Vivir sin jefe

Vivir sin jefe puede producir frustraciones, pero estas dificultades son educativas del รกnimo empresarial y hasta de la conciencia ciudadana frente a la ineptitud y los abusos del poder.
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Plataforma Editorial publicรณ en Espaรฑa un libro muy notable de Sergio Fernรกndez: Vivir sin jefe, que llegรณ a la ediciรณn 15 en cuatro aรฑos. Llama la atenciรณn por el tรญtulo y por el รกnimo optimista con que estรก escrito, a pesar de que, capรญtulo tras capรญtulo, va exponiendo los errores mรกs comunes de los que se lanzan como empresarios. Tambiรฉn llama la atenciรณn que no sea un libro traducido, como suelen ser los de este gรฉnero; y que se publique en tiempos de un desempleo feroz. Ha tomado el problema como oportunidad para el autor, el editor y los lectores: no te pongas a llorar por el empleo que perdiste. Emplรฉate tรบ mismo, con las debidas precauciones.

Emplรฉate tรบ mismo es precisamente el tรญtulo de un libro semejante publicado en Mรฉxico hace aรฑos por Luz Marรญa Silva, que deberรญa reeditarse. El pรกrrafo final es convergente: "En suma, hay que aprovechar la oportunidad que nos brinda el desempleo para iniciar nuestro negocio (…) con inteligencia y los pies en la tierra". Su convicciรณn nace de una experiencia personal: el desempleo que ella misma buscรณ. Era funcionaria de Banamex cuando decidiรณ lanzarse por su cuenta.

Un reportaje de la revista Expansiรณn ("Hago lo que quiero", 7-20 de junio, 2013) presenta cuatro ejecutivos que tomaron la misma decisiรณn: Claudia de Heredia, gerente de marca en Procter & Gamble; Francisco Vizcaya, director de banca institucional en Santander; Erik Wallsten, vicepresidente de La Salle Investment; y Rodrigo Hernรกndez, gerente de mercadotecnia de Tequila Cuervo.

En Mรฉxico, lo tradicional fue vivir sin jefe. Buscar empleo fue tan mal visto que Josรฉ Marรญa Luis Mora escribiรณ un famoso "Discurso sobre los perniciosos efectos de la empleomanรญa" en 1827. Todavรญa en 1950, el censo de poblaciรณn registrรณ 3.5 millones de empresarios contra 3.8 millones de asalariados (Ifigenia Martรญnez de Navarrete, La distribuciรณn del ingreso y el desarrollo econรณmico de Mรฉxico, Cuadro 5). Es de suponerse que los empresarios incluรญan, no sรณlo patrones, sino profesionistas, artesanos, ejidatarios y cooperativistas. Pero lo importante es que la mitad de la poblaciรณn ocupada (el 48%) no estaba asalariada.

La disciplina de ir a un lugar de trabajo, marcar tarjeta y recibir รณrdenes no formaba parte de la cultura mexicana; y no fue fรกcil de aceptar, cuando el paรญs empezรณ a piramidarse. A muchos les parecรญa humillante. Para vencer esa resistencia, las grandes empresas y el gobierno tuvieron que ofrecer sueldos y prestaciones superiores a los ingresos obtenidos de manera independiente. Por eso, aunque se supone que trabajar por cuenta propia deja mรกs que ser empleado, no es asรญ. Si lo fuera, nadie aceptarรญa obedecer.

De hecho, los ejecutivos del artรญculo de Expansiรณn reconocen que ganan 25% menos de lo que ganaban como empleados (en promedio, aunque uno gana mรกs); y que empezaron peor: hasta con 80% o 90% menos. La verdadera diferencia, que los hace felices, estรก en el tรญtulo del reportaje: "Hago lo que quiero".

En muchas circunstancias, no es fรกcil resistir una reducciรณn tan fuerte de ingresos. Pero el arranque puede suavizarse. Desde luego, con apoyos familiares y ahorros acumulados para empezar. Tambiรฉn es comรบn que las aficiones cultivadas en el tiempo libre vayan creando un capital de aprendizajes y relaciones รบtiles para transformar el hobby en negocio. Muchas empresas empezaron asรญ. Menos comรบn, pero deseable, es que las grandes empresas faciliten la transiciรณn con apoyos de algรบn tipo. Por ejemplo: el ejecutivo a cargo del mantenimiento de los edificios de una gran empresa recibe su indemnizaciรณn y un contrato para darle el mismo servicio desde una empresa propia, con libertad para buscar otros clientes.

En Japรณn, muchas pequeรฑas y medianas empresas estรกn encabezadas por ejecutivos que fueron apoyados para transformarse en proveedores de la empresa donde habรญan hecho carrera. En los Estados Unidos, es famoso el caso de la General Motors que sustituyรณ sus departamentos de ventas y servicio transformรกndolos en distribuidores autorizados. Tambiรฉn el de la arrendadora de automรณviles Avis que convirtiรณ a sus agencias en franquicias de empresarios independientes.

La piramidaciรณn ha llegado a extremos absurdos. Petrรณleos Mexicanos llegรณ a distribuir gas en tanques a las casas. Cuando se habla de privatizar (o no) la mayor empresa del paรญs, se olvida que es un conglomerado ineficaz de operaciones que no tienen por quรฉ estar integradas a un gigante, ni pรบblico, ni privado. Habrรญa que empezar por separarlas, no desde arriba, como se ha hecho (creando gigantitos como Pemex Refinaciรณn), sino desde abajo. Lo malo de las burocracias no es, en primer lugar, a quiรฉn pertenecen; sino el desperdicio de tiempo, iniciativas, recursos y talento en una maraรฑa de interconexiones.

Vivir sin jefe tambiรฉn produce frustraciones, porque la legislaciรณn estรก en contra de las microempresas, porque escasean los microcrรฉditos (algo que empieza a mejorar) y por las legiones de parรกsitos extorsionadores. Pero estas dificultades son educativas del รกnimo empresarial y hasta de la conciencia ciudadana frente a la ineptitud y los abusos del poder. Muchos aprenden a encararlas para darse la satisfacciรณn de vivir sin jefe.
 

 

(Reforma, 29 septiembre 2013) 
 

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(Monterrey, 1934) es poeta y ensayista.


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