La mujer frente a su cuerpo

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Nuria Barrios: El รบltimo siglo ha sido fundamental para las mujeres en Occidente. Hemos conseguido el derecho al voto, el acceso a la educaciรณn y al mundo profesional… El feminismo luchรณ contra modelos impuestos para sacar a la mujer del รกmbito de lo privado, donde permanecรญa recluida, y permitirle avanzar en el รกmbito de lo pรบblico, creado por y para hombres. Y consiguiรณ sus objetivos. Nosotras somos la prueba de que es mรกs fรกcil aรฑadir que suprimir: hemos asumido nuevos roles sin apenas abandonar los antiguos.
     Nunca hemos estado en una situaciรณn tan propicia y, sin embargo, hoy somos vรญctimas de nuevas y poderosas angustias y frustraciones. Curiosamente, el origen de esas tensiones no estรก en el รกmbito pรบblico, sino en el privado. Tienen que ver con el cuerpo: la maternidad, la belleza, el deseo, la familia, el placer… Las primeras respuestas que dio el feminismo ya no sirven en esta etapa. El ciclo iniciado a principios del siglo XX se ha cerrado y ahora, a principios del siglo XXI, es preciso iniciar otro. El omnipresente referente masculino del รกmbito pรบblico ha supuesto que las mujeres acallen su propio cuerpo. El determinismo biolรณgico ha muerto y estรก bien enterrado. Ahora se trata de algo diferente: conocer nuestro cuerpo, ese lugar en el que hemos vivido tantos aรฑos. Es urgente que exploremos nuestra geografรญa mรกs รญntima para crear eso que algunas denominan "biologรญa de la liberaciรณn" y otras "feminismo de interior". Para poder dar nombre a nuestros deseos.
     ร‰se es el objetivo de esta mesa redonda: hablar sobre nosotras; preguntarnos, como hemos hecho desde siempre, quรฉ significa ser mujer.
Carmen Alborch: Hay muchos feminismos. Creo que hay vertientes del mismo y feministas, jรณvenes y mayores, que tienen nuevas respuestas a las antiguas preguntas y nuevas preguntas. Tampoco estoy de acuerdo con esa disociaciรณn de pรบblico-privado, personal-polรญtico. No hay dicotomรญa, sino interacciรณn entre ambos conceptos. Lo personal sigue siendo polรญtico. La tiranรญa de la belleza, por ejemplo, incide sobre lo personal, ya que se ejerce sobre el cuerpo, pero es un asunto pรบblico, pues los mensajes vienen del exterior.
Blanca Calvo: Los hombres tampoco escapan a la tiranรญa de la belleza. En esta sociedad capitalista hay un negocio tremendo en torno al cuerpo. Las mujeres occidentales, y digo occidentales porque nos olvidamos de que hay muchรญsimas que estรกn todavรญa en la Edad Media, hemos accedido a un escalรณn superior en el trabajo. Sin embargo, en cosas mรกs atรกvicas, como la relaciรณn con el cuerpo, estamos muy atrรกs. Y lo mismo les sucede a los hombres.
Nuria Varela: Lo pรบblico siempre incide en lo privado. Los matrimonios, los divorcios y los abortos han sido regulados desde el รกmbito pรบblico y siempre desde una visiรณn masculina. Sรณlo ahora empezamos a participar las mujeres, y no lo tenemos fรกcil, pues vivimos en una cultura etnocรฉntrica. Pero tambiรฉn creo, igual que Carmen, que el feminismo, los feminismos, son la soluciรณn.
N B: Quizรกs. A principios del siglo pasado el feminismo aportรณ una serie de respuestas fundamentales, pero la realidad es que hoy ya no sirven. Entonces sus planteamientos permitieron que las mujeres salieran de las casas y empezaran a trabajar, que la maternidad dejara de ser considerada un instinto natural, que el culto a la belleza fuera denunciado como un instrumento ideolรณgico para convertir a las mujeres en objetos… Pero nuestra incorporaciรณn masiva a la sociedad ha supuesto cambios que exigen nuevas respuestas.
N V:  El feminismo es un camino sin retorno. Si te planteas, por ejemplo, la maternidad, es como feminista y siendo consciente de que es una opciรณn personal y casi ideolรณgica. ร‰se es un tema terrible; antes no disponรญas de anticonceptivos ni casi de capacidad de decisiรณn sobre tu pareja acerca del nรบmero de hijos, y ahora es un proyecto imposible para las mujeres jรณvenes que trabajamos.
