En un pasaje de The Pervert´s Guide to Cinema, el filósofo esloveno Slavoj Zižek reflexiona acerca de la condición post-orgánica de la voz. Mientras las clásicas escenas de El exorcista, Das Testament der Dr. Mabuse, Alien y The great Dictator llenan la pantalla, el pensador lacaniano declara, lacónicamente: “La voz no es una parte orgánica del cuerpo humano; viene de algún lugar situado entre tu cuerpo. Cada vez que hablamos con otra persona surge este mínimo efecto de ventriloquía, como si una fuerza externa nos poseyera”. Y más adelante agrega: “la lección que deberíamos aprender (…) es que los alienígenas somos nosotros mismos. El Ego, la propia Psiqué, es esa fuerza ajena que distorsiona y controla nuestro cuerpo”. (V. a partir del minuto 3:33).
http://www.youtube.com/watch?v=GgMFACyf2uM
La reflexión de Zižek parece haber sido interiorizada tecnológicamente por la compositora Maja Ratkje: en su obra, la voz se transforma en una suerte de pizarra alter-humana cuyo carácter posesivo y cuya desnaturaleza pueden enfatizarse hasta el límite de la revelación mediante software, theremines, filtros de audio y pedaleras. Paradójicamente (o mejor: a manera de oxímoron) la intervención cibernética le permite a la autora decantar los fonemas producidos por su garganta hasta desarraigarlos del ámbito utilitario del lenguaje, conectando su vocalización con una textura instintiva, animal.
Nacida en Trondheim, Noruega, en diciembre de 1973, Maja Ratkje es una artista vinculada lo mismo a la corriente noise que a la poesía sonora y, en general, a los movimientos estéticos interdisciplinarios de principios del siglo XXI. Aunque produce música desde los 90 con el colectivo SPUNK, su álbum debut como solista, Voice, data de 2002. Se trata de una grabación atípica, a ratos melódica pero ante todo punzante, y que recuerda en forma alternativa a artistas como Joan La Barbara, Diamanda Galás o Meredith Monk. La obra, interesante y difícil, cuenta con espléndidos instantes entre los que se destacan piezas como “Vaccum”, “Voice” y “Acid”.
[Aunque con una regular calidad de audio, Voice está aquí.]
Un aspecto atractivo de Ratkje es la fuerza escénica que despliega al presentarse en solitario, como puede inferirse en estas breves muestras:
Por otro lado, sus febriles versiones de estudio representan inusitados encabalgamientos auditivos que tensan la frontera entre los conceptos de ruido, música y voz. Si he usado la palabra “encabalgamiento”, propia del dialecto formal de la poesía, es porque uno de los aspectos que me parecen centrales para aprehender el arte sonoro de Maja Ratkje es su condición lírica. No en balde la autora participará este sábado 27 de junio en la lectura inaugural –significativamente titulada Weltklang: “Sonidos del Mundo”– del Festival de Poesía de Berlín.
– Julián Herbert