Mรฉxico estรก fascinado por un seรฑor de nombre Miguel Moisรฉs Sacal Smeke, empresario de la moda รฉl, que tiene la peculiaridad moral de agredir brutalmente, de manera fรญsica y verbal, a la gente que le irrita y a la que califica de “gatos”, o “putos”, o “indios”, o “pendejo”, o “cabrรณn”, o “hijo de tu puta madre”, o “hijo de la chingada”, o de “me la pelas” o de todo a la vez.
La sociedad se ha indignado por las repetidas exhibiciones de violencia que este seรฑor practica y que han sido captados en un par de videos.
http://www.youtube.com/watch?v=yQo_g3D9OdA
Tienen razรณn: el personaje es como el reconcentrado final de todo lo que hay de desagradable en la categorรญa ricachรณn mexicano, que es a su vez de lo mรกs desagradable que hay en la especie humana. Tiene, multiplicado, todo lo que se necesita: clasismo y racismo, exhibicionismo, saรฑa, crueldad hacia el dรฉbil, descontrol, altanerรญa, delirio de grandeza, halitosis, coprolalia, pedanterรญa, mal gusto para vestirse, vulgaridad, soberbia, chafez crรณnica, el placer de la impunidad y cualquier cantidad de traumas y complejos embutidos en 80 kilos (aprox.) de prepotencia.
Y, desde luego, influencias.
El seรฑor empresario de la moda no tardรณ mucho en conseguir que un juez de nombre Briebo (privado del don de la vista, pero dotado de uรฑas) le extendiera un amparo contra la denuncia por lesiones dolosas presentada por el empleado agredido, como se narra aquรญ.
Tampoco tardรณ quien le dedicara al empresario de la moda una parodia utilizando La caรญda (2004), aquella discutida pelรญcula de Oliver Hirschbiegel en la que el actor suizo Bruno Ganz crea la mejor personificaciรณn de Hitler desde la que hizo Chaplin en El gran dictador (1940).
Algรบn ocioso de ingenio, bastante lรฉpero y con muy mala ortografรญa, ya subiรณ a youtube un meme en la que el seรฑor Sacal chambea de golpeador de Hitler. Es bastante graciosa.
La famosa escena del berrinche en la pelรญcula de Hirschbiegel se utiliza compulsivamente en youtube con el simple recurso de agregarle subtรญtulos y adjudicar la pataleta a las razones mรกs grotescas, como se explica aquรญ
Hay tantas que ya hay alguna en la que la furia volcรกnica de Hitler se dispara, precisamente, por la cantidad de parodias (“¡Mis berrinches tienen copyright, carajo!”).
Entre muchas otras razones, Hitler se encabrita:
Porque los miembros de su estado mayor en pleno le dicen que son gays.
Porque las vuvuzelas no lo dejan ver a gusto los juegos de la copa mundial de Sudรกfrica.
Porque se dejรณ engatuzar en un fraude por e-mail.
Porque le robaron un zapato que luego le aventaron a Bush.
Porque no le gustรณ su hamburguesa MacDonalds.
Porque Tebow le ganรณ a los Acereros de Pittsburgh en tiempo extra.
Porque se muriรณ Michael Jackson.
Porque se entera de que los Pokemon no existen en la vida real.
Porque la avisan que su pizza va a llegar tarde.
Porque rechazan su solicitud de ingreso a la escuela Hogwarts.
Porque no puede encontrar a Waldo.
Porque Alfred Jodl se tira un pedo.
Etcรฉtera.
Addendum. De รบltima hora: el seรฑor Sacal pidiรณ pรบblicamente perdรณn a su vรญctima, reparรณ el daรฑo causado con un pago en efectivo y anunciรณ que se someterรก a tratamiento psicolรณgico (ojalรก que el psicรณlogo sea competente porque si no…).
Quรฉ decepciรณn.
Un ricachรณn mexicano que se respeta habrรญa ido a las televisoras y a los diarios y a las redes sociales y hasta al zรณcalo y ya les andaba gritando a todos “no saben con quiรฉn se meten pinches indios” y metiรฉndoles sus chingazos y diciรฉndoles “¿cuรกl es tu pedo?” y diciรฉndoles “quรฉ o quรฉ, a ver, quรฉ, quรฉ, quรฉ” y diciรฉndole al cosmos: “me la pelas”.
Ya ni en los ricachones se puede confiar, me cae.
Es un escritor, editorialista y acadรฉmico, especialista en poesรญa mexicana moderna.