N B: En Espaรฑa tenemos la tasa de natalidad mรกs baja de Europa, pero no solamente porque las mujeres decidan tener menos hijos o no tenerlos. El que podamos tomar esa decisiรณn es una conquista fundamental, pero hoy la maternidad plantea cuestiones diferentes y, a menudo, muy dolorosas. Las mujeres que compatibilizan el trabajo con los hijos arrastran un complejo de culpa y todo tipo de problemas profesionales. Y muchas que postergan la maternidad al momento que ellas consideran propicio profesional y emocionalmente, se enfrentan mรกs tarde a la imposibilidad de realizar su deseo. Ahรญ estรกn los tratamientos de fertilidad, las fecundaciones in vitro, las adopciones… La maternidad sigue siendo fuente de frustraciones.
B C:  Efectivamente hacen falta nuevas respuestas para los temas de siempre. Pero no me gustarรญa que se restara importancia al hecho de que la ciencia nos haya permitido decidir ser o no ser madres. La anticoncepciรณn es la mayor revoluciรณn para las mujeres en los veinte siglos que llevamos vividos. El feminismo ha avanzado mucho, y nosotras, agarrรกndonos con uรฑas y dientes, hemos subido la montaรฑa. Pero si no hubiera sido por ese descubrimiento cientรญfico, estarรญamos mรกs abajo.
C A:  En nuestro paรญs la posibilidad de anticoncepciรณn es recientรญsima. La pรญldora se generalizรณ en los aรฑos sesenta y mucho mรกs tarde en Espaรฑa. Hubo mujeres que murieron porque no pudieron ir a Londres a abortar.
B C:  Ayer me comentaba una enfermera que la anticoncepciรณn estรก revolucionando la poblaciรณn gitana. Poco a poco y clandestinamente, las gitanas empiezan a planificar su natalidad. Los maridos no saben si la pรญldora que toman es para el riรฑรณn o para quรฉ.
N V:  El paso clave hoy para las mujeres es no renunciar a las cosas que nos parecen buenas o que deseamos.
C A:  Es muy importante que el deseo de ser madre resulte mucho mรกs sencillo. Que no sea a costa de tanto esfuerzo. Y aquรญ vuelvo a la interacciรณn de lo pรบblico y lo privado. Las estructuras sociales deben dar facilidades para que los niรฑos y las niรฑas estรฉn bien y la mujer pueda organizarse sin que su cabeza vaya siempre con la culpabilidad de que estรก donde no tiene que estar…
N V: Blanca hablaba antes de la importancia de la ciencia, y tiene razรณn. Pero la ciencia tambiรฉn es ideolรณgica. El hombre llegรณ a la Luna hace tiempo, pero seguimos depilรกndonos con dolor. Y lo que intento decir es que los estados y los gobiernos estรกn poniendo mucho dinero en campos ajenos a nuestra vida diaria.
C A: El dinero es importantรญsimo cuando se habla de investigaciones que nos permiten vivir mejor o ser mรกs libres. Es cierto que la ciencia no es neutral. Hay muchas mujeres en tratamiento para ser madres que estรกn siendo utilizadas como conejillos de indias. No siempre se les procura la informaciรณn adecuada y su deseo, que puede convertirse en una obsesiรณn, les lleva a hacer lo que sea por conseguirlo. Me parece esencial que haya mujeres controlando cรณmo se invierte el dinero, quรฉ tipo de investigaciones se realizan en ingenierรญa genรฉtica…
N V: Eso yo lo veo con los parches para las mujeres en la edad menopรกusica. No estรกn recibiendo informaciรณn. ¿Estรกs mal? Pues toma, te ponen un parche.
C A:  A mรญ alguna vez me han pedido que participara en un libro sobre la menopausia y he dicho que no. No es una cuestiรณn de rubor ni de ocultar la edad. Supongo que todo el mundo sabe que estoy menopรกusica. Simplemente, yo no tengo un criterio. Las mujeres hemos empezado a hablar sobre la menopausia hace cinco minutos.
B C: Todavรญa lo hacemos con un poco de vergรผenza, en general. Trato a muchas mujeres en la biblioteca de Guadalajara y hay una que, cada vez que proponรญamos hacer una excursiรณn, decรญa: "Ay, justo cuando tengo la regla, y es que la tengo tan abundante que no voy a poder ir". A nadie le interesaba eso, y ademรกs era evidente que tenรญa edad para ser menopรกusica, pero no lo admitรญa. Y es que decir menopausia en pรบblico aรบn es un poco vergonzante. ¿Cuรกntas veces se menciona en la televisiรณn? Prรกcticamente nunca.
