Sobre Pacquiao vs Márquez IV

Un análisis de los detalles del cuarto enfrentamiento entre dos superestrellas del boxeo. 
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Este 8 de diciembre, Manny Pacquiao (54-4-2; 38 KOs), el deportista filipino más popular de todos los tiempos, enfrentará por cuarta ocasión a Juan Manuel Márquez (54-6-1; 39 KOs), en el último combate de una tetralogía en la que  el mexicano ha llevado siempre la peor parte. Habrá quien piense que las tarjetas lo han tratado con poca razón. No hablemos de justicia. La historia del boxeo (o al menos sus grietas: la tradición donde se asienta buena parte del boxeo moderno, el boxeo espectáculo) está compuesta por fallos poco comprensibles. Dice Fraunheim que en el boxeo las malas decisiones son como las cicatrices: todos tenemos al menos una. La historia entre Juan Manuel y Pacquiao, sin embargo, ha sido cimentada por completo en tres decisiones polémicas: un empate en 2004, y dos derrotas para Márquez: la del 2008 por decisión dividida; la última, en 2011, por vía mayoritaria. La distancia entre estas no es importante ni mucho menos significativa. Con 36 asaltos transcurridos, Pacquiao supera a Márquez sólo por siete puntos, todos polémicos. Los primeros cuatro, por cierto, de un round para olvidar, en el que la velocidad (instalada en el recuerdo de las 125 libras), suplió las carencias técnicas del filipino, y quien para la siguiente cita, cuatro años más tarde, (Post “Terrible” Morales, 2005) había corregido los fallos defensivos de su izquierda. Durante este periodo, Freddie Roach se ocupó también, y es importante anotarlo, de desarrollar un arsenal más nutrido en el entonces instintivo pero desastrado Emmanuel Pacquiao. Roach llevaba tiempo ya en la esquina de Manny, pero no fue sino hasta después de la primera cita frente Márquez que se obsesionó con implementar un recurso alternativo a la característica zurda volante de Pacman.

http://www.youtube.com/watch?v=wg5CAFUX79w

Volvamos a los tres minutos inaugurales: 8 de mayo, 2004. Esta izquierda (que aparece por primera vez y de manera contundente tras una finta con la derecha, en el 1:39) lleva siempre una preparación, a veces imperceptible. He aquí el recurso más temido de Manny. No sucede en las manos ni en el torso, sino en el cuadrado que forman los juegos de piernas. Es sólo un momento de sosiego, el amago ligerísimo con la diestra y después el látigo, que acopla velocidad, reflejos y una pegada que no ha abandonado a Pacquiao desde su primera etapa como peso mosca. Sólo unos segundos más tarde, en el 2:02, vuelve a aparecer: contradiciendo el movimiento natural del zurdo (siempre contra diestros, cabe aclarar), Manny Pacquiao busca angularse de tal modo que el rival cometa el descuido de disparar un jab equívoco. Para la tercera caída (2:24), Márquez, notablemente desconcertado, traza el golpe con el puño guía para intentar penetrar la guardia de Pacquiao con un recto de derecha que se queda en el camino. Otro error, porque para entonces a JMM lo han abandonado las piernas.

http://www.youtube.com/watch?v=I5XMFru4FFU

El segundo round es transitorio. Cuarto y tercero: Márquez se familiariza con el ritmo del filipino: pone atención a la forma de caminar y se mueve en círculos hacia su izquierda. Para el quinto asalto (16:05), Márquez ha comenzado a revertir la balanza y propone, además, el ritmo que tutelará los enfrentamientos venideros. No le concede la ofensiva por completo así como tampoco pretende intercambiar a fuego cruzado. Le come la posición y se disloca. Va trabajando el contragolpe, a distancia, para formar ese estilo inteligentísimo que en 2005 encumbró el pleito ante Orlando Salido. Esa demostración hay que celebrarla como el tránsito de una teoría abstracta a la concreción de un estilo logrado, integral y único. El arte de hacer fallar. Un estilo con sello del Romanza Gym, que ha contribuido a modificar esa idea asumida y generalizada de la escuela mexicana de fajadores.

http://www.youtube.com/watch?v=bJjfRHbzAGM

¿O el quinto asalto frente a Víctor Polo? (16:10) ¿Cómo puede alguien no disfrutar de una defensa que se renueva según el movimiento del adversario y no por libro? Una defensa dinámica, basada en un centro de gravedad bajo y en el desplazamiento incesante.

