Muros profesionales

Los muros que impiden acabar con el hambre no son fรญsicos, ni estรกn sostenidos por intereses econรณmicos ni polรญticos.
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Estudiando las leyes de la historia, Marx y Engels, en su Manifiesto comunista (1848), anunciaron el fin del capitalismo. En esa perspectiva, la Gran Depresiรณn de Europa y los Estados Unidos (1873-1896) y, sobre todo, el Crack de Wall Street en 1929 parecieron el principio del fin. Y no sรณlo para los marxistas. Hubo mucho pesimismo, y el optimismo consistรญa en considerar el desastre como la oportunidad de crear un mundo nuevo, ni capitalista ni comunista.

El papa Leรณn XIII, en la Rerum novarum (encรญclica acerca "de las cosas nuevas", 1891), propuso una soluciรณn cristiana. El canciller Bismarck inventรณ el seguro social y creรณ en Alemania un socialismo / capitalismo que puso a los empresarios y trabajadores bajo la tutela del Estado benefactor (1879-1890). Algo parecido instituyรณ el New Deal (1933-1936) del presidente Roosevelt en los Estados Unidos. John Maynard Keynes, en su Teorรญa general de la ocupaciรณn, el interรฉs y el dinero (1936), explicรณ las fallas coyunturales del mercado y justificรณ la intervenciรณn del Estado para superarlas. Se ha dicho que salvรณ el capitalismo con remedios socialistas.

Sin embargo, la verdadera soluciรณn para muchos era el Estado totalitario (comunista, nazi, fascista, falangista, maoรญsta) que se presentaba como creador de una nueva era. Afortunadamente, el Eje totalitario formado por Alemania, Italia y Japรณn fue derrotado por las armas con apoyo soviรฉtico. Desgraciadamente, los vencedores se repartieron el planeta y lo polarizaron en dos mundos militantes que "militarizaron" la verdad, la cultura, los viajes, las migraciones y los mercados, para seguir combatiendo en la llamada Guerra Frรญa. Esa militancia fue un mal menor frente a la posible Tercera Guerra Mundial, que se evitรณ. La prolongada paz en Europa, la no reincidencia en la bomba atรณmica y la intervenciรณn militar de las Naciones Unidas para desactivar guerras civiles han sido un logro histรณrico.

Nadie suponรญa que el socialismo soviรฉtico se hundirรญa por dentro. Nikita Jruschov supuso lo contrario cuando celebrรณ el inminente triunfo socialista: "La historia estรก de nuestro lado. Los enterraremos" (1956). El lanzamiento del Sputnik (1957) parecรญa confirmar la victoria anunciada. La Uniรณn Soviรฉtica dejaba atrรกs a los Estados Unidos.

Este triunfalismo se sumรณ a la rebeliรณn juvenil que rechazaba la Guerra Frรญa con lemas masoquistas ("Better red than dead") y reprobaba en bloque toda autoridad. La fuerza contagiosa del espรญritu libertario hizo pensar que el capitalismo se hundirรญa por dentro. Nadie se imaginaba en 1968 que ese mismo espรญritu se lanzarรญa contra el Muro de Berlรญn (1989), cuya caรญda iniciรณ el derrumbe de la Uniรณn Soviรฉtica.

Es muy difรญcil predecir, sobre todo el futuro. No hay leyes de la historia. Ahora, cuando se suponรญa que el capitalismo habรญa ganado, los movimientos de "indignados" se lanzan contra el muro de la Calle del Muro (Wall Street), y hay quienes vuelven a soรฑar con el fin. Si el feudalismo desapareciรณ y el comunismo va de salida, no cabe suponer que el capitalismo vaya a ser eterno. Seguramente, tiene los siglos contados…

Pero no hay que esperar siglos para acabar con la miseria y todo lo que indigna con justa razรณn. Desde hace muchos aรฑos, es perfectamente posible que a nadie le falten las calorรญas, proteรญnas y vitaminas necesarias para una buena alimentaciรณn. Las hambrunas transitorias y la desnutriciรณn permanente son injustificables, aunque persisten bajo regรญmenes de todo tipo. Para que no haya hambre en el planeta, basta una parte pequeรฑa del PIB. Pero los universitarios en el poder de los paรญses capitalistas, comunistas y del Tercer Mundo siempre han tenido cosas mรกs importantes que hacer.