N B: La menopausia, la falta de fertilidad, se asocia a la vejez y la vejez femenina estรก estigmatizada. En la tradiciรณn, a los ancianos se les atribuye sabidurรญa y madurez, mientras a las ancianas se les achaca avaricia, envidia, fealdad…
C A: Ya no sirves, ya no eres deseable porque no te reproduces. ¡Claro! ¡Como ellos pueden dar esos triples saltos generacionales! Hasta que empecemos nosotras... Por eso tambiรฉn es muy importante cuanto aquรญ se ha comentado del feminismo como un proceso personal. Te da herramientas para enfrentarte a situaciones que hagan que te tambalees menos o que te tambalees, pero no caigas.

N B: Desde luego, necesitamos claves para relacionarnos con nuestro cuerpo. Fui a la biblioteca de Blanca hace un mes y en uno de los grupos de lectura las madres amamantaban a los niรฑos mientras les contaban historias. Esas mujeres pertenecen a la Liga de la Leche. El hecho de que en Espaรฑa haya surgido este movimiento supone que previamente ha habido un rechazo a que las madres amamantaran en pรบblico. La lactancia pasรณ de ser una actividad reconocida de la mujer —su tarea era ser fรฉrtil— a perjudicar su imagen moderna y profesional. Y ahora se vuelve a reivindicar. Estos cambios, en un espacio tan corto de tiempo, a cualquier mujer le producen cuando menos dudas.
B C: Hay que situarlo en la historia de este paรญs. En los aรฑos veinte y treinta existรญa cierta libertad para enseรฑar el pecho mientras amamantabas a tu hijo, pero la sociedad beatorra que se creรณ a partir de 1939 impedรญa que pudieras amamantar en pรบblico con naturalidad. Cuando tuve a mi primera hija, mi madre me decรญa: "Ponte un paรฑuelito cuando le des". Y eso que estaba en casa, en una reuniรณn de amigos.
N B: Pero ese movimiento surgiรณ en el extranjero antes que en Espaรฑa. Creo que no depende tanto de una moral beata como de intentar no dar al hombre una imagen de la mujer dedicada a la lactancia, dedicada a sus hijos y quitando tiempo a su avance profesional.
C A: Seguramente algo tendrรกn que ver las industrias de la leche maternizada.
N V: Aรบn estamos muy colonizadas. Os hablo de mi propia experiencia el dรญa que organizamos, en Madrid, un acto contra la violencia, inspirado en una artista brasileรฑa. Hubo dos fases muy diferenciadas: la primera, privada, cuando ciento cincuenta mujeres nos vestimos de novia en la Casa de Amรฉrica.

Habรญa un grupo pequeรฑo que venรญa de su propia experiencia de maltrato, pero la inmensa mayorรญa รฉramos miembros activos de grupos feministas, de entre veinte y cuarenta aรฑos, y no habรญamos contemplado ni el matrimonio religioso ni el vestido. Y allรญ estรกbamos, buscando uno que fuera de nuestra talla y ayudรกndonos a colocar el velo y los accesorios. Casi todos los trajes, blancos con bordados, habรญan sido donados por brasileรฑas que habรญan sufrido maltrato. Mujeres para quienes el dรญa de su boda fue el mรกs feliz de su vida. Pero cuando se enfrentaban a su vestido, guardado en el armario, se venรญan abajo. Sรณlo habรญa un espejo y, de repente, al mirarnos: ¡princesas! Algunas decรญan que el recuerdo mรกs inmediato era la Primera Comuniรณn, pero la mayorรญa hablaban de los cuentos de hadas. ¡No sabรฉis lo que es enfrentarte a eso!
N B: ¿Quรฉ sentiste tรบ al verte?
N V: Una revoluciรณn terrible dentro de mรญ: me estaba enfrentando a un mito. Aunque ideolรณgicamente rechazo el matrimonio, sobre todo por la connotaciรณn que tiene la mujer en la Iglesia Catรณlica, he tenido que trabajar ese rechazo porque te lo venden como el dรญa mรกs bonito de tu vida. El vestido pesaba como un ancla que no te permite avanzar. Y cuando me puse el velo recordรฉ la primera vez que me puse un burka.
