51 mexicanas indispensables

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La euforia mediĆ”tica que ha desatado la nutrida presencia de mexicanos que filman en el extranjero, sumada a las numerosas postulaciones en la pasada entrega de los Ɠscares de Hollywood, contrasta, sin duda, con el desdĆ©n generalizado hacia el cine que se produce aquĆ­. El cine mexicano estĆ” en los ojos del mundo, menos en los de nuestro paĆ­s. Un fenĆ³meno que traspasĆ³ fronteras y en cambio, en su propia tierra, repta en la clandestinidad a pesar de los premios ilustres y los nombres que trastocaron en clichĆ© el llamado nuevo cine mexicano. Un nuevo cine, lanzado como exitoso eslogan en un periodo particularmente intenso como lo fue el salinismo, a pesar de que otro cine de ruptura ha venido surgiendo casi desde que los enviados de los LumiĆØre llegaron a suelo mexicano, para iniciar una silenciosa colonizaciĆ³n a travĆ©s de las imĆ”genes en movimiento.

Justo en el momento en que el realizador Enrique Rosas integra a su relato de ficciĆ³n El automĆ³vil gris ā€“filmado en 1919ā€“ las escenas verdaderas del fusilamiento de la banda delictiva que asolĆ³ la ciudad de MĆ©xico en 1915, se preparaban ya los cimientos de un nuevo cine nacional, como ocurriĆ³ a mediados de los cuarenta con la intromisiĆ³n de aquellas narraciones urbanas creadas por Alejandro Galindo, Ismael RodrĆ­guez o Gilberto MartĆ­nez Solares. O la presencia de ese otro nuevo cine independiente realizado al margen de la industria, representado por RaĆ­ces de Benito Alazraki en 1953, seguido del Primer Concurso de Cine Experimental llevado a cabo en 1965 y del que surgirĆ­an nombres como los de RubĆ©n GĆ”mez, Manuel Michel, SalomĆ³n Laiter, Alberto Isaac o Juan IbƔƱez.

Algo similar sucediĆ³ con la renovaciĆ³n cinematogrĆ”fica emprendida por el echeverrismo y continuada con el salinismo, que impuso una nueva y agresiva manera de abordar la polĆ­tica de Estado, misma que se extendiĆ³ al cine mĆ”s en la forma y en su propuesta mercadotĆ©cnica que en el nivel de la industria. La polĆ­tica neoliberal y de apertura del salinato sentĆ³ las bases para el surgimiento de un cine que intentaba ser diferente, y los medios de comunicaciĆ³n exageraron, hablando de un ā€œnuevo cine mexicanoā€, en un momento en que la industria iniciaba una estrepitosa caĆ­da en su producciĆ³n.

MĆ”s que un nuevo cine, la idea era producir obras de mayor calidad: un curioso fenĆ³meno de los noventa, segĆŗn el cual los gĆ©neros tradicionales eran abordados de otra manera, abriendo, a su vez, diversas lĆ­neas temĆ”ticas y argumentales. Sin duda, es a partir de Rojo amanecer cuando se vislumbra la posibilidad de hacer un cine distinto, a partir de una cinta producida por la iniciativa privada, con un equipo tĆ©cnico y artĆ­stico ligado al cine estatal de calidad. Cambian entonces las reglas de la censura, y se da ā€œaireā€ a temas de carĆ”cter polĆ­tico poco abordados, como la matanza del 2 de octubre de 1968, a la vez que se desenlata La sombra del caudillo (1960), thriller polĆ­tico de Julio Bracho que habĆ­a censurado la cĆŗpula del poder por consideraciĆ³n a algĆŗn alto mando del EjĆ©rcito, o a toda la instituciĆ³n.

Al mismo tiempo, aparece una nueva generaciĆ³n de cineastas y tĆ©cnicos egresados de las escuelas de cine, con otra mentalidad y sobre todo con un alto manejo de la tĆ©cnica. Esa nueva generaciĆ³n coincide con directores surgidos del echeverrismo, dispuestos a renovar su temĆ”tica y estilo ā€“los casos de Gabriel Retes, Arturo Ripstein o Jaime Humberto Hermosillo. El Ć©xito en festivales internacionales, su impacto en taquilla y las expectativas creadas durante la exhibiciĆ³n, convirtieron a cintas como SĆ³lo con tu pareja, Cronos, DanzĆ³n o Como agua para chocolate en emblemas de un cine mexicano reciente y audaz.

