PRONÓSTICO DE LOS PIES DESCALZOS
La angustia imprecisa en los senos de la madre sola
la empuñadura de alcohol derramado
donde la soledad en las esquinas talla mejillas de niños de nadie.
Donde el vértice atiza
la oscuridad del musgo en las catástrofes del porvenir
oigo en las raíces de mi sombra cómo va uno cortado
por la vertical de la pupila y su fábula de otredad confusa.
La desesperación con la luna cuchichea.
Amable, si dejara los caracoles en su soplo,
y el eclipse de sus cenizas sólo fuera la carne de las salamandras
en la grieta del alba.
Pero en los alfabetos subterráneos del cuerpo
la huella amarilla del tabaco
vuelve la colina encierro de tejedor desmedido,
entre abstracciones de salitre o pulpa o gusano o simplemente
frenética consideración de un punto
disperso en las manecillas del reloj oxidado
que la niña pordiosera toca tímida con la punta del pie descalzo.
Acaso las definitivas manzanas,
el espacio vacío en el que quiebra la golondrina el vuelo
y esculpe el lodo el macho aunado a las multitudes
con llave y bocas impasibles
?cruce de muslos como de calles empeñadas en la negación
del paisaje?,
pienso que sólo así el vagar de los perros
se parece a la insatisfacción en la mirada.
Enunciado, si falta clave para entender sin verdad rasa,
más que el presente deshojándose.
Pasara a entender sobre valores y alzas
cuando en la semilla observo
la anunciación de un sol
cuando vuelves borracha por la banqueta desierta
cortando con sílabas vidriosas las circulaciones
de la espesura medieval de los sentidos.
Ya no será un aleteo de brizna y llama
ni huella en la playa de una literatura que se recorre a pie.
– Josué Ramírez