Sabemos que tu amistad con Octavio Paz venรญa de antes, pero ยฟcuรกndo y cรณmo empiezas a colaborar con Plural?
Octavio tenรญa desde hacรญa algรบn tiempo la idea de fundar una revista, pero no habรญa nada preciso al respecto. Eso sรญ, existรญa la sensaciรณn de que se necesitaba una nueva revista en Mรฉxico. Yo tenรญa amistad con Octavio y nos veรญamos de vez en cuando, aunque no con la frecuencia con que luego lo harรญamos. En eso vino la invitaciรณn de Julio Scherer y la fundaciรณn de Plural. El primer nรบmero de la revista saliรณ en octubre de 1971. Yo no tuve nada que ver con su nacimiento. Vi en Mรฉxico los primeros nรบmeros y luego me fui, por razones acadรฉmicas, a Italia un aรฑo y pico. Cuando regresรฉ, Octavio me invitรณ a visitarlo en Plural, en las oficinas de Excรฉlsior de Reforma. No tengo el recuerdo preciso, pero debe de haber sido en la primavera del 73. Octavio estaba con Tomรกs Segovia. Tuvimos una larga conversaciรณn y al final me invitรณ a colaborar en la revista. Yo estaba reincorporรกndome a mis tareas universitarias y no veรญa muy claro, en ese instante, cuรกl podrรญa ser la forma de colaboraciรณn posible. Para aquel entonces, ya veรญa a Octavio con cierta frecuencia. Pasaron meses, Paz se fue a uno de sus cursos de Harvard, y Kazuya Sakai, que habรญa sustituido a Tomรกs Segovia en la redacciรณn de la revista, me hablรณ un dรญa y me ofreciรณ una columna. La aceptรฉ por telรฉfono y asรญ empezรณ โManual del distraรญdoโ. La primera colaboraciรณn fue en septiembre de 1973.
En la medida en que escribรญa mensualmente, hablaba mรกs con Octavio sobre Plural y poco a poco empecรฉ a meterme en la vida misma de la revista y asรญ, progresivamente, Octavio fomentรณ mi participaciรณn, participaciรณn no de trabajo reconocido en los crรฉditos o remunerado, sino simplemente como un amigo y un colaborador que se preocupaba por la buena marcha de la publicaciรณn y que hablaba mucho con su director, Octavio Paz, y su subdirector, Kazuya Sakai โpintor, traductor, hombre de mรบltiples talentos, ya fallecido por desgracia. Despuรฉs โno recuerdo cuรกl fue la motivaciรณnโ se decidiรณ hacer un Consejo de Redacciรณn y nos empezamos a reunir periรณdicamente. Lo hacรญamos en la casa de Octavio, en Lerma. De allรญ viene la famosa fotografรญa, con Josรฉ de la Colina de espaldas y Gabriel Zaid tapรกndose el rostro con un ejemplar de la revista.
Eran reuniones muy participativas, debo decir, donde se discutรญa mucho, con posturas ciertamente diferentes. Las cosas se hacรญan de una manera razonablemente comunitaria. Octavio โy esto lo doy por sabidoโ era un director muy certero y ocurrente y, al mismo tiempo, tranquilo y comprensivo con todos nosotros, que รฉramos bastante jรณvenes, con opiniones propias y con preferencias y manรญas.
Esta memorabilia de Plural nos acerca al momento del โgolpe a Excรฉlsiorโ. La primera pregunta, ยฟhabรญa indicios de que algo se tramaba contra Scherer?
