FIL 2009: En plena forma

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La Feria Internacional del Libro de Guadalajara inaugura su vigésima tercera edición gozando de estupenda salud. Tan buena condición tiene que no parecen amenanzarla ni la crisis económica, ni las epidemias —en Jalisco, además de la influenza, se ha recrudecido notablemente el dengue—, ni el conflicto intestino por el que venía atravesando la Universidad de Guadalajara desde alrededor hace año y medio, y que terminó apenas hace diez días con el suicidio del ex rector, depuesto en agosto de 2008. Arropada por numerosas personalidades de la cultura y de la política, y también por la industria editorial que se da cita cada otoño para celebrar en ella las transacciones que le permitirán sobrellevar un año más, la FIL avizora cifras que, como todas sus ediciones, superarán a la anterior: se prevé que esta vez haya 17 mil profesionales del libro procedentes de 40 países, un volumen de compraventas de 33 millones de dólares y más de 600 mil visitantes: nada mal para un país en el que se lee tan poco.

Con la ciudad de Los Ángeles como invitada de honor, el programa cultural de la feria incluye un vasto surtido de presentaciones, conferencias, encuentros, exposiciones, conciertos, artes escénicas y homenajes, de tal modo que es, sí, un festival cultural de considerable resonancia. Sin embargo, tal resonancia a menudo se debe a la reincidencia de la atención en un puñado de figuras que, por razones de espectacularidad comercial, pero también por mera conveniencia —y también porque es cómodo— concentran en torno suyo los números estelares de la feria. Es raro, por ejemplo, que esta vez Carlos Fuentes no hubiera estado en la mesa que presidió la ceremonia inaugural; lo que no es raro es que haya un apartado del programa titulado «Presencia de Carlos Fuentes en la FIL», que incluye la presentación de su nueva novela —en una lectura dramatizada por los actores Gonzalo Vega y Ana Colchero—, la entrega del Premio de Ensayo Isabel Polanco a Rafael Rojas, una mesa sobre la conmemoración de los bicentenarios latinoamericanos y la presentación de El insomnio de Bolívar, de Jorge Volpi. Qué va a hacer la FIL cuando Fuentes ya nos falte: misterio.

La ceremonia inaugural transcurrió sin sorpresas. El poeta venezolano Rafael Cadenas, ganador del Premio FIL de Literatura en Lenguas Romances 2009, terminó su discurso repitiendo la recomendación a los mexicanos que ya había hecho cuando se anunció el galardón: «Cuiden su democracia» —tema del que se colgó el secretario de Educación Pública y representante presidencial, Alfonso Lujambio, para alardear de lo mucho que estaría interesándole al gobierno en turno ese cuidado, trabajando por ejemplo en el fomento de la lectura y en la mejora de la educación; por una vez, misteriosamente, faltaron los abucheos a los funcionarios en el acto.

Entre las actividades más relevantes para este domingo está prevista la presencia del Nobel turco Orhan Pamuk, así como el enésimo homenaje que se hace este año a José Emilio Pacheco. Pero también la firma de libros del cantante Ricardo Montaner. Así, más o menos, transcurrirán los nueve días de la FIL, que ni tose ni estornuda ni hay aironazos que la puedan testerear.

José Israel Carranza

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