Stephen King es un escritor capaz de contar las historias más descabelladas y volverlas aterradoras. Pero una cosa es su prosa y su estilo, que hechizan a pesar de su imaginación desbordada, y otra trasladar su mundo a la pantalla grande. Salvo contadas excepciones (El resplandor, Misery, Sueños de fuga), la mayoría de las adaptaciones de sus libros resultan fallidas. 1408 no se salva de la quema. La anécdota del cuarto maldito del hotel Dolphin –del cual nunca se sabe la razón del origen de su horror– es insostenible, y termina por derrumbarse estrepitosamente con las peores actuaciones que se les haya visto a John Cusack y Samuel L. Jackson. Ciertas escenas dan más pena que otra cosa, como cuando el escritor encarnado por Cusack recibe el vestido de su hija muerta por… ¡fax! Infumable. ~
Su libro más reciente es el volumen de relatos de terror Mar Negro (Almadía).