“No hemos sabido tratar la memoria del 11M”

Nuria Labari, que cubriรณ los atentados como periodista, regresa a este episodio enย Cosas que brillan cuando estรกn rotasย (Cรญrculo de Tiza, 2016), una novela sobre la fragilidad, el horror y la memoria.
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El 11 de marzo de 2004 tuvo lugar en Madrid el mayor atentado de la historia de Espaรฑa, que dejรณ 191 muertos y casi dos mil heridos. A los hechos se sumaron la incertidumbre y la polรฉmica: primero, por la gestiรณn del gobierno de Josรฉ Marรญa Aznar, y mรกs tarde por las teorรญas de conspiraciรณn alentadas por algunos medios. Nuria Labari (Santander, 1979), que cubriรณ los atentados como periodista, regresa a este episodio en Cosas que brillan cuando estรกn rotas (Cรญrculo de Tiza, 2016), una novela sobre la fragilidad, el horror y la memoria.

 

¿Quรฉ es lo que le impulsa a publicar la novela ahora, doce aรฑos despuรฉs?

En 2009 decidรญ escribir el libro. A partir de ahรญ hubo problemas y tardรฉ siete aรฑos en publicarlo. Este libro ha sido muy difรญcil de escribir porque hace relativamente poco que sucedieron los atentados. Lo he escrito entero tres veces. Tenรญa que descubrir lo que de verdad pasรณ. Eso llevรณ un trabajo de investigaciรณn largo. Me centrรฉ en los tres grandes periรณdicos espaรฑoles y algunos internacionales, pero lo que pasaba cada hora en cada medio era diferente tanto en nรบmero de muertos como en hipรณtesis… ¡y de por medio habรญa unas elecciones! No querรญa dar una tesis, pero tenรญa que saber cuรกl era inequรญvocamente el relato que tenรญamos todos.

En el libro mezcla la realidad con la ficciรณn.

Sรญ, esos diez dรญas del libro no son solo de mis protagonistas, sino que forman parte de la historia en mayรบsculas, de algo que madrileรฑos que lean este libro llevan incorporado. Escribir sobre la Guerra Civil toca de cerca a algunas personas, a otras menos, pero esto es algo que todo el mundo lleva dentro. Hay una parte laboriosa que consiste en tomar distancia sobre lo que se quiere contar para trabajar cรณmo se relaciona el amor con el horror. Para que mi historia pudiera abrirse paso, para que la ficciรณn pudiera hablarse con la realidad, tuvo que pasar tiempo. No se pueden reconstruir las historias hasta que ha pasado un tiempo. Yo pensaba que era muy torpe, que no sabรญa escribir, pero lo que pasaba es que me estaba peleando no solo con el texto, sino con el tiempo. Ademรกs, despuรฉs de esa pelea titรกnica, me costรณ mucho publicar el libro, las editoriales tardan en contestar y tuve que esperar muchas respuestas.

La novela transcurre entre Madrid y Berlรญn. En la primera tiene lugar el atentado, y la otra estรก llena de marcas de la historia. ¿Querรญa trazar un paralelismo entre las dos ciudades? ¿Le preocupaba que se pudiera entender mal?

No sรฉ si eso es un hallazgo o un error. Yo querรญa que hubiera un juego de espejos entre distintas clases de horror: el horror de los atentados que vivimos, el horror del pasado que lleva la ciudad de Berlรญn con el Holocausto, pero tambiรฉn con todas las cicatrices. Tambiรฉn con el horror de que un hijo sea un desconocido, como le pasa a la madre en los atentados. Tambiรฉn con el horror de que tu marido desaparezca o que el amor se acabe. Tenรญa que ser un juego de espejos entre soledades y horrores donde cupiera, dentro de esos espejos rotos, el brillo, la luz y alguna otra cosa, porque creo que parte del mundo que vivimos es un juego de espejos del horror. En medio de esta negrura que se va proyectando caleidoscรณpicamente sabemos que hay luz, porque tambiรฉn la vemos. Pensรฉ que Eric, el padre, tenรญa que irse a Berlรญn, no a Parรญs ni a Nueva York, ni a Zagreb, aunque pensรฉ en ella tambiรฉn. Pero Berlรญn es la que mejor conocรญa y me he tenido que agarrar a cosas que ya conocรญa. Por ejemplo, el museo judรญo de Berlรญn es una obra maestra sobre el trato a la memoria. Querรญa escribir sobre cรณmo nosotros no hemos sabido tratar esta memoria cercana del 11M y sobre cuรกnto aprendemos del horror con el tiempo.

La novela estรก contada por dos voces femeninas: la madre, Eva, de una forma directa, y la hija a travรฉs de un diario personal. Los sentimientos del padre se intuyen a travรฉs de ellas y las cartas con su mujer Eva, y hasta al final no se manifiesta en primera persona. ¿Por quรฉ eligiรณ hacerlo asรญ?