C A: Yo me hubiera vestido, pero me enterรฉ tarde. Me fascinรณ.
N V: La segunda fase fue salir a la calle y dirigirnos, en silencio, a la plaza de Neptuno. Todas llevรกbamos un ramo de rosas y, al salir, cada una iba quitรกndoles las espinas. Cuando entramos de nuevo a la Casa de Amรฉrica, ya para cambiarnos, ¡nos dimos unos abrazos! Volvรญamos sobrecogidas. Por supuesto el Ayuntamiento no nos dejรณ tirar las flores en la fuente de Neptuno, como la artista brasileรฑa proponรญa.
N B: ¡Claro, porque Neptuno es para los del Atlรฉtico!
Dulce Chacรณn: Me gustarรญa romper una lanza por las novias. Yo apoyo la iniciativa como un sรญmbolo del fracaso, pero tambiรฉn existen las mujeres que no son maltratadas ni naufragan en el matrimonio. Creo que el vestido de novia ha dejado de ser religioso para convertirse en un sรญmbolo de la felicidad. Hay mujeres que se casan por el juzgado o sรณlo hacen una ceremonia privada y se visten de novia porque es un sรญmbolo romรกntico, efectivamente, de los cuentos de hadas. A mรญ esos cuentos me ayudaron a aprender a leer, me construyeron un mundo fantรกstico, y la ficciรณn me parece muy valiosa.
N V: Estoy de acuerdo, pero lo esencial de la acciรณn fue el descubrimiento de que las cosas que nos han dicho y llevamos dentro hacen muy difรญcil nuestra libertad individual. Te puedo asegurar que las que estรกbamos allรญ nos acordamos de nuestras madres.
C A: O de nosotras mismas.
B C: Yo me casรฉ de blanco.
C A: Yo no me casรฉ de blanco, pero no sabรฉis los malabarismos que tuve que hacer para lograr una ceremonia que complaciera a mi familia y que al mismo tiempo fuera transgresora. Llevaba un traje indio, lleno de semillas, que no era blanco pero era claro, y me casรฉ en una ermita y en valenciano. Puro eclecticismo. Dulce ha dado una versiรณn muy positiva de los cuentos de hadas: son fantasรญa, y la imaginaciรณn es estupenda. Pero esa imaginaciรณn de los cuentos siempre ha hecho que la felicidad de la mujer dependa del hombre: รฉl es quien te despierta y te hace feliz.
D C: Tenemos que saber dรณnde estamos, pero tampoco hay que rechazar tan brutalmente los sรญmbolos que continรบan limpios de todo ese polvo y paja. Una boda puede no ser el dรญa mรกs feliz del mundo, pero es un acto de uniรณn de dos personas que se quieren y hacen una fiesta. Entonces se tira la casa por la ventana y reina la imaginaciรณn. Hay gente que opta por ser princesa, otra por un vestido con flores y semillas. Yo me puse un mantรณn de manila en color crema. Y al hombre le hace la misma ilusiรณn y se pone un chaquรฉ o se viste de pingรผino.
N B: Pero los hombres no guardan el chaquรฉ y las mujeres sรญ guardan el vestido de novia. Probablemente porque hasta a las que son feas les dicen el dรญa de su boda que estรกn mรกs guapas de lo que lo han estado y estarรกn nunca. Espaรฑa es el lugar de Europa donde mรกs operaciones de cirugรญa estรฉtica se llevan a cabo, y las operaciones de cirugรญa estรฉtica van encaminadas a lograr precisamente la juventud y la belleza, los dos elementos propios de una novia.
D C: La tarjeta de visita de una mujer es la belleza. Tenemos que luchar por demostrar quiรฉnes somos y no cรณmo somos. El quiรฉnes somos es lo que hacemos, no cรณmo nos vestimos. Es muy frecuente que a una mujer guapa, sea cual sea la actividad que desarrolle, le digan: "¡Ay, quรฉ guapa estรกs!". Pero no: "¡Ay, quรฉ bien has hecho esto!".
B C: Cuando alguien del entorno, un sobrino o un hijo, se echa novia, la pregunta es: "¿Es guapa?". Y, sin embargo, cuando una chica se echa novio la pregunta cambia: "¿Quรฉ es?".
