La nueva derecha

Si Ciudadanos es de derechas, es esa derecha moderna que la socialdemocracia lleva aรฑos reivindicando.
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Cayetana รlvarez de Toledo, diputada y verso suelto del Partido Popular, comenta en una entrevista con Ana Pastor en la revista Jot Down que “si Ciudadanos hubiera tomado la decisiรณn de sustituir al PP y ser un PP moderno y renovado hubiera tenido mucho mรกs รฉxito en las urnas del que ha tenido”. Los votantes de Ciudadanos son de centroderecha, pero Albert Rivera insiste en que no es un partido de derechas: sus referentes son Obama, Nick Clegg, hasta hace poco lรญder del partido Liberal Demรณcrata britรกnico, y Franรงois Bayrou, presidente del partido social liberal francรฉs Movimiento Demรณcrata. Pero le cuesta quitarse esa imagen de nueva derecha. El eje ideolรณgico en Espaรฑa estรก ligeramente desplazado hacia la izquierda (un 53% de los espaรฑoles se coloca entre el 3 y el 5 en la escala ideolรณgica, siendo el 1 extrema izquierda y el 10 extrema derecha), lo que quizรก explique la etiqueta de derecha a Ciudadanos por estar mรกs cerca del centro. Tras las elecciones autonรณmicas al partido le va a costar aรบn mรกs explicar su ideologรญa: ante los probables acuerdos entre PSOE y Podemos en varias regiones, Ciudadanos ha quedado relegado como la muleta del PP. De su firmeza en pactos como el posible entre Cifuentes e Ignacio Aguado en la Comunidad de Madrid, donde los reciรฉn imputados Salvador Victoria y Lucรญa Figar eran miembros del gobierno, depende tambiรฉn la credibilidad del proyecto a nivel nacional.

A juzgar por su programa, Ciudadanos no es un partido de derechas. Pero suponiendo que lo es, aceptando el discurso que lo vende como la alternativa liberal del IBEX, es entonces esa derecha moderna que lleva aรฑos reivindicando la izquierda espaรฑola. Esa derecha europea laica, cosmopolita, sin posturas ultramontanas ni derivas autoritarias. Esa derecha liberal que la socialdemocracia exige sin saber siquiera si existe, sin saber exactamente cรณmo se define y que cuando hace su apariciรณn le cuesta reconocer.

O quizรก es simplemente un cambio estรฉtico, un “maquillaje”, aunque sea un maquillaje sin perfilar, indefinido y cursi: “Lo imposible es solo una opiniรณn”, dice su eslogan coelhiano, cuando la polรญtica es la gestiรณn de lo posible. Es parte de la campaรฑa y parte de esa faceta coach de la polรญtica que habla de polรญticos “caramelo”, polรญticos “envoltorio”, “liderazgo de conciencia” y demรกs vaguedades de autoayuda. Toda campaรฑa es indefiniciรณn y vacuidad retรณrica, pero en el caso de Ciudadanos su moderaciรณn se ha interpretado como oportunismo.

En un momento de la entrevista de รlvarez Toledo, esta le recomienda a Ana Pastor que lea Fuego y cenizas, la historia del fracaso polรญtico de Michael Ignatieff en su Canadรก natal. El intelectual afirma que “el arte de la polรญtica consiste esencialmente en ser un maestro del oportunismo” y cree que “un torpe oportunista polรญtico no es mรกs que alguien incapaz de ocultar que estรก aprovechando una oportunidad. Un oportunista hรกbil, por el contrario, es alguien que sabe persuadir al pรบblico de que ha sido รฉl quien ha creado la oportunidad”. 

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Ricardo Dudda (Madrid, 1992) es periodista y miembro de la redacciรณn de Letras Libres. Es autor de 'Mi padre alemรกn' (Libros del Asteroide, 2023).


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