Mundial: Suerte y sorteo

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La modernidad pretendiรณ educar al hombre a fin de que no dependiera de nada mรกs que de su talento, su tesรณn, su capacidad para escribir รฉl mismo su destino. Se intentaba romper con siglos de esoterismo, supersticiรณn y dependencia del azar: no mรกs Orรกculo de Delfos, no mรกs mitos que justifiquen el presente ni ritos para desencadenarlo: en definitiva, no mรกs recargarse en la fortuna.

Es evidente al caminar por la mayorรญa de las ciudades (unas mรกs, otras menos) que el ser humano, sin importar cuรกn racional se pretenda, continรบa confiando parte de su rutina a la suerte. En China, por coincidencias fonรฉticas, el 4 es interpretado como โ€œmuerteโ€ y el 8 como โ€œprosperidadโ€ (incluso son mรกs costosos los nรบmeros telefรณnicos y las matrรญculas de automรณviles que acumulan ochos). En Mรฉxico seguimos tocando madera y โ€œhaciendo changuitosโ€. En otras partes, la herradura, el trรฉbol de cuatro hojas, no pasar bajo una escalera, los ajos, etc.

Por ello no debe sorprendernos que, ya en el รกmbito del futbol, el director tรฉcnico del club ruso Rubin Kazan pase el partido completo sujetando un rosario musulmรกn, que algunos aficionados andaluces besen una cruz cada que el delantero rival va a rematar, que muchos equipos repitan idรฉnticas rutinas cuando ganan un partido (quiรฉn entra primero al vestuario, quiรฉn recibe el รบltimo masaje, quiรฉn sale a saludar a la novia), o que numerosos brujos y hechiceros acudan al campo de futbol horas antes de un juego a fin de โ€œlimpiarloโ€ o โ€œcondenarโ€ al portero del cuadro enemigo.

Tan largo comentario para explicar que sรญ, indiscutiblemente, por modernos que pretendamos ser, seguimos confiando buena parte del destino a la suerte y no a las leyes de la probabilidad: el futbol, como todo, sigue mitificado. No parece casual que el sorteo del Mundial 2010 se haya realizado en Ciudad del Cabo, muy cerca del punto que los portugueses llamaron Cabo de la Buena Esperanza: esperanza cifrada, por lo visto, mรกs que en la genialidad de los futbolistas, en la divina providencia y la mano santa de personajes que extraen papelitos de diversas copas: en su pulso estรก nuestro futuro, en la elecciรณn de sus inquietos dedos se esconden nuestras posibilidades.

Ahรญ apelaban a la โ€œbuena esperanzaโ€ 32 selecciones con metas e ilusiones muy distintas: desde la modesta intenciรณn de volver a casa sin goleadas adversas hasta el objetivo รบnico de ser campeones, sin olvidar la ansiedad mexicana por el โ€œquinto partidoโ€, o sea, llegar a cuartos de final. En un evento que hoy es tan importante como los juegos mismos, iban acomodรกndose los nombres de cada paรญs y se daban a conocer los encuentros de la primera ronda.

Mรฉxico emergiรณ prematuramente y se quedรณ en el grupo del anfitriรณn Sudรกfrica, al tiempo que el mรกs poderoso cabeza de serie (Brasil), era agrupado con el africano mรกs poderoso (Costa de Marfil) y el mรกs poderoso de los europeos a sortearse (Portugal). Los entrenadores salieron del sorteo con ceรฑos fruncidos, con gestos de preocupaciรณn, con ojos clavados en el horizonte (mirando quizรกs hacia donde estรก el โ€œCabo de la Buena Esperanzaโ€) como si pudieran empezar a analizar al rival e implorar clemencia al destino. En cada rincรณn del planeta comenzรณ a hablarse de buena y mala suerte, de fortuna y desgracia.

ยฟCuestiรณn de suerte o de probabilidades? Si eres Japรณn y te tocaron equipazos como Holanda, Dinamarca y Camerรบn, culparรกs al destino; si eres Inglaterra y en tu grupo estรกn Estados Unidos, Argelia y Eslovenia, puedes apelar a las leyes de la probabilidad o al vanidoso refrรกn โ€œal que obra bien, bien le vaโ€.

Asรญ es el industrial, globalizado y moderno futbol: bendito o maldito segรบn la circunstancia. Eso sin olvidar que los sorteos mundialistas son dirigidos y que, posiblemente, muchas de las cuestiones que achacamos a la diosa-fortuna mรกs bien corresponden al dios-marketingโ€ฆ Pero ese es otro debate, porque en este Mundial, como en todo en la vida, las supersticiones se desbordarรกn en cada rincรณn del mundo en aras de propiciar ciertos goles y evitar otros.

โ€“ Alberto Lati

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Corresponsal que intenta usar el deporte como metรกfora para explicarse temas mรกs complejos.


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