D C: Es un hecho que la belleza influye muchรญsimo mรกs en la mujer que en el hombre. El otro dรญa vi a Carmen Posadas en un programa de televisiรณn de libros y el presentador le preguntaba: "¿Quรฉ tal llevas eso de ser guapa?". Cuando entrevistan a Manolo Rivas nadie le pregunta: "¿Quรฉ tal llevas eso de ser guapo en el mundo de la literatura?". Me parece aberrante la idea de que una mujer por ser guapa ya no pueda ser buena escritora o que su belleza tenga que influir en su literatura. Y aun mรกs aberrante que se lo pregunten.
N V: Pero es que los programas culturales los llevan hombres. Va todo unido. Al final es un juicio masculino.
B C: Me gustarรญa volver al tรญtulo del debate, La mujer frente a su cuerpo. Cuando te propones hablar de ello enseguida surge el aspecto estรฉtico.
C A: Yo lo primero que pienso es: "¡Quรฉ horror!". A cualquier edad temes enfrentarte con tu cuerpo. Muy pocas personas transforman esa situaciรณn en una sensaciรณn placentera y duradera. El cuerpo no es sรณlo una cuestiรณn estรฉtica, es muchas mรกs cosas. Tiene que ver con nuestra manera de estar en el mundo: es tambiรฉn nuestro cerebro, nuestros dolores, nuestros sufrimientos.
B C: Tambiรฉn ignoramos la relaciรณn con nuestro propio cuerpo como mรกquina. Tengo 54 aรฑos y, para mรญ, un momento importante del dรญa es cuando, tras la ducha, me doy la crema hidratante. Entonces tengo que enfrentarme a mi cuerpo, que cada vez estรก mรกs viejo, pero funciona muy bien. Y pienso que tengo que estar agradecida. Imaginad la cantidad de reparaciones que tiene un lavaplatos. Pues nuestro cuerpo tiene mucho mรกs tiempo de vida y suele funcionar. Cuando cumplรญ los cincuenta aรฑos, hice el Camino de Santiago para demostrarme que no estaba hecha un cacharro viejo. Andaba todos los dรญas una media de treinta kilรณmetros, y cuando llegaba al final casi no podรญa hablar porque la lengua es un mรบsculo y tambiรฉn se cansa. Pero con la ducha, la comida y el sueรฑo me recuperaba y, al dรญa siguiente, estaba en condiciones de hacer otros treinta kilรณmetros. Esa experiencia me hizo sentir como una mรกquina. Y creo que es asรญ como deberรญamos vivir nuestro cuerpo: como nuestra carrocerรญa.
N B: Alicia Gimรฉnez Bartlett explica, en el ensayo La deuda de Eva, que las mujeres siempre han tenido la obligaciรณn de ser hermosas. Antes necesitaban ser bellas para poder casarse o tener รฉxito social. Hoy, en muchos trabajos exigen tener "buena presencia".
C A: Yo creo que estรก muy bien aspirar a ser guapa. ¿A quiรฉn no le gusta? Pero una precisiรณn: no me refiero a cumplir con unos determinados cรกnones, sino a que te resulte agradable mirar a una persona o ser mirada de una manera agradable.
N B: Un caso paradigmรกtico de la importancia de la imagen pรบblica es la transformaciรณn de Hillary Clinton. Esa mujer, a medida que fue adquiriendo poder, sufriรณ un cambio fรญsico radical: se quitรณ las gafas, cambiรณ su corte de pelo, se preocupรณ por su vestuario y terminรณ por aparecer en la portada, creo, de Vanity Fair.
C A: Te advierto que la asesora de imagen en el partido socialista ha hecho mรกs estragos con los chicos que con las chicas. Si a Hillary Clinton, que sin duda es una estupenda polรญtica, le ayuda aparecer en la portada de Vanity Fair, mejor que mejor.
N B: La realidad es que existe gente guapa y gente fea, y los feos no tienen por quรฉ intentar ser guapos. Son feos y punto, y luego son inteligentes, tontos, simpรกticos, hostiles… Pero en nuestra sociedad, donde la imagen es prioritaria, si eres fea, malo. Y si no le intentas poner remedio, peor. El argumento es que tienes cremas, tienes maquillaje y, en รบltimo tรฉrmino, tienes el quirรณfano. Y la conclusiรณn es clara: la fea es responsable de su fealdad.