Los muros que impiden acabar con el hambre no son fรญsicos, ni estรกn sostenidos por intereses econรณmicos ni polรญticos. Por el contrario, facilitar que los pobres salgan de pobres serรญa un gran negocio econรณmico y polรญtico. Los muros invisibles son las convicciones profesionales impermeables a la realidad.

Desde que el poder estรก en manos de universitarios, las necesidades sociales estรกn sujetas a las necesidades intelectuales de los expertos, funcionarios, polรญticos y comentaristas. Si hay ideas que no les entran en la cabeza, que no encajan en sus marcos teรณricos y consensos profesionales, no pasan a la prรกctica.

Por ejemplo: en 1961, los expertos chinos se oponรญan a las soluciones de mercado porque no encajaban en sus teorรญas. Fue entonces cuando Deng Xiaoping dijo famosamente: no importa si el gato es blanco o negro con tal de que cace ratones.

Por ejemplo: hace algunas dรฉcadas, el modelo mental de los expertos incluรญa el vaso de leche como un gran progreso; los incentivos fiscales en los Estados Unidos favorecรญan la producciรณn excesiva de leche; los fabricantes de leche en polvo subrayaban las ventajas higiรฉnicas de su producto (ignorando la contaminaciรณn del agua local y los trastes necesarios para reconstituirlo); los polรญticos y diplomรกticos veรญan la oportunidad de adornarse regalando leche en polvo a los paรญses pobres. Los indรญgenas que no tomaban leche ni podรญan digerirla (porque sus genes no producen lactasa mรกs allรก de la infancia) se enfermaban tomando leche; pero las pequeรฑas realidades incรณmodas son impotentes frente a las grandes teorรญas correctas.

Toda forma de ayuda o falta de ayuda puede verse como interesada y hasta mal intencionada. Pero eso distrae de ver lo decisivo: el modelo mental del progreso (capitalista o socialista) es el muro que impide las soluciones prรกcticas y sรณlo deja pasar las "soluciones" bonitas en el pizarrรณn: bonitas para las necesidades teรณricas de los que estรกn en el poder.

Las soluciones para acabar con la miseria, no sรณlo deben ser efectivas en la prรกctica; deben ser teรณricamente bonitas, superar el muro del desprecio universitario que impide realizarlas.

Hay excepciones. Fritz Schumacher (autor de Small is beautiful) y Muhammad Yunus (autor de Banker to the poor) fueron economistas cuadrados hasta que tuvieron el realismo de aceptar que su ciencia era una maravilla en el pizarrรณn, pero no daba soluciones a la pobreza.

Yunus ha contado su experiencia del muro profesional, empezando por su propia resistencia a comprender que un crรฉdito insignificante (27 dรณlares que dio impulsivamente de su propio bolsillo) pudiera ser una gran soluciรณn en manos de mujeres pobres. "En las teorรญas econรณmicas que yo enseรฑaba no habรญa lugar para esas realidades".

Significativamente, no creรณ nuevas teorรญas econรณmicas que permitieran entender esa productividad desaprovechada. No se lanzรณ a desconstruir el muro teรณrico. Se lanzรณ a la prรกctica, y fundรณ el Grameen Bank que ha tenido resonancia mundial y le ganรณ el Nobel de la Paz. Significativamente, no le dieron el Nobel de economรญa. El Crack del 29 en Wall Street y el del 89 en Berlรญn se produjeron en la prรกctica, pero los fanatismos del mercado o el Estado siguen en pie.

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(Monterrey, 1934) es poeta y ensayista.


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