No obstante, otros filmes mĆ”s arriesgados y de menor presupuesto serĆ­an menospreciados en esa loca carrera por promocionar ese ā€œnuevo cineā€. Ejemplos: La nube de Magallanes, En el paraĆ­so no existe el dolor, Una moneda en el aire, Ciudad de ciegos, Pueblo de madera, Los aƱos de Greta, Sabadazo. Lo mismo sucediĆ³ con una serie de eficaces artesanos del bajo presupuesto y del videohome, curtidos en los temas de la violencia y el narcotrĆ”fico, entre ellos Alfredo Gurrola, DamiĆ”n Acosta, Francisco Guerrero, Fernando DurĆ”n, JosĆ© Luis Urquieta y ValentĆ­n Trujillo.

Durante el gobierno de Zedillo se vendiĆ³ cotsa ā€“el otrora pulpo de la exhibiciĆ³nā€“ y se promulgĆ³ una nueva Ley CinematogrĆ”fica que redujo el tiempo en pantalla del cine nacional. Mientras tanto, arrancaba la construcciĆ³n de los primeros Cineplex que transformarĆ­an la manera de ver el cine en nuestro paĆ­s, lo que perjudicĆ³ principalmente a las capas sociales mĆ”s desprotegidas, al tiempo que aparecerĆ­an cintas muy exitosas que impondrĆ­an un nuevo tipo de comedia: las sex-yuppie-com, como Cilantro y perejil o Sexo, pudor y lĆ”grimas. Por su parte, durante el sexenio foxista se intentĆ³ eliminar el CCC, el Imcine y los Estudios Churubusco, y una pelĆ­cula menor se trastocarĆ­a en imĆ”n de taquilla, gracias a sus temas de religiĆ³n y sexo y al interĆ©s o morbosidad desatados por grupos moralistas: El crimen del padre Amaro.

Por Ćŗltimo, y antes de proseguir con la que serĆ” una selecciĆ³n muy personal y cronolĆ³gica de lo que creo es lo mĆ”s destacado de las dos Ćŗltimas dĆ©cadas de ese supuesto ā€œnuevo cine mexicanoā€, habrĆ­a que agregar que los noventa y el nuevo milenio han sido, a su vez, los mejores aƱos del cortometraje en MĆ©xico (Pepenadores, El hĆ©roe, En el espejo del cielo, Virgen de medianoche, Necrofilia, Actos impuros, El otro sueƱo americano, El otro cuarto y muchos mĆ”s), y en particular, del cine documental: La lĆ­nea paterna, Un beso a esta tierra, ĀæQuiĆ©n diablos es Juliette?, Ni muy, muy, ni tan, tan, simplemente Tin Tan, Muxes, La canciĆ³n del pulque, Gabriel Orozco, Del olvido al no me acuerdo, Voces de la Guerrero, SeƱorita extraviada, La guerrilla y la esperanza, Bajo JuĆ”rez, 1973, o La palomilla salvaje: intrigantes, imaginativos y sensibles relatos planteados como respuesta al fracaso y la inmediatez del cine de ficciĆ³n, muchos de ellos a la espera de ser estrenados durante este nuevo gobierno de Felipe CalderĆ³n.

Corre cĆ”maraā€¦

La ciudad al desnudo (1988),de Gabriel Retes. Con Lourdes ElizarrarƔs, Martƭn Barraza, Luis Felipe Tovar. A Retes se le debe la primera gran pelƭcula sobre la violencia urbana de fines del siglo XX. Un filme que anticipaba esa violencia atroz y sin sentido, resultado del rencor social heredado del salinismo, a partir de la historia paralela de una pareja vejada y una pandilla de maleantes manejados por el sƔdico King (Luis Felipe Tovar, soberbio), quienes dan rienda suelta a todo tipo de vilezas.

El costo de la vida (1988), de Rafael Montero. Con Rafael SĆ”nchez Navarro, Alma Delfina, Alonso EchĆ”nove. Otro intenso y atractivo retrato de la crisis cuyo costo es la violencia y las salidas fĆ”ciles. La vida de un joven matrimonio empieza a desmoronarse cuando ambos pierden su empleo, y luego son estafados al intentar comprar las placas para un taxi. Un Ćŗnico escape: el crimen. Montero explora con habilidad la frustraciĆ³n social y se apoya en un eficaz trabajo histriĆ³nico.