Sรญ, habรญa indicios; mรกs aรบn, habรญa una campaรฑa contra el periรณdico y su director. Estรกbamos en el รบltimo aรฑo de gobierno y, aun durante los aรฑos floridos del pri, siempre habรญa un notable nerviosismo. Sabรญamos perfectamente de los enfrentamientos que habรญa tenido Julio Scherer con el gobierno mexicano. Sabรญamos tambiรฉn que habรญa un lรญo con los terrenos de la cooperativa en Taxqueรฑa, que habรญan sido invadidos por paracaidistas. Recuerdo que la televisiรณn favorecรญa mucho a los invasores de los terrenos. En los noticieros de entonces, casi todas las entrevistas eran favorables a ellos y contra la gestiรณn de Scherer. Todo esto hecho con mรญnimos disimulos, cada vez mรกs transparentes conforme se acercaba el dรญa de la asamblea de Excรฉlsior. Sabรญamos, pues, que era muy importante esa reuniรณn y que podรญan suceder cosas clave. Nosotros, o al menos yo, tenรญamos fe en que Scherer podrรญa capotear el problema y que tenรญa la capacidad de salvar la situaciรณn; tenรญamos esperanzas y confiรกbamos en la habilidad de Scherer.
Dos o tres dรญas antes de la asamblea tomamos, sin embargo, precauciones y mandamos recoger algunos papeles y documentos de las oficinas de la revista, lo que demuestra que no descartรกbamos que podรญa ocurrir lo peor, como al final pasรณ. Ese dรญa, el 8 de julio de 1976, por la maรฑana, Octavio y yo fuimos a visitar a Scherer, que estaba muy alarmado, pero todavรญa recuerdo que abrigaba la esperanza de que las cosas podrรญan arreglarse. En ese momento, seguramente, me enterรฉ de que algunos colaboradores de Excรฉlsior, que tenรญan cierto grado de amistad con el presidente Echeverrรญa, hablaron con รฉl para encontrar una soluciรณn. Recuerdo que Ricardo Garibay, que era muy amigo de Scherer y colaborador durante muchos aรฑos de Excรฉlsior, tenรญa tambiรฉn buena relaciรณn con Echeverrรญa e intentรณ, sin รฉxito, mediar en el conflicto. Todo esto estรก documentado. El mejor testimonio es la novela de Vicente Leรฑero Los periodistas. Con Octavio volvimos esa tarde, cuando ya se habรญa consumado el golpe, y nos encontramos con Scherer y su gente en la avenida Reforma. La atmรณsfera era pesada y triste. La memoria me dice que Octavio y yo volvimos a su casa, no lejos de allรญ, y que mรกs tarde fuimos a un restaurante de la Zona Rosa, donde estaba reunida toda la gente de Excรฉlsior, todo el grupo, el grupo de Scherer, que seguรญan, como es natural, en estado de shock. Como nosotros.
Tras el golpe del 8 de julio, ustedes deciden renunciar, evidentemente.
Inmediatamente. Lo tenรญamos ya pactado.
ยฟCรณmo fue esa renuncia?
No me acuerdo cรณmo fue en la prรกctica. Yo no intervine en ello.
Estamos ya en el prรณlogo a la fundaciรณn de Vuelta. ยฟCuรกndo deciden que van a seguir con una revista independiente?
No estaba muy claro si seguirรญamos. Posiblemente habรญa unos que estaban mรกs decididos que otros. Habรญa dudas. Ademรกs no tenรญamos nada con quรฉ hacerla. Por mi parte estaba absolutamente decidido. Plural habรญa sido muy importante, y yo tenรญa mucho agradecimiento personal con la revista. Para mรญ era absolutamente necesario responder a ese desafรญo y a esa herida.
ยฟCuรกl era la actitud de Paz?
รl tambiรฉn estaba herido, como todos. Pero al principio nada estaba muy claro. No sabรญamos si se podrรญa fundar una nueva revista, y en quรฉ tรฉrminos. Era una montaรฑa que se nos venรญa encima.
ยฟLa relaciรณn con los que salieron de Excรฉlsior se habรญa roto, o se pensรณ que se podrรญa hacer algรบn proyecto conjunto?
Tal vez se pensรณ. Era un momento en que todo el mundo estaba golpeado. Lo importante es que, de una forma o de otra, nosotros llegamos a la conclusiรณn de que habรญa que seguir y que habรญa que hacer una nueva revista independiente.
