Allí estábamos todos entre todos
Ninguno para sí o bien consigo
Ninguno y yo tampoco
Reservando detrás de la algazara
Algún lugar callado esperando otra cosa
Y entonces fue cuando se deslizó entre todos
Sin tocar a ninguno
La mano ingrávida de la frescura
Un soplo de glacial limpieza
Que sin titubear vino a lamer mi rostro
Una llamada para mí tan sólo
Que quedaba prohibido escuchar a los otros
Y que se habría disipado al punto
En inasibles ecos si alguien la hubiera oído
Qué me decía aquella voz de aire
Qué me quería su caricia helada
Llegada a mí sin mancha de algún confín del mundo
Fiel absolutamente a su origen intacto
Y no pude dudarlo era de eso
De mi fidelidad de lo que hablaba
Y tenía que ser en medio de los otros
Donde me hiciera seña con sus gélidos dedos
De donde me arrancara para volver en mí
Y volver a saber a qué me debo
Y cómo no admirar entre la algarabía
Lo certero de aquella impertinencia
Esa brusca llamada de atención aterida
Pues sea lo que sea aquello a que me debo
Siempre a la vez me debo a la frescura
Siempre a la vez que el nimio caminante
En busca de un destino soy el huésped
De una intemperie hospitalaria
Compañero de ruta por fortuna admitido
En la incesante cacería de sí mismo
En la que día a día se fatiga el día
Tras la clara jauría de las horas
Y desde las primeras veces
En que quedé incurablemente herido
Por la hechicera luz de las promesas
Siempre supe atender a la otra gran morada
La que acoge la casa que me acoge
La patria de las patrias donde crezco
El suelo entero que los suelos pisan
Siempre bajo los cielos más torvamente oscuros
He sabido seguir diciéndole mil cosas
Al malhumor del clima
He sido tolerante con sus intolerancias
He sabido esperar sin aspavientos
Su relajada reconciliación
Con la serenidad del Tiempo
Sin dejar un instante
De declararme decisivamente
Natural de su reino inaplacable
Entre la algarabía de los míos
El soplo frío que rozó mi frente
Venía allí a reclamar lo suyo
A recordarme aquello a lo que pertenezco
En la sombra de esta otra pertenencia
A hablarme una vez más de esa frescura
Donde soplan los vientos de otra lucha
Donde se juega otro destino
Un inmóvil destino sin historia
Que despliega su curva taciturna
Lejos de mi labor y de mi casa
Donde el tiempo me abraza a la intemperie
Y cuando ya me muevo entre los míos
Sigo aún a la vez sin entrar entre ellos
Viviendo mi otra vida audaz en la frescura. ~