Los pasos de Ana (1988), de Maryse Sistach. Con Guadalupe SĆ”nchez, Paula Buil, Valdiri Durand. Relato de actos mĆ­nimos, sobre el desencanto generacional y acerca de la entraƱable relaciĆ³n madre-hijos ā€“un tema malbaratado por el cine nacional a travĆ©s de cientos de melodramas lacrimĆ³genos. De hecho, nunca antes nuestro cine habĆ­a accedido a los niveles de realismo Ć­ntimo y coloquial, en la historia de una joven cineasta divorciada y con dos hijos que emprende un video-diario.

Intimidades en un cuarto de baƱo (1989), de Jaime Humberto Hermosillo. Con Martha Navarro, MarĆ­a Rojo, Ɓlvaro Guerrero. La asfixia y la frustraciĆ³n social a travĆ©s de un matrimonio de clase media: ella, cajera de banco, Ć©l, escritor que aspira a una beca y que vive con sus suegros y una sirvienta, observados a travĆ©s del espejo de un baƱo. Hermosillo iniciĆ³ con este esplĆ©ndido relato un eficaz sistema de producciĆ³n que incluĆ­a una sola locaciĆ³n, pocos actores y un equipo mĆ­nimo de rodaje.

Rojo amanecer (1989), de Jorge Fons. Con HĆ©ctor Bonilla, MarĆ­a Rojo y Jorge Fegan. Inteligente intento por reconstruir la realidad nacional desde la cotidianidad desquebrajada de una familia de clase media encerrada en sus cuatro paredes tlatelolcas, el 2 de octubre de 1968. La aventura emprendida por Fons y su guionista Xavier Robles es digna, pero parcial y tĆ­mida ā€“ā€œCon el gobierno no se metanā€, dice un diĆ”logoā€“, pero funciona como microcosmos de la sociedad del 68 y sus diversas posturas.

Santa sangre (1989), de Alejandro Jodorowsky. Con Axel Jodoroswky, Blanca Guerra, Guy Stockwell. Jodorowsky se inspirĆ³ libremente en el caso de Goyo CĆ”rdenas, segĆŗn este barroco relato que marcaba su regreso al cine y a MĆ©xico, luego de diez aƱos. El circo, el burlesque, la nota roja, se mezclan en una suerte de catarsis que recorre los intrincados laberintos de la memoria, en la historia de una fanĆ”tica religiosa y trapecista sexualmente reprimida y su hijo, testigo de su asesinato.

Lola (1989), de MarĆ­a Novaro. Con Leticia Huijara, Mauricio Rivera, Roberto Sosa. La protagonista (Huijara, excelente) se abre paso por la vida, enfrentando embates machistas, buscando su independencia sexual y llevando la carga de su hija pequeƱa, hasta que entiende la trascendencia de esa uniĆ³n. Es la historia de una joven vendedora de fayuca y madre soltera, cuyo marido mĆŗsico siempre estĆ” ausente en una ciudad resentida por los terremotos de 1985. Gran debut de MarĆ­a Novaro.

Cabeza de Vaca (1990), de NicolĆ”s EcheverrĆ­a. Con Juan Diego, Daniel GimĆ©nez Cacho, Roberto Sosa. Inspirado en las crĆ³nicas del conquistador Alvar NĆŗƱez Cabeza de Vaca, el cineasta y su coguionista, el escritor Guillermo Sheridan, consiguen recrear desde un punto de vista alejado de la monografĆ­a histĆ³rica escolar, el tema de la Conquista y la imposiciĆ³n de la fe, en la aventura emprendida por Cabeza de Vaca hacia 1527, quien llegĆ³ a Sonora y Sinaloa, desde la Florida, luego de ser apresado y esclavizado por un hechicero.

Infernofinis/Comando de la muerte (1990), de Alfredo Gurrola. Con Sergio Goyri, Jorge Luke, Ernesto YƔƱez. HĆ”bil cineasta de indudables dotes artesanales para abordar temas de violencia y autor de tĆ­tulos mĆ­ticos como La sucesiĆ³n, DĆ­as de combate, Cosa fĆ”cil o LlĆ”menme Mike, Gurrola realizĆ³ esta mordaz ironĆ­a postapocalĆ­ptica, trastocada en cinta de culto. Se trata de un sarcĆ”stico relato de acciĆ³n y ciencia ficciĆ³n ambientado en el aƱo 2033: una Ć”cida parodia de Rambo, Depredador y Mad Max.