ยฟEl รฉxito de Plural les ayudรณ a tomar la decisiรณn de seguir?
Asรญ es. Uno de los motivos para hacer la revista es que tenรญamos la percepciรณn de que Plural habรญa sido no sรณlo un โรฉxitoโ intelectual, sino econรณmico: la primera revista literaria que iba a los kioscos con ventas relativamente elevadas. No sabรญamos con exactitud las cifras, porque eran manejadas por Excรฉlsior, pero tenรญamos la sensaciรณn de que eran un รฉxito. Aquรญ debo decir que Julio Scherer fue siempre un apoyo incondicional de la revista. En Excรฉlsior, algunas personas nos veรญan con ojos cruzados: nuestras preferencias ideolรณgicas y literarias les parecรญan un cuerpo extraรฑo en el periรณdico. Por ello, quizรก para animarnos, Julio Scherer nos decรญa que la revista se vendรญa muy bien y, a nosotros, cualquier nรบmero que nos dieran nos parecรญa impresionante; no estรกbamos acostumbrados a que una revista de este tipo se vendiera, asรญ que cualquier cifra nos parecรญa imponente. Partรญamos de esa premisa: que la revista habรญa tenido mucha circulaciรณn y que habรญamos roto el ciclo de la pequeรฑa revista literaria que se reparte entre amigos o que, en el mejor de los casos, va a parar a una librerรญa o dos. Habรญa un salto hacia un mundo de lectores amplio. Y nos animaba pensar que contรกbamos con una base de lectores.
ยฟY cuรกles fueron los pasos prรกcticos para llegar a la fundaciรณn de Vuelta?
De tanteo, de orientaciรณn al principio. La idea que nos permitiรณ arrancar โno recuerdo quiรฉn la tuvoโ fue pedirle un cuadro a Rufino Tamayo, no regalado sino a precio bajo, sin la comisiรณn de la galerรญa, para organizar una rifa y hacernos con los primeros fondos de la revista. Al pobre de Octavio le daba una vergรผenza enorme ir a pedirle a Tamayo un cuadro, pese a la amistad que los unรญa y pese a que Paz habรญa sido uno de sus mรกs decididos defensores frente a la omnipresencia de los muralistas.
En la organizaciรณn de la rifa participรณ mucha gente, pero quiero destacar a unas amigas: en primer lugar a Celia Chรกvez, la mujer de Jaime Garcรญa Terrรฉs, que tanto colaborรณ en la revista y tambiรฉn recordar la generosidad de Ulalume Gonzรกlez de Leรณn y de Esther Seligson, sin olvidar a mi propia mujer, Olbeth Hansberg, que estaba reciรฉn operada y que, desde la cama, vendรญa boletos por telรฉfono. La rifa fue un รฉxito. Por cierto, el cuadro se lo sacรณ el inolvidable Hugo Margรกin, que era un filรณsofo, discรญpulo mรญo, y una persona cercanรญsima a nosotros, tristemente fallecida. Y bueno, con el dinero que dio el cuadro, cantidades que ahora parecen pequeรฑas, empezamos a caminar.
Y el siguiente paso, ยฟcuรกl fue?
No quisiera detenerme en los mรบltiples detalles, simplemente decir que fue un proceso bastante complejo. Yo prรกcticamente tenรญa licencia del Instituto de Investigaciones Filosรณficas de la unam para dedicarme a ello. Gabriel Zaid estuvo siempre al pie del caรฑรณn y colaborรณ en todas las decisiones clave y mantuvimos un diรกlogo constante. Josรฉ de la Colina fue fundamental. Quisiera, mencionar dos nombres importantes, Armando Ayala Anguiano, el director de Contenido, y Guillermo Mendizรกbal, el dueรฑo de la Editorial Posada. El primero nos dio muchos consejos prรกcticos y, sobre todo, nos presentรณ a Guillermo Mendizรกbal, quien nos permitiรณ usar โa precios muy rebajadosโ sus instalaciones, tanto para formar los primeros nรบmeros de la revista como para imprimirla y distribuirla comercialmente.
