¿Qué nos dice Andrés Manuel López Obrador a los mexicanos en el exterior?
A diferencia del formato de los mensajes de los candidatos del PAN y del PRI-PVEM en el video que incluye el Paquete Electoral Postal (PEP), el de López Obrador se transmite desde un espacio sencillo, sin adornos. En el fondo sólo se ve una cortina entreabierta con vista a un jardín. Este formato sin distracciones permite concentrarse en el fondo de la propuesta.
López Obrador se enfoca principalmente a describir la situación actual del país y la necesidad de un cambio de proyecto, principalmente económico. Sin embargo, en la parte de su mensaje dirigida específicamente a los mexicanos en el exterior se queda corto: no presenta una visión integral del fenómeno migratorio ni estrategias claras para reducir los costos y aprovechar el potencial de la migración en el corto y en el largo plazo.
De entrada, en el cuadernillo que el IFE envió a los mexicanos en el exterior, la biografía de López Obrador es mucho más corta que las de los otros candidatos. Mientras que los demás aprovechan todo el espacio disponible para destacar su experiencia y sus logros, López Obrador deja media página en blanco y no proporciona detalles sobre su experiencia como Jefe de gobierno del DF ni otro puesto relevante. En cambio, destaca actividades como la impugnación ante el TRIFE “tras el fraude electoral del 2 de julio”, y “ser el principal crítico del rescate bancario (Fobaproa)”. Como escribió Lorenzo Meyer recientemente, “a diferencia del discurso sobre lo que se proponen hacer si llegan a la Presidencia, la biografía política de los candidatos, lo que ya han hecho o dejado de hacer, da una pista sobre lo que harán” (Reforma, 17 de mayo de 2012). La biografía que resume Meyer sobre López Obrador en ese mismo artículo proporciona los argumentos más concretos y convincentes que he leído recientemente para votar por él. Sin embargo, la biografía que presenta el propio López Obrador a los mexicanos en el exterior no motiva ni inspira; no da elementos para entender por qué es el “más importante líder de la izquierda” ni señala los logros o las experiencias que pudieran indicar cómo gobernaría al país.
La propuesta en el cuadernillo del PEP inicia con el lema “Por el renacimiento de México y su pueblo”. En la primera parte, López Obrador hace un diagnóstico contundente sobre la situación actual del país: el modelo económico neoliberal que tenemos desde los años ochenta ha beneficiado a una minoría y mantiene a la mayoría en condiciones de pobreza. Esto ha generado descomposición social y una crisis económica que “hoy se expresan en inseguridad y violencia”, y han dejado a miles de mexicanos tres alternativas: “buscarse la vida en la economía informal, emigrar a los Estados Unidos, o tomar el camino de las conductas antisociales”. Asimismo, considera que los 60 mil mexicanos muertos como consecuencia de la guerra contra el narcotráfico también son parte de este grupo, “en su mayoría jóvenes que no tuvieron oportunidades de trabajo ni de estudio”. “Esta es la realidad”, nos dice, “aunque todavía no termine de aceptarse”, pero no queda claro a quién se refiere al decir que esta realidad no termina de aceptarse ni por qué es importante reparar en ello.
Aunque todos los candidatos coinciden en la necesidad de un “cambio” y dan prioridad a los problemas de desempleo, pobreza e inseguridad, la diferencia está en el fondo de algunas de las propuestas. López Obrador trata de hacer esta distinción en su mensaje al detallar sus ideas para cambiar la política económica. Estas van desde reducir el gasto corriente mediante la disminución de sueldos de altos funcionarios públicos y eliminar gastos superfluos, impulsar el sector agropecuario y reducir el precio de las gasolinas, hasta crear un corredor en el Istmo de Tehuantepec y construir un nuevo aeropuerto, vías para trenes de alta velocidad y más refinerías.