Retorno a AztlĆ”n (1990), de Juan Mora Catlett. Con Rodrigo Puebla, Socorro Avelar, Rafael CortĆ©s. En la Ć©poca de Moctezuma i, el noble TlacaĆ©lel y el campesino Ollin inician un viaje mĆ”gico en busca de la diosa Coatlicue, para salvar al pueblo de una terrible sequĆ­a. A partir del notable antecedente que significĆ³ MictlĆ”n (1969) de RaĆŗl Kamffer, Juan Mora narra, desde una Ć³ptica vanguardista, la mĆ­stica indĆ­gena de la era precortesiana, en este relato sobre la leyenda del Quinto Sol.

El bulto (1991), de Gabriel Retes. Con Gabriel Retes, Lourdes ElizarrarƔs, Gabriela Retes. Un reportero grƔfico de ExcƩlsior queda en estado de coma luego de una golpiza propinada por los Halcones el 10 de junio de 1971. Veinte aƱos despuƩs, despierta para percatarse de que no existe el Partido Comunista Mexicano, de que Salinas de Gortari nos va a sacar del hoyo con el TLC, y de que sus ex compaƱeros revolucionarios trabajan para el gobierno. Ambigua y divertida metƔfora sobre un paƭs adormecido durante dos dƩcadas.

Lolo (1991), de Francisco AthiĆ©. Con Lucha Villa, Roberto Sosa, DamiĆ”n AlcĆ”zar. Un obrero es asaltado, acaba en el hospital y, al salir, es despedido de su trabajo. En su debut, AthiĆ© recurre a un impactante y estilizado tratamiento visual para retratar los problemas de la injusticia social y la violencia urbana, en una versiĆ³n muy libre de Crimen y castigo de Dostoyevski, ambientada en terrenos de chavos banda y de la periferia urbana, segĆŗn este inquietante relato de sexo, traiciĆ³n y criminalidad.

La mujer de BenjamĆ­n (1991), de Carlos Carrera. Con Arcelia RamĆ­rez, Eduardo LĆ³pez Rojas, Malena Doria. La cinta tiene tanto de Rius como de La bella y la bestia. Un obeso cincuentĆ³n casi subnormal, dueƱo de la Ćŗnica tienda del pueblo de la que se encarga su madura hermana solterona, se enamora de una adolescente que se aprovecha de la situaciĆ³n. El retrato de una provincia sensualona y la bĆŗsqueda de personajes atĆ­picos son algunos de los divertidos extras de esta pelĆ­cula en clave parĆ³dica.

SĆ³lo con tu pareja (1991), de Alfonso CuarĆ³n. Con Daniel GimĆ©nez Cacho, Claudia RamĆ­rez, Luis de Icaza. Primera cinta mexicana que tocaba el tema del sida en plan humorĆ­stico, a medio camino entre AlmodĆ³var y el humor sexoso de Mauricio GarcĆ©s trasplantado a nuestros dĆ­as. La forma se impone sobre el fondo, con un estilo visual cercano al videoclip y un soberbio dominio de la tĆ©cnica que acercaban la cinta a los estĆ”ndares de la producciĆ³n estadounidense, lo que le valiĆ³ a CuarĆ³n su pase a Hollywood.

Tequila (1991), de RubĆ©n GĆ”mez. Con MarĆ­a Rojo, Hugo Stieglitz, Yirah Aparicio. VocaciĆ³n de ruptura es el sello de marca de RubĆ©n GĆ”mez, autor de un par de trabajos insĆ³litos en veinticinco aƱos: La fĆ³rmula secreta ā€“de 1964ā€“ y Tequila: una borrachera de imĆ”genes delirantes y de un nacionalismo exacerbado y crĆ­tico, para hablar de temas como la represiĆ³n, la marginaciĆ³n o la transculturizaciĆ³n. El monĆ³logo final, escrito por Fernando del Paso e impuesto por los productores, molestĆ³ a su realizador.

En medio de la nada (1992), de Hugo RodrĆ­guez. Con Blanca Guerra, Manuel Ojeda, Guillermo GarcĆ­a CantĆŗ. RodrĆ­guez, futuro realizador de Nicotina en 2004, conseguĆ­a debutar con este estilizado relato acerca de una cotidianeidad interrumpida de manera violenta. Primera muestra de un realizador con buena madera, preocupado por una violencia mĆ”s psicolĆ³gica y ambiental que fĆ­sica, es la historia de un grupo de personajes encerrados en una fonda-gasolinerĆ­a, justo en medio de la nada.