ยฟY la planeaciรณn intelectual del primer nรบmero?
Octavio fue โlรณgicamenteโ indispensable. Antes de irse a su curso en Harvard, y estando allรก, puso en juego su red de amistades para conseguir colaboraciones importantes. En efecto, si ustedes examinan el primer nรบmero de Vuelta, verรกn las colaboraciones de Borges, Bioy Casares y Calvino. El resto del nรบmero estรก escrito por los autores habituales de Plural: era nuestra forma de afirmar que estรกbamos de regreso.
ยฟY el ambiente polรญtico de aquella รฉpoca?
No era agradable. Lo de Excรฉlsior desatรณ muchas fuerzas y habรญa una gran crispaciรณn contra nosotros. No es que pensรกramos que nos fueran a matar, pero sรญ que nos iban a dificultar las cosas, y posiblemente es verdad que habรญa grupos dentro del sistema que tenรญan ganas de impedir que salieran Proceso y Vuelta. Ademรกs, tanto Josรฉ de la Colina como yo รฉramos extranjeros en aquel entonces y, sin querer dramatizar, corrรญamos algunos riesgos adicionales.
ยฟPor eso era tan importante, simbรณlicamente, salir con el primer nรบmero en el sexenio de Echeverrรญa?
Sin duda. La fecha de portada del nรบmero inicial de Vuelta es del primero de diciembre, pero la revista se presentรณ pรบblicamente en la galerรญa Ponce y se empezรณ a distribuir el 15 de noviembre.
ยฟY cรณmo se decidiรณ el nombre de la revista?
El problema del nombre es que nos gustaba mucho Plural, pero Excรฉlsior era el dueรฑo y obviamente se lo quedaron. Habรญa muchas propuestas para el nombre, y espero que no me engaรฑe la memoria, pero recuerdo que precisamente habรญa ido a buscar a Octavio para ir al notario โdonde fundarรญamos, con los demรกs amigos, la asociaciรณn civil Amigos del Arte, que nos permitirรญa dar los primeros pasosโ y de regreso volvimos al tema del tรญtulo, y entrando al estacionamiento de Octavio, en su casa de Lerma, saliรณ el nombre de โVueltaโ. Octavio le tenรญa una cierta prevenciรณn natural, por modestia incluso, pues era el tรญtulo de un poema suyo. Mรกs que el poema, tenรญa yo presente el desafรญo del regreso. Salimos del estacionamiento hacia su apartamento con el nombre en la mano.
ยฟQuรฉ propรณsitos los animaban?
Varios. El primero era, desde luego, contar con un medio literario nuestro. Creรญamos en la idea de la โrevistaโ como vehรญculo cultural, como una forma de dialogar con la comunidad. รramos herederos โno lo olvidenโ de una larga e importantรญsima tradiciรณn literaria hispanoamericana. En segundo lugar, habรญa el deseo de no aceptar la derrota, la convicciรณn de que habรญa que reaccionar a una situaciรณn de injusto atropello. Y, por รบltimo, el deseo muy definido y claro de fundar una revista independiente, de hacer las cosas por cuenta nuestra, sin estar protegidos o ser apรฉndices de otras instituciones, por amigas que รฉstas fueran. Nos entusiasmamos con la posibilidad de la โindependenciaโ, si cabe decirlo asรญ. Una revista que se mantuviera de dos fuentes: los lectores y los anuncios. Una pequeรฑa empresa que saliera de la lรณgica de la subvenciรณn y que se la jugara con sus lectores y anunciantes.
ยฟEl Plural que despuรฉs sacรณ Excรฉlsior, lo veรญan como una loza, como una incitaciรณn?
Mรกs bien lo despreciรกbamos: unos mediocres caraduras que se metieron en casa ajena.
