La lámpara de queroseno. El sol mandelstamiano.
Las lámparas de queroseno no alumbran hace tiempo.
Hay poco pan y agua, poco juego y sal.
Todo es muy aburrido, solitario, opaco y oscuro.
El sol mandelstamiano inspiró y recompensó
con su luz brillante señalando el camino hacia el cielo.
En la miseria acrecienta la fortaleza y el fuego.
A su lado no temo al hambre, al frío, al bochorno ni al tifo.
Las lámparas de queroseno comenzaron a crujir bajo las piernas.
Nuestro tiempo pasó, destelló, se marchitó.
El viejo pianista se entristece por las canciones idas.
Todo fue alegre y deslumbrante, ruidoso y calido… –
Arseni Zamostiánov (1977): Publica desde los trece años en revistas y periódicos. Con la cabeza en la arena es su primer libro.
— Traducción y notas de Jorge Bustamante García
Gerardo Rod, un muy buen escritor muy poco conocido
El siete de octubre del dos mil nueve se murió Gerardo Rod. Fue mi alumno en 1997 en la Escuela de Escritores de la Sogem, y me dio miedo cuando lo vi en el salón porque…
The New Yorker tropieza
Para los que nos dedicamos a editar revistas, la portada es una obsesión. Una gran portada es clara y provocadora. Cuando Esquire fotografió a Muhammad Ali a semejanza de San Sebastián en…
Por el río Hudson
para Laura y Gabriel, en su aniversario Apenas izaron las velas, tres gaviotas sobrevolaron el mástil como tres pinceladas deteniendo el paisaje. Alrededor, alfombras de espuma se envolvían y…
Oscuridad de su casa y de la calle
Hace un par de meses, felizmente disimulada por el humo de la guerra, apareció la noticia de que dos reporteros del Washington Post, Mary Jordan y Kevin Sullivan, ganaron el Premio…
RELACIONADAS
NOTAS AL PIE
AUTORES