D C: Peor la que es gorda. Porque la que es fea, mira, la pariรณ asรญ su madre…
N B: Con la hipocresรญa, ademรกs, de que a las mujeres se les exige ser guapas y se les muestra el abanico de posibilidades a su alcance, pero despuรฉs de hacerse la cirugรญa estรฉtica a menudo aparece la crรญtica: mira quรฉ cara se le ha quedado…
C A: Hay mujeres que se han operado y se sienten muy felices. Alguien tiene una nariz que es un horror: oye, pues que se opere e irรก mucho mรกs tranquila por la vida.
N V: ¿Tรบ justificarรญas eso?
C A: Yo no soy antinada. En el ejercicio de tu libertad y con la informaciรณn adecuada, haz lo que quieras. Me parece que el feminismo es, sobre todo, antidogmatismo. Hay personas que se miran al espejo y se ven todo el rato la nariz. Eso es un obstรกculo muy difรญcil de superar y que tiene una soluciรณn relativamente fรกcil. No tiene sentido anatematizar y decir: nadie se debe operar la nariz porque eso significa que no estรก de acuerdo consigo mismo y no sรฉ quรฉ. Otra cosa es que digas: primero la nariz, y luego las arrugas, y luego… Ese proceso de operaciones sin fin tiene mรกs que ver con que una no estรก a gusto consigo misma que con la aspiraciรณn de ser guapa, que es muy legรญtima.

N V: La clave es la autoestima, pero ese tema es muy complejo. Una cosa es ponerse guapa en un momento para tirar adelante, y otra cosa es que รฉse sea tu รบnico recurso. Estรก bien mientras sepas que tu felicidad no depende de la aceptaciรณn del otro. Como no sea asรญ, acabas en la anorexia.

Las anorรฉxicas son jรณvenes muy brillantes, que se quiebran y necesitan seguir siendo perfectas. Y ser perfecta en esta sociedad no es ser inteligente.
C A: Eso les lleva a querer desaparecer. Yo tambiรฉn creo que la autoestima es importantรญsima, pero muy difรญcil. Es tan fรกcil que nos tambaleemos: cualquier mirada torcida, cualquier comentario… Y eso va ligado a la vanidad y la inseguridad. Somos tan inseguras que cuando tienes un poco de poder y te dicen que estรกs guapa piensas que te estรกn halagando, no porque seas mujer, sino para conseguir algo, ya que estรกs en un determinado puesto.
N B: La autoestima de las mujeres, su mirada sobre sรญ mismas, depende demasiado de la mirada ajena. Una mujer se pone guapa para sentirse mejor. Pero ¿se siente mejor porque se ve guapa? ¿O porque los demรกs, sean ellos o ellas, piensan: "Quรฉ bien estรก, parece mucho mรกs joven"?
B C: En la fiesta de fin de curso de los clubes de lectura, que son eminentemente femeninos, todas se ponen guapรญsimas. Y son doscientas mujeres y diez hombres. Siempre me ha llamado la atenciรณn lo mucho que nos arreglamos las mujeres cuando vamos a estar con otras mujeres. Quizรก es que ya hemos cogido carrerilla…
N V: Yo me pongo guapa para mรญ, pero en el trabajo siempre alguien comenta algo, mientras a los chicos nadie les dice nada. Si voy tres dรญas seguidos de negro, me sueltan: "¿Quiรฉn se te ha muerto?". Estoy convencida de que los chicos que te dicen eso no tienen ninguna conciencia de la presiรณn que estรกn ejerciendo sobre ti. Enjuiciar el aspecto de la mujer es un derecho adquirido por los varones.
C A: A mรญ me parece que los hombres son impresentables. Hay veces que le digo a alguno: ¡Pero cรณmo te atreves a decir que si fulanita estรก bien o no estรก bien! ¿Tรบ te has mirado al espejo?
N V: Cualquier hombre se considera con derecho a juzgarte y decirte algo.
B C: ร‰se es el poder. Y un piropo por la calle te parece una agresiรณn la mayor parte de las veces.
C A: Hace tres dรญas iba andando y un seรฑor me dice: "¡Quรฉ guapa estรกs!". Bien, pensรฉ. Pero, a continuaciรณn, aรฑade: "¡Quien tuvo retuvo!".
