Joana Costa Knufinke, especialista en literatura digital (1)

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“El gran reto de las editoriales es trasladar a internet el valor cultural que para los no nativos digitales tiene el libro físico”

Joana Costa Knufinke, tras presentar una tesina en la Universidad de Barcelona sobre la adaptación que han hecho las editoriales españolas al libro electrónico, se ha trasladado temporalmente a Berlín, donde trabaja en su tesis doctoral sobre edición digital. En la primera parte de esta entrevista nos habla sobre los retos que la llegada del mundo digital suponen para las editoriales, y de las ventajas y desventajas de los libros electrónicos respecto a los de papel.

¿Cuál es el principal reto que tienen las editoriales frente a la digitalización?

El reto más difícil al que se tienen que enfrentar es el traslado a internet del valor cultural que tiene el libro físico. Los no nativos digitales, los que hemos nacido antes de 1990, consideramos el producto libro como el repositorio universal de la cultura y de la sabiduría; pero los nativos digitales, los nacidos después de 1990, no tienen esa consideración y en la web pueden confundir fácilmente un libro electrónico con cualquier otro contenido. Por eso, el gran reto de las editoriales es trasladar a la red este gran valor que el libro físico tiene para los no nativos digitales.

¿Cómo se va hacer?

Creo que una de las maneras es apostar por contenidos de muchísima calidad y crear filtros en la red, como son los sellos editoriales en el papel, que sirvan al consumidor para llegar a estos libros y, en definitiva, también para fomentar la lectura de contenidos de calidad.

¿Cuáles son los principales cambios que llegarán con la consolidación del libro digital?

Toda la cadena de valor tradicional del libro se ve afectada por la digitalización y esto generará muchos cambios. Por ejemplo, es muy probable que muchas editoriales aprovechen este momento para poner a la venta contenidos de su backlist: de esta manera, ya no existirán los libros “agotados” y el lector tendrá siempre disponibles en la red todos los libros que se hayan publicado alguna vez. Además, las editoriales tendrán la posibilidad de actualizar constantemente los contenidos de los libros que lo requieran, otra gran ventaja de la digitalización.

¿Crees que el libro electrónico terminará por desplazar al libro en papel?

Comparto el punto de vista que está más extendido: para ciertos géneros o tipos de libros, como el científico-técnico, y para libros que no podamos ya encontrar en librerías porque están descatalogados, el eBook lo tiene todo ganado. Pero en lecturas enfocadas al ocio, como lecturas vacacionales de libros de ficción o de no-ficción, generalistas, va a predominar el papel por comodidad. Dependiendo del género y el tipo de libro, vamos a ir hacia unos formatos u otros, pero van a convivir.

Una de las contras que se le suelen marcar a los libros es el gasto de papel y el daño ecológico que éste provoca, pero también los eReaders provocan daño ecológico por sus materiales de fabricación, sus baterías, etc. ¿Cómo ves esta cuestión?

Si sólo tenemos en cuenta el impacto ecológico, creo que las baterías y todos los disolventes y metales aplicados durante el proceso de producción del material informático son mucho peores para el medioambiente que la producción de libros en papel. Pero hay otras ventajas y otros inconvenientes en cuanto a los eReaders.

¿Cuáles serían las ventajas?

Por ejemplo, pueden ayudar a personas con discapacidad visual. Otra ventaja es que el lector puede tener una biblioteca a su gusto en un espacio muy pequeño y de acceso inmediato. Además, si no tenemos en cuenta la inversión inicial en el eReader, en general los libros electrónicos son más baratos que los libros en papel. Por otra parte, en el futuro tendremos muchísima oferta de libros electrónicos: si bien aún es limitada, la oferta de libros de dominio público es altísima a través de iniciativas como el Proyecto Gutenberg. Además, el libro electrónico no se somete al desgaste del libro impreso. También hay toda una serie de ventajas para el lector, como el uso rápido de diccionarios: por ejemplo, si estás leyendo un libro en inglés puedes saltar directamente a una definición en castellano…

¿Y los inconvenientes?

Como comentamos, la alta inversión inicial, que hace que quizás sólo sea rentable para amantes de la lectura o investigadores que deban consultar constantemente bibliografía extranjera y no tengan la posibilidad de viajar a estos países para comprarla o les salga demasiado caro el envío. Otros inconvenientes son que dependen de una fuente de energía, que por ahora son sólo en blanco y negro, y que la oferta en contenidos es aún bastante limitada. No debemos olvidar el peligro de la piratería, que para el sector editorial es un gran reto: intentar que los lectores no pirateen los contenidos, porque sino el sector editorial perderá su modelo de negocio, y no podrá seguir editando.

¿No crees que se fomentaría más la lectura de libros digitales si los lectores fuesen más baratos? ¡porque son carísimos!

No olvidemos que al libro electrónico lo podemos leer en el ordenador o en un iPad, por ejemplo, que también son productos caros, pero que mucha gente los tiene. Y respecto a los lectores, no creo que la lectura se fomentara más si fueran más baratos. Creo que la gente quizás sí adquiriría más libros, pero no creo que esto sea un factor determinante para leer más: los libros están en las bibliotecas, todo el mundo tiene acceso a ellos y la realidad es que en España se lee relativamente poco. No creo que sea una cuestión de vender más lectores, sino de fomentar hábitos de lectura.

¿No crees que enseñar a no piratear es un caso perdido? ¿Que la gente va a piratear si puede, por lo cual habría que apelar a medios técnicos para limitarlo?

No, no lo creo. Hay países que tienen otra manera de ver esta cuestión. Por ejemplo, en Alemania está mal visto a nivel social. En cambio, en España parece que pirateas y no pasa nada. La piratería se puede trabajar desde varios ángulos, el primero es el que parece que se está imponiendo en España, que es que para todos los libros tengan DRM (siglas en inglés de Digital Rights Management, gestión de derechos digitales: son tecnologías para limitar el uso de medios o dispositivos digitales), vamos a limitar al lector y que no pueda ceder a terceros los libros que compra, o que si lo hace, sea de modo restrictivo. En Alemania, en cambio, la federación de editores y libreros decidió que aconsejará a todos los editores que los libros se vendan sin DRM, porque creen que el DRM es una agresión al comprador: es como si le dijeras “Tú vas a robar, por lo tanto, te lo prohíbo de entrada”. Esto implica otro tipo de conciencia social. La tercera vía que tienen los editores, que es quizás la que se va a imponer, es la de crear contenidos no pirateables, con los denominados “libros enriquecidos”: libros que tengan algunos accesorios que hagan que el lector prefiera comprarse el libro en lugar de piratear sólo la letra. Por ejemplo, un CD, una bonita ilustración en la portada, o unos códigos para entrar a una página web. Esto puede potenciar el consumo legal de libros.

Es lo que están haciendo las discográficas…

Sí, aunque la empresa discográfica tiene la ventaja de que los cantantes pueden hacer giras que les pueden generar beneficios económicos. En el caso de los autores, pueden dar conferencias o lecturas; pero evidentemente, es distinto, pues esto no genera beneficios directos para la editorial.

– Feliciano Tisera

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Periodista todoterreno, ha escrito de política, economía, deportes y más. Además de Letras Libres, publicó en Clarín, ABC, 20 Minutos, y Reuters, entre otros.


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