La invenciĆ³n de Cronos (1992), de Guillermo del Toro. Con Federico Luppi, Ron Perlman, Claudio Brook. Del Toro representa uno de esos extraƱos casos de un cineasta capaz de mantenerse fiel a sus principios, gustos y obsesiones probando fortuna en MĆ©xico, EspaƱa o Estados Unidos, a partir de un gĆ©nero casi siempre menospreciado, mismo que le provoca una fascinaciĆ³n tal que logra transmitirla en la pantalla, como ocurre en este atĆ­pico relato de vampiros.

Novia que te vea (1992), de Guita Schyfter. Con Claudette MaillĆ©, Maya Mishalska, AngĆ©lica AragĆ³n. A pesar de sus limitaciones de producciĆ³n, la cinta es una curiosa y divertida historia de dos jovencitas judĆ­as nacidas en MĆ©xico, que intentan realizarse como esposas o profesionistas, o ambas cosas, en los turbulentos aƱos sesenta. Schyfter aborda las ilusiones de mujeres que chocan y se interrelacionan a travĆ©s de su condiciĆ³n femenina y de extranjeras, en sociedades dominadas por los hombres.

Desiertos mares (1993), de JosĆ© Luis GarcĆ­a Agraz. Con Arturo RĆ­os, Juan Carlos Colombo, Dolores Heredia. Drama urbano, retrato de crisis existencial, pelĆ­cula de carretera que se construye con base en los recuerdos, en la historia de un cineasta que elabora un guiĆ³n donde se funde su pasado, su presente y un relato histĆ³rico y ficticio sobre la Conquista de MĆ©xico. GarcĆ­a Agraz avanza con visceralidad a travĆ©s de las relaciones familiares, el mundo infantil y la recreaciĆ³n onĆ­rica de un MĆ©xico mĆ­tico.

Dos crĆ­menes (1993), de Roberto Sneider. Con DamiĆ”n AlcĆ”zar, Dolores Heredia, JosĆ© Carlos Ruiz. Inteligente rescate del irĆ³nico y particular universo del escritor Jorge IbargĆ¼engoitia. Los enredos de una disfrutable y cachonda provincia mexicana envuelven a un capitalino seƱalado como responsable de un asesinato, en un divertimento fĆ­lmico que se nutre del thriller de nota roja, la intriga rocambolesca, el humor negro y un sensual erotismo pocas veces alcanzados por nuestro cine.

En el aire (1993), de Juan Carlos de Llaca. Con Daniel GimĆ©nez Cacho, Dolores Heredia, Plutarco Haza. Ciertos errores tĆ©cnicos y de ritmo en su debut industrial se compensan con un humor fresco y espontĆ”neo, para narrar la crisis emocional y los recuerdos de un locutor de radio que clama por el acetato en la Ć©poca del disco compacto, segĆŗn este inteligente recorrido por la sexualidad disoluta y gozosa de los aƱos sesenta y setenta, a partir de un guiĆ³n del propio realizador y Alicia GarcĆ­a Bergua.

En el paraĆ­so no existe el dolor (1993), de VĆ­ctor Saca. Con Miguel Ɓngel Ferriz, Fernando Leal, Evangelina Elizondo. Obra inquietante y extraƱa que aborda temas como el sida, la homosexualidad, la corrupciĆ³n policĆ­aca, la fascinaciĆ³n por la violencia y los antros donde se exuda horror y todo tipo de secreciones. Saca desglamouriza sus ambientes sĆ³rdidos, creando personajes creĆ­bles, que van de lo patĆ©tico a lo emotivo, en un relato armado por constantes regresos al pasado.

Hasta morir (1993), de Fernando SariƱana. Con DamiĆ”n Bichir, Juan Manuel Bernal, VerĆ³nica Merchant. Un joven cholo inicia a su amigo de la infancia en el asalto a mano armada, mientras planea el secuestro de un magnate fronterizo para empezar una nueva vida en Los Ɓngeles. SariƱana se sumerge en la cultura del tatuaje y la violencia urbana, y consigue rescatar el tema de la amistad masculina sin prejuicios melodramĆ”ticos, a partir de un estilo visceral y vibrante.