http://www.youtube.com/watch?v=S7Z5DA8YB1A

Polo, justo después de sufrir en carne propia el recital pausado de Juan Manuel, decidió retirarse. Esa misma variedad en el arsenal defensivo, el juego de piernas, la anticipación, pero sobre todo el control del ritmo, han sido los principales aciertos de Juan Manuel durante los enfrentamientos con Pacquiao. Durante el resto de la primera pelea (luego de las caídas), la revancha en su totalidad, y más tarde en la tercera, hasta que decidió, quién sabe por qué (quizá sí lo sabemos: olvidó que no estaba frente a Katsidis o al Torito Díaz), lanzarse al frente,  JMM respetó ese sistema musical en el que se descubre más cómodo su boxeo. Ahora bien: si Márquez encontró en la forma de caminar el cuadrado un antídoto eficaz frente al golpe clave del filipino, éste a su vez se empeñó en reparar las fisuras defensivas de sus lances. Contra Morales (quien jugó a ser una versión más explosiva del Dinamita, basada también en el contragolpe), vale la pena analizar los rounds intermedios; tercero, cuarto y quinto, para darse cuenta de cómo el tijuanense aprovecho los instantes de recuperación entre cruzados, y cómo trabajó el ojo derecho de Pacman, sin descuidar su posición en el cuadrilátero ni el golpeo sistemático a las zonas blandas.

http://www.youtube.com/watch?v=46Bxn6zL0ec

Pacquiao alcanzó la perfección del cruzado contra Cotto. Cierto: el puertorriqueño no es un boxeador conocido por su movilidad. Sin embargo, fue ésta la primera pegada auténtica de wélter a la que se enfrentó Manny Pacquiao (hay que negarse a registrar a De la Hoya, a ése De la Hoya 2008, como muestra rentable de pleno poderío en las 147 libras; mucho menos a Hatton). Cotto sabe cómo trabajar el cuerpo y tiene un jab endiablado. En su contra: suele ser demasiado frontal, tanto en defensa como en ataque: algo letal frente a un peleador agresivo y que anticipa su movimiento de salida, antes incluso de marcar el ataque.

http://www.youtube.com/watch?v=7dySzTrxeak

Aquí la variación: cuando Cotto tira el jab, Pacquiao ya ha comenzado a salir por el lado contrario. Este movimiento lo previene del mismo modo si se trata de un recto de derecha (0:19). El truco está en la posición de los pies: justo antes de que resortee los oblicuos. Si los dos puños se encuentran da igual, porque en el caso de Cotto es sólo la guía que encuentra blanco, mientras que Manny consigue conectar un golpe de poder (según Compubox, Pacquiao conectó la mitad de los golpes de poder lanzados, mientras que Cotto rozó apenas el 30%). El sistema no es rígido. Si el rival se acostumbra a la ruta de escape, siempre puede flexionarse el pie izquierdo hacia el lado contrario, (apoyo en la derecha y gancho en la recámara), y de un solo movimiento Pacquiao se encuentra listo para salir por el otro flanco (0:40). Cotto cae en el tercero, se repone, pero es en el cuarto asalto donde obtiene el mayor castigo. Aunque vale la pena ver el combate completo, el cuarto round es un umbral importante: a partir de ahí, Cotto conecta la misma cantidad de golpes que en los primeros 10 minutos de pelea.

Los últimos rounds del tercer combate nos ofrecen una clave de cómo puede venir la mano este sábado. Ojalá me equivoque. Si queremos ver un desenlace digno de esta tetralogía, más parecido a los primeros pleitos que a los momentos finales del 2011, ambos peleadores tendrán que volver a la raíz de sus cualidades. Ni Pacquiao va a sacar a pasear el IQ frente al Dinamita, ni JMM posee las capacidades físicas para medirse al prodigio de General Santos en un combate abierto. La opinión propagada es que Márquez no debe dejarle la decisión a los jueces. No estoy tan de acuerdo. Si Juan Manuel sale al ring con la convicción de noquear a toda costa y se olvida de la estrategia, no hay futuro para él. Nacho Beristáin apuntaba el año pasado que quizá la preparación física (ligas, martillo, ejercicios de tonificación) había mermado en algún punto las características naturales de Márquez. Luego de dos decisiones sumamente discutidas, se entiende el apetito por el nocaut. Pero tras la tercera hay que replantear el camino. Convencer, sí, pero sin perder la cabeza. Porque la obsesión puede llevarse muy bien, casi de la mano, con el boxeo explosivo y deslumbrante de Pacquiao. Un boxeo que suele impresionar por volumen y anotarse puntos, contra otro de cautela y contraataque. ¿Cómo despejar la ecuación?

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