B C:¿Creรฉis que una determinada trayectoria vital puede conducir a la belleza? A los grupos de lectura que hay en la biblioteca llegan a veces mujeres derivadas por servicios psicolรณgicos o mรฉdicos. Vienen en un momento de remolino hacia abajo: sienten su vida vacรญa y se las ve deprimidas. Sin embargo, encuentran nuevas relaciones, se les despierta una curiosidad cultural y, un aรฑo despuรฉs, estรกn guapas. Como un resultado. Creo que si te buscas en profundidad, en la superficie tambiรฉn te encuentras.
D C: Es fundamental quererse a sรญ mismo. La belleza fรญsica, con arreglo a los cรกnones, se olvida enseguida. Tรบ estรกs hablando con una persona guapรญsima y si es un cardo borriquero ni recuerdas que es guapa. En cambio, si es fea y es un encanto, te seduce. La seducciรณn estรก mรกs allรก de lo fรญsico.
N B: Os voy a contar un caso curioso de seducciรณn. Hace un par de aรฑos un grupo de arqueรณlogos ingleses llegรณ a la conclusiรณn de que Cleopatra era fea. Esa mujer de belleza mรญtica era baja, gorda y nada agraciada. Y debรญa ser inteligente y muy seductora. Me imagino que los que construyeron su leyenda, que por supuesto fueron hombres, decidieron ocultar algo inadmisible para ellos: que Marco Antonio se enamorรณ de una mujer fea.
C A: La tiranรญa de la belleza sรณlo supone frustraciรณn, frustraciรณn, frustraciรณn. Las jรณvenes tienen que saber que llegarรกn a ser mayores. Yo lo digo con toda la cara del mundo: cuando era joven tambiรฉn paraba la circulaciรณn, y ahora lo que me preocupa es asumir la vejez futura como deterioro de mi cuerpo.
B C: Hemos mencionado varias veces el espejo. Conozco opiniones muy distintas sobre el mismo. Una amiga dice que el espejo de su casa es estupendo porque siempre se ve guapรญsima y que los que no la corresponden son los de otros sitios. En la revista del periรณdico Expresso, un conocido escultor portuguรฉs, de unos sesenta y tantos aรฑos, elegรญa entre posibles espejos el del ascensor: esa imagen casual tuya que contemplas con ojos externos. Y, por รบltimo, estรกn los espejos de las tiendas de ropa, que a mรญ me parecen muy hostiles.
N B: Los espejos mรกs hostiles son los ojos de las dependientas de cremas hidratantes: "¿Quรฉ aรฑos tienes? Mmmm. Esas patas de gallo no corresponden a tu edad". Te sientes tan humillada que inmediatamente les das la tarjeta de crรฉdito.
B C: Es una tรฉcnica comercial. Cuando estรกs dรฉbil, compras.
N B: Y estรกn tambiรฉn los espejos de papel: la publicidad y las revistas. En Interviรบ sacaron recientemente en portada a Nacha Guevara. Era una imagen espectacular: tiene sesenta aรฑos y representa la mitad. En distintos programas de televisiรณn muchas mujeres comentaron con admiraciรณn ese fenรณmeno.
N V: Llevo casi diez aรฑos trabajando en Interviรบ y ha sido la portada que mรกs me ha dolido. Me parece tan exagerado el estereotipo, la mentira, la burla… La inmensa mayorรญa de las mujeres con treinta aรฑos no somos asรญ. Estรกn desfigurando nuestro propio cuerpo de una manera escandalosa.
C A: El caso de Shere Hite es parecido. Tiene mรกs de cincuenta aรฑos y yo no sรฉ quรฉ se ha hecho, pero parece sรบper joven. Cuando la ves, te descoloca porque no corresponde, no hay adecuaciรณn.
N B: Hace un siglo Nacha Guevara o Shere Hite habrรญan sido fenรณmenos de circo, porque hubieran sido seres excepcionales.
B C: Como brujas.
N B: Pues hoy se plantean como referentes a imitar. Son imรกgenes de lo que se espera de nosotras. Es una lรกstima que no haya podido asistir la directora de alguna revista femenina. Me hubiera gustado que expusiera su opiniรณn porque creo que estas revistas, que dirigen mujeres y compramos las mujeres, mantienen estereotipos como el de la belleza.
N V: Todas estรกn dentro de lo polรญticamente correcto. El problema es que no hay ningรบn medio de comunicaciรณn, de mediana divulgaciรณn, que refleje el pensamiento feminista. Lo รบnico que tenemos es el pensamiento femenino.