La orilla de la tierra (1993), de Ignacio Ortiz. Con Luis Felipe Tovar, JesĆŗs Ochoa, Alejandra Prado. Dos hermanos comparten un mismo sueƱo: la localizaciĆ³n de un gran tesoro. Un pueblo sin hombres. Una niƱa que crece con relatos fantĆ”sticos en los que aparece San MartĆ­n Caballero como hĆ©roe romĆ”ntico. Una iglesia sin sacerdote y mujeres sin marido. Se trata de una bacanal oaxaqueƱa: una suerte de western metafĆ­sico que apuesta por una leyenda de claro espĆ­ritu rulfiano.

El callejĆ³n de los milagros (1994), de Jorge Fons. Con Salma Hayek, Bruno Bichir, Ernesto GĆ³mez Cruz. AdaptaciĆ³n de Vicente LeƱero sobre la novela del egipcio y premio Nobel de literatura Naguib Mahfouz, que se ambienta en las calles del centro de la ciudad de MĆ©xico. Un cincuentĆ³n que descubre tardĆ­amente su homosexualidad. Una solterona que seduce a un joven mesero. Una muchacha pretenciosa que acaba como prostituta, y el joven que regresa de bracero para recuperarla con trĆ”gicos resultados.

Dulces compaƱƭas (1995), de Ɠscar Blancarte. Con Ana MartĆ­n, Roberto Cobo, Ramiro Huerta. Obra cruda, terrible y carente de cualquier asomo de moralina, que se interna de manera afortunada por la realidad urbana mĆ”s caĆ³tica: su violencia, su podredumbre y sus salidas falsas y desesperanzadas, en la historia de un titiritero homosexual, una maestra cuarentona y un chichifo psicĆ³pata, inspirada en dos obras de Ɠscar Liera.

La primera noche (1997), de Alejandro Gamboa. Con Osvaldo Benavides, Mariana Ɓvila, Julio Casado. Televicine recuperĆ³ el punto de vista de un sector juvenil muy especĆ­fico: chavos sanos de clase media en una pelĆ­cula que luce precisamente por su sencillez, su falta de pretensiones y su visiĆ³n imparcial sin rasgos de moralismo. Gamboa encontrĆ³ con esta divertida comedia juvenil una fĆ³rmula para reunir impacto comercial y conciencia social.

Bajo California: El lĆ­mite del tiempo (1997), de Carlos Bolado. Con DamiĆ”n AlcĆ”zar, JesĆŗs Ochoa, Gabriel Retes. Persiste aquĆ­ la idea de experimentar con un relato enigmĆ”tico y fascinante que apuesta sin complejos por las emociones, las mĆ”s simples y cotidianas, en la historia de un artista plĆ”stico que inicia un viaje de bĆŗsqueda personal. Bolado, el mejor y mĆ”s sensible editor del ā€œnuevo cine mexicanoā€, debutĆ³ como realizador con una historia introspectiva que descubrĆ­a una provincia ignota.

Santitos (1998), de Alejandro Springall. Con Dolores Heredia, Alberto Estrella, Luis Felipe Tovar. El filme recupera historias sencillas de humor cotidiano, a partir de la novela homĆ³nima de MarĆ­a Amparo EscandĆ³n. Relato insĆ³lito, que rompiĆ³ los esquemas de nuestra gastada cinematografĆ­a con intuiciĆ³n y entusiasmo, para redescubrir el gozo del cine y sus diversos Ć”ngulos en la historia de una joven mujer fanĆ”tica de San Judas Tadeo, obsesionada con recuperar a su hija.

Amores perros (1999), de Alejandro GonzĆ”lez IƱƔrritu. Con Gael GarcĆ­a Bernal, Vanessa Bauche, Emilio EchevarrĆ­a. MĆ”s allĆ” de los Ć³rganos de animales y humanos que sangran y se exponen a cuadro, se trata de una experiencia emocional orquestada con garra por un cineasta curtido en el Ć”mbito publicitario y de la radio. Propone una perspectiva de una realidad perra y salvaje, donde resulta comĆŗn la violencia, el engaƱo, el odio entre hermanos y la amargura como sustituto de la adrenalina.

La ley de Herodes (1999), de Luis Estrada. Con DamiĆ”n AlcĆ”zar, Pedro ArmendĆ”riz, Salvador SĆ”nchez. El filme mostrĆ³ la locura del poder, y la corrupciĆ³n del pri y las instituciones cĆ³mplices que le hicieron juego desde hace casi ochenta aƱos, en la historia de un oscuro funcionario que se trastoca en semidiĆ³s de un pueblo, bajo el amparo de la ConstituciĆ³n, la modernidad alemanista y la ley de la pistola. Una alegorĆ­a de la violencia polĆ­tica a travĆ©s de la sĆ”tira.