Casi todo en esta novela estรก elegido varias veces. Eric al principio no era asรญ… antes hablaba, era muy retรณrico. Pero me pareciรณ muy farragoso hablar de una pareja que estรก en la crisis de los cuarenta. Cada vez que tenรญa discurso se convertรญa en tรณpico convencional y parecรญa tonto. Aprovechรฉ su profesiรณn para dejarlo como tuรฉtano, el puro ADN, y se apoyรณ en esos Excel que es donde el personaje realmente crecรญa. Era una voz que las palabras aplastaban: cuanto mรกs hablaba, menos se le veรญa. Sin embargo, creo que su visiรณn del mundo y de la pareja es muy poderosa. Es una especie de objetividad que quizรกs no tienen ellas, las mujeres.

Despuรฉs del atentado, Eva, la periodista de la novela, tiene la posibilidad de comprar a un joven fotรณgrafo algunas imรกgenes de las vรญctimas. Se trata de un debate latente en los medios. ¿Hasta quรฉ punto mostrar algunos aspectos de la realidad roza lo morboso?

El libro llama a la moral kantiana. Todos sabemos lo que estรก bien y lo que estรก mal, todos sabemos lo que tenemos que publicar y lo que no. Un chaval de catorce aรฑos lo sabe, y la periodista y el director tambiรฉn. El bien y el mal se distinguen. Aun asรญ, a veces lo publicamos. La novela hace un guiรฑo a esto. A pesar de que Eva en la novela sabe que esas fotos se publicarรกn.

¿Se trata de una experiencia personal?

No. Yo en ese caso las habrรญa publicado. (Rรญe). Cuando estรกs en modo periodista haces lo que sea. Un periodista tiene que conseguirlo todo. ¿Quรฉ foto es la que no quieres? Las quieres todas. Y mรกs ahora con las redes sociales. Aunque sabes cuรกles son las que no debes publicar. En ese sentido tenemos que ser responsables y atar en corto al demonio que llevamos dentro.

¿Quรฉ te ha aportado como escritora el periodismo?

Presuponemos que hay una especie de relaciรณn porque las dos cosas se componen con palabras. Pero creo que en mi caso ha sido al revรฉs: me ha aportado mรกs la vena de escritora para hacer algunos reportajes en el periodismo. El periodismo implica una mirada, una forma de estar, una atenciรณn al detalle. El entrenamiento de la mirada sรญ que es muy del periodismo y se lo puedo agradecer. Hay que estar atento, mirar todo el rato, llevar una libreta de notas… Los periodistas son escritores en potencia, aunque en cierto modo cualquier persona lo es. El periodismo es una profesiรณn que permite un contacto con la realidad permanente y posibilita ser cรณmplice de las cosas que pasan, y un escritor es un ser que estรก en el mundo, muy en el mundo y comprometido con el mundo.

Se ha dicho que habรญa pocas novelas sobre el terrorismo en Espaรฑa y en especial sobre el 11M. ¿Querรญa reparar algo con la suya?

Sรญ, me pareciรณ que esta novela faltaba en el sentido de que estaba estallando la narrativa de autoficciรณn. Habรญa muchos relatos centrados en el “yo”, pero el dolor de la comunidad se estaba diluyendo y la literatura del dolor ajeno estaba desapareciendo. Como autora me apetecรญa escribir sobre la maternidad, que es lo que estoy viviendo ahora mismo. Tenรญa un “yo” clamoroso, pero sentรญa que debรญa intentar escuchar el latido del mundo. ¿Quรฉ pasรณ con esto, quรฉ sentimos? Creo que la ficciรณn tiene que escuchar ese momento social. El mundo no puede ser igual si hay unos yihadistas que matan, si un niรฑo se muere de hambre. Querรญa ver cรณmo se relaciona una historia de amor en este tiempo, una adolescente en esa รฉpoca, trazar un viaje de dentro a fuera. Querรญa mostrar cรณmo bailaban los personajes con su momento histรณrico, mezclar la intimidad y la vida privada con la historia en mayรบsculas.

¿Se trata de una reivindicaciรณn?

La literatura es una cosa muy seria y no reivindica. En el horror no hay nada que reivindicar.

Resalta en la novela que “los muertos tambiรฉn tienen nombres” y, de hecho, incluye en el libro la lista de los nombres de los fallecidos en el 11M.

Eso fue muy discutido. En algunas de las editoriales que leyeron el libro me pidieron quitarlo. Pero creo que cada nombre contiene un aliento una eternidad y yo si me muero maรฑana en el metro me encantarรญa que alguien volviera a mencionar mi nombre. De hecho, no entiendo por quรฉ no estรกn en ninguna parte. ¿Por quรฉ no estรกn en Atocha, por quรฉ no estรกn en los jardines? Ademรกs, la lista que hay en Wikipedia, en El Mundo, en el ABC, no es la misma, no coinciden. Asรญ es como hacemos las cosas. A veces me pregunto: ¿y si una madre, un primo, un hermano leen esto?

[Imagen.]

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(Tarragona, 1993) es periodista.


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