B C: Como bibliotecaria las compro, porque debo reflejar los intereses de todo el mundo, pero creo que Quรฉ leer estรก muy bien y vale para hombres y mujeres, El Paรญs estรก estupendo y vale para hombres y mujeres, Le Monde Diplomatique
N V: Yo soy periodista y, sin embargo, me siento excluida de todos los medios de comunicaciรณn. El Paรญs no vale para hombres y mujeres: habla de cosas normalmente muy ajenas al pensamiento femenino; casi nunca hay mujeres que analicen las situaciones…
B C: El remedio serรญa que hubiera mรกs voces femeninas, pero no crear medios de comunicaciรณn especรญficos para ellos y otros para nosotras.
C A: No es una cuestiรณn de cantidad; tiene que ver con la propiedad de los medios, con las secciones en las que trabajan las mujeres, con su compromiso… Tiene que ver con el poder.
B C: En la foto de la รบltima cumbre mundial habรญa treinta personas y, de ellas, sรณlo dos o tres eran mujeres y estaban desperdigadas en segunda y tercera fila. ร‰sa es la cumbre de los que mandan en el mundo. Nos falta mucho camino por recorrer para alcanzar un reparto de poder mรกs justo.
N B: Nos hemos pasado casi toda la mesa hablando de ser visibles y, al final, todo ese esfuerzo para resultar agradables y que nos vean es intrascendente porque somos invisibles, como demuestra esa foto.
C A: Una vez fui al festival de Cannes y me hicieron una foto junto a Montxo Armendรกriz, el director de cine. Al dรญa siguiente apareciรณ en Le Figaro. Decรญa: "El ministro de Cultura y su esposa".
N V: La conclusiรณn de los estudios que se han hecho sobre los medios de comunicaciรณn es que cuando introduces un elemento femenino se devalรบa la informaciรณn. En la guerra de Afganistรกn, si entrevistabas a un seรฑor de la guerra o a un talibรกn, esa informaciรณn iba a primera pรกgina; si entrevistabas a cualquier mujer, iba a sociedad o a la รบltima pรกgina. ¡Y ya no te cuento si metes la palabra feminista como presentaciรณn de la mujer a la que vas a entrevistar!
D C:  La palabra "feminismo" estรก desgastada y muchos lo utilizan como un arma arrojadiza. Hay quien opina que el feminismo fundamentalista ha perjudicado al feminismo. Me gustarรญa que alguna de vosotras hiciera una distinciรณn para la gente que ve el movimiento como una amenaza mรกs que como una soluciรณn.
B C: Yo tengo una posiciรณn ambigua. En los aรฑos sesenta y setenta me consideraba feminista, pero ahora no sabrรญa si definirme como tal porque he visto en el feminismo muchas exageraciones. Hay que analizar el mundo desde una visiรณn mรกs amplia, sin olvidar que convivimos hombres y mujeres.
C A: El feminismo es una lucha contra la estructura patriarcal, y eso tiene que ver con los hombres, que son los que han detentado o detentan el poder, pero sin ningรบn afรกn de opresiรณn.
N V:  Es un movimiento de paz y libertad. No tenemos muertos, tenemos muertas. Sin embargo, siempre ha estado estigmatizado con la idea de que las feministas son gordas, feas, marimachos, lesbianas y bigotudas. Hemos tenido que hacer el esfuerzo, y eso sรญ que tiene que ver con el cuerpo, de decir: "Miradnos, somos estupendas". La gente habla del feminismo y no sabe lo que es. Se cuentan con los dedos de una mano las feministas que lanzan sus mensajes en los medios de comunicaciรณn. Es desde el anรกlisis del desequilibrio de poderes que se debe profundizar. ~

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Carmen Alborch: Diputada y ex ministra de Cultura con la administraciรณn socialista. Es autora de los ensayos Solas (1999) y Malas (2002).
Nuria Barrios: Escritora y periodista. Es autora de Amores patolรณgicos (1998), El zoo sentimental (2000) y Balearia (2000).
Blanca Calvo: Directora de la Biblioteca de Guadalajara. Fue alcaldesa de la ciudad por IU.
Dulce Chacรณn: Poeta, dramaturga y novelista. Es autora de Algรบn amor que no mate (1996), Blanca vuela maรฑana (1997), Hรกblame, musa, de aquel varรณn (1998), Cielos de barro (2000) y La voz dormida (2002).
Nuria Varela: Periodista. Es autora de รbamos a ser reinas (2002), un ensayo sobre la violencia contra las mujeres.

 

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