De la propuesta general en materia de desarrollo económico, pasa a los temas que considera relevantes para los mexicanos en el exterior. Al igual que Vázquez Mota, esta parte del mensaje se refiere exclusivamente a los que viven en Estados Unidos. López Obrador propone cambiar el enfoque de la relación bilateral a una política de cooperación y desarrollo que sea más eficaz y más humana, y se concentre en las causas de la violencia y la migración, en lugar de en el tema de seguridad. Quizá como sustento a la idea de que “estamos preparados para convencer y persuadir a las autoridades de Estados Unidos” sobre este “cambio sustancial en la relación bilateral”, López Obrador relata una reunión reciente que tuvo con el vicepresidente Joseph Biden. Sin embargo, resulta poco convincente porque a diferencia del detalle con el que habla de los cambios en política económica, aquí no explica cómo lograría propósitos como renegociar el TLCAN o establecer un acuerdo migratorio. La versión amplia de la plataforma electoral y de gobierno de la “Coalición Movimiento Progresista” (PRD, PT y Movimiento Ciudadano) tampoco describe las estrategias que utilizarían para lograr estos objetivos y no menciona a ninguno de los actores o instituciones que podrían participar en estos procesos: grupos de la sociedad civil en México y en el extranjero, los consulados, el Instituto de los Mexicanos en el Exterior (IME), o el Instituto Nacional de Migración (INM), por poner algunos ejemplos.
La mayoría de las propuestas sobre el tema migratorio están en la sección de “Relaciones Equilibradas con Norteamérica” de la plataforma electoral, aunque el tema también se menciona en otras secciones. El principal acierto de la propuesta de López Obrador es el enfoque en las causas de la migración y la vinculación clara con temas de desarrollo económico, empleo, y derechos humanos. Sin embargo, no es suficientemente clara en temas como la protección de los derechos de los migrantes en el corto plazo e incluso tiene errores que reflejan una falta de análisis sobre el tema. Por ejemplo, su propuesta #454 es “Establecer un acuerdo migratorio con el gobierno de los Estados Unidos que reconozca los aspectos positivos de la migración. Promover la amnistía, legalización y documentación de todos los inmigrantes mexicanos.” Para empezar, en el debate migratorio actual la “amnistía, legalización y documentación” son básicamente lo mismo; sólo le falta incluir el otro sinónimo (que para algunos es un concepto menos controvertido): regularización. Además, no explica por qué es necesario un acuerdo migratorio, cómo lo lograría, y los elementos que incluiría (por ejemplo, no incluye detalles sobre un posible programa de trabajadores temporales, el cual sí menciona en relación a Canadá). Tampoco queda claro en qué se distingue su propuesta o su estrategia de lo que ha hecho anteriormente el gobierno del PAN en este ámbito.
Si el lenguaje que utiliza en otros puntos relacionados es un indicador, la estrategia es básicamente “demandar” y “exigir” al gobierno de Estados Unidos que cambie sus políticas de control (redadas, arrestos y aprehensiones) y que “derogue las leyes racistas antiinmigrantes” que se han adoptado en varios estados. Al no incluir más detalles, se lee como una retórica vacía y desconectada de las realidades de la relación bilateral. Por un lado, parece ignorar las limitaciones en cuanto a la presión que puede ejercer directamente México en este sentido (y que ya ha fracasado antes). Por otro lado, refleja una falta de reconocimiento sobre la importancia del trabajo que ya se hace (quizás menos visible pero hasta cierto punto efectivo), de cabildeo y alianzas con otros actores de la sociedad civil en Estados Unidos, con las organizaciones de migrantes y con representantes del gobierno en diferentes ámbitos (federal, local, estatal, legislativo y judicial). Al menos en estos materiales, López Obrador se queda en una idea limitada del “acuerdo migratorio” como una panacea sin hacer alusión a otro tipo de enfoques y estrategias necesarias para atender el fenómeno migratorio en todas sus dimensiones.
Al cierre de su mensaje López Obrador nos asegura que lucha “de manera sincera, de corazón” por la justicia, con ideales y principios en lugar de “ambiciones vulgares”, y que su propuesta es la única que representa un cambio verdadero. Queda claro que propone un nuevo enfoque en el desarrollo económico del país y que, si funciona, en el largo plazo podrá resolver algunas de las principales causas de la migración. Sin embargo, la propuesta es débil en relación a las estrategias para resolver la situación actual de los migrantes en Estados Unidos: no incluye un diagnóstico sobre las instituciones y políticas existentes en este ámbito, y no propone una agenda amplia para los mexicanos en el exterior más allá de EUA.
En la próxima entrega, ¿Qué nos dice Gabriel Quadri de la Torre a los mexicanos en el exterior?
es profesora de estudios globales en The New School en Nueva York. Su trabajo se enfoca en las políticas migratorias de México y Estados Unidos.