden traducir un breve ensayo del crรญtico Renato Serra. Es el primer libro de un proyecto valiente en nuestros tiempos: Ai Trani, editorial independiente que se propone publicar ensayos literarios, clรกsicos y contemporรกneos.
El italiano vive en Mรฉxico hace muchos aรฑos. Las desapariciones forzadas de estudiantes y otras injusticias del gobierno nacional le cuestionan, como a muchas pero no a suficientes personas, cuรกles son las preguntas con las que cada uno de nosotros se enfrenta a los hechos desde la trinchera propia. Retoma, entonces, el pensamiento de Serra, quien muriรณ a los 31 aรฑos de edad, pero escribiรณ, entre otros temas, sobre su pasiรณn por la literatura en plena Primera Guerra.
El ensayo contrapone dos palabras que escuchamos con frecuencia entrelazadas: “literatura comprometida”. El compromiso con la realidad se manifiesta en la urgencia del texto, en la prisa que lleva el ritmo apretado de las palabras, en la ansiedad del mensaje, sin un sรณlo punto y aparte, haciendo del estilo una herramienta:
…esperamos en silencio la aurora de una literatura nueva, heroica, grande, digna del drama histรณrico, a travรฉs de la cual se fortalezca, gracias a la sangre y a los sacrificios, la humanidad. …La literatura no cambia. Podrรก tener alguna interrupciรณn, alguna pausa, en el orden temporal: pero como conquista espiritual, como exigencia y conciencia รญntima, esta permanece en el punto al que la habรญa conducido la labor de las รบltimas generaciones; y todo lo que de ella sobreviva, sรณlo de allรญ recomenzarรก, desde allรญ continuarรก. Es inรบtil esperar que se transforme o se renueve con la guerra, que es otra cosa: como es inรบtil esperar que los literatos regresen cambiados, mejorados, inspirados por la guerra.
Renato Serra muriรณ hace cien aรฑos. Fue, como nosotros lo somos, hijo de la desconfianza. El texto es existencialista. Lo escribiรณ vistiendo el uniforme de teniente. Titulado Examen de conciencia de un literato, trata, sรญ, de la guerra, del fracaso de la democracia; pero tambiรฉn del testimonio, del relato como voluntad, de la “religiรณn de las letras” en esa รฉpoca de incertidumbre y aquella tradiciรณn de la violencia que dialoga con la nuestra.
El italiano y el mexicano apenas empiezan. Imaginan un catรกlogo diferente, que traduzca al espaรฑol y que rete al lector. Confรญan en que los libros que poco a poco publican encaucen variedad de bรบsquedas, colectivas y personales, que tarde o temprano articulen prosas o versos inquietos, que aceleren el aliento y despierten el pensamiento: otra forma de la guerra.
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Ciudad de Mรฉxico