ยฟEn dรณnde se veรญan ustedes en el espectro polรญtico de aquel entonces, cรณmo eran vistos?
La izquierda nos veรญa como de derecha, aunque la gente de la derecha, en el sentido de una derecha articulada e intelectual, apenas existรญa. La derecha era una cosa dispersa. El pan pesaba aรบn poco como partido, ese sexenio ni siquiera presentรณ candidato a la Presidencia. El gran elefante era el pri. Yo me habrรญa definido entonces como de centro izquierda liberal.
ยฟY cรณmo fue el trabajo de redacciรณn de ese primer nรบmero, siempre el mรกs difรญcil de una revista literaria y no pocas veces el รบnico?
El trabajo fue brutal, le metimos mucha caรฑa. Aquรญ la participaciรณn de Josรฉ de la Colina fue indispensable, por su talento literario y por su experiencia en revistas e imprentas. รramos unos cuantos amigos de buena voluntad que creรญamos en el proyecto. Imposible no mencionar a la fiel y eficaz Sonia Levy, secretaria en Plural y en Vuelta.
ยฟYa tenรญan las oficinas de la calle Da Vinci, que aparecen registradas en el primer nรบmero?
No me acuerdo exactamente cuรกndo nos mudamos a Da Vinci. Era una casa viejรญsima, en una calle descascarada y polvorienta de Mixcoac. Todo era precario, unas cuantas mesas y unas cuantas sillas, mรกs unos hermosos cuadros que nos prestaron nuestros amigos pintores.
ยฟY la publicidad de ese primer nรบmero?
Fue muy escasa. Tenรญamos un anuncio del Fondo de Cultura Econรณmica, El Colegio de Mรฉxico, del Seguro Social, de la benemรฉrita unam, un intercambio con Proceso, ya que salimos casi a la par, y galerรญas de arte, y empresas pequeรฑas.
ยฟAlguien mรกs que quisieras recordar de este proceso de nacimiento de la revista?
A nuestro corrector, Tomรกs Acosta. Un peruano que llevaba aรฑos viviendo en Mรฉxico, y que habรญa estado en El Colegio de Mรฉxico estudiando con Raymundo Lida.
ยฟCรณmo fue la coordinaciรณn del trabajo con Paz fuera y cuรกl fue su reacciรณn ante el primer nรบmero?
Tenรญamos a Octavio al dรญa de todas las cosas, las humanas y las divinas. Nos hablรกbamos por telรฉfono, algo que no era tan usual y econรณmico como ahora. Habรญa, pues, que planear para aprovecharlo al mรกximo. Y, desde luego, cruzรกbamos muchas cartas. Todos compartimos la alegrรญa de ese primer nรบmero, cuya salida celebramos los amigos mรกs cercanos en la galerรญa Ponce. Tambiรฉn hay que tener en cuenta que, en comparaciรณn con Plural, era una revista pobre, de menor tamaรฑo, menos pรกginas, sin espacio para el cuaderno de arte de Plural ni para ilustraciones. El diseรฑo de los primeros nรบmeros lo hizo Abel Quezada, hijo.
ยฟCรณmo fue el 15 de noviembre de 1976?
El nรบmero estuvo listo el 15 de noviembre. Me veo caminando, al caer la tarde, con un paquete de revistas, hacia la Galerรญa Ponce, que estaba en la Zona Rosa. Miguel Cervantes, que era el director, y Carlos Garcรญa Ponce โel hermano de Juanโ, que era el dueรฑo, nos abrieron las puertas. Ahรญ tuvimos una reuniรณn con amigos y despuรฉs habremos ido a un restorรกn. Recuerdo a Salvador Elizondo, que esa noche me dijo con una gran sonrisa: โYa hicimos historia.โ
Entonces tenรญan la sensaciรณn de que la revista iba a durar.
Por supuesto, estรกbamos en plan de combatientes y tenรญamos deseos de pelear. Fue un dรญa emocionante.
(ciudad de Mรฉxico, 1969) ensayista.