Todo comienzo es imprevisto,
Dios es agreste.
Una garza color naranja
Camina hacia el único ventanal encendido.
La luna apenas
Encaramada al firmamento
Siempre canta en otra estación.
No preguntes por qué.
No hay mayor consistencia.
Un muelle de sacos y cemento, abalanzado
A un mar al margen de las singladuras.
Dios es un rostro perfecto, apacible
Llanura, la rama en el suelo
Endurecido
De invierno cruje. –