Seres humanos (1999), de Jorge Aguilera. Con Rafael SĆ”nchez Navarro, Clarissa Malheiros, Osvaldo Benavides. Aguilera y su guionista, AndrĆ©s GarcĆ­a Barrios, rechazan un cine explicativo y asĆ©ptico, para sumergirse en terrenos tortuosos como son los recuerdos traumĆ”ticos y la muerte de un ser querido, desde una perspectiva tan distante y reflexiva que evita cualquier asomo de melodrama y sentimentalismo. Una propuesta arriesgada llevada hasta las Ćŗltimas consecuencias con resultados satisfactorios.

De la calle (2000), de Gerardo Tort. Con Luis Fernando PeƱa, Maya Zapata, Armando HernĆ”ndez. Rufino, el hĆ©roe trĆ”gico de este relato escrito por Marina Stavenhagen e inspirado en la obra de JesĆŗs GonzĆ”lez DĆ”vila, se interna en la parte oscura de la naciĆ³n foxista, paranoica y semidestruida, controlada por una raza terrible y salvaje: la policĆ­a judicial. ReplanteĆ³ en otros tĆ©rminos el realismo de la urbe violentada y la vulnerabilidad de la infancia en un sistema social tan injusto como el nuestro.

El gavilĆ”n de la sierra (2000), de Juan Antonio de la Riva. Con Juan Ɓngel Esparza, Guillermo Larrea, Claudia Goitia. DesdeƱada por el pĆŗblico urbano, la pelĆ­cula recuperĆ³ de manera inteligente los sentimientos del campo mexicano, desde una suerte de thriller rural de proporciones trĆ”gicas inspirado en un caso de nota roja. Es la historia de dos hermanos de Durango: uno, compositor que aspira a cantar sus temas, y otro, orillado al crimen y al asalto a aserraderos y autobuses forĆ”neos.

Mil nubes de paz cercan el cielo, amor jamĆ”s acabarĆ”s de ser amor (2000), de JuliĆ”n HernĆ”ndez. Con Juan Carlos OrtuƱo, Juan Carlos Torres, Perla de la Rosa. El primer largo en 35 mm de JuliĆ”n HernĆ”ndez, Roberto Fiesco, productor, y Diego Arizmendi, fotĆ³grafo, es una obra apabullante y de una sencillez arrolladora. Un relato de pĆ©rdidas amorosas, protagonizada por un joven homosexual que deambula por una fantasmal ciudad de MĆ©xico y cuya premisa rebasa los estrechos lĆ­mites de un relato gay para transformarse en una historia de pasiĆ³n desgarrada.

Un mundo raro (2000), de Armando Casas. Con VĆ­ctor Hugo Arana, Emilio Guerrero, Ana Serradilla. Excepcional debut de Armando Casas: un inteligente ejemplo de un cine moderno y audaz, acorde con los lineamientos de la crisis fĆ­lmica, polĆ­tica y econĆ³mica actual. Una lograda farsa sobre la frustraciĆ³n y sobre los desposeĆ­dos que sueƱan con una oportunidad. Un relato sobre el precio de la fama y sus consecuencias lĆ­mite, ambientado en el medio mĆ”s estĆŗpido y frĆ­volo: la televisiĆ³n comercial.

Perfume de violetas (2000), de Maryse Sistach. Con Ximena Ayala, Nancy GutiƩrrez, Arcelia Ramƭrez. Escrita por su marido JosƩ Buil, la cinta recupera lo mejor de ambos cineastas: el retrato intimista y femenino y las precarias relaciones entre madres e hijas, y a su vez la nota roja y la violencia latente que alimenta la sociedad. Dos estudiantes de secundaria se convierten en amigas ƭntimas y bifurcan sus caminos de manera trƔgica, cuando una de ellas es violada con la complicidad de su hermanastro.

El sueƱo del caimĆ”n (2001), de Beto GĆ³mez. Con Rafael Velasco, Daniel GuzmĆ”n, Roberto Cobo. El realizador reincide en el tema de los perdedores de manera lĆŗdica y su peculiar estilo tan tosco, irreverente, divertido y abiertamente camp, que recuerda tanto a Juan Orol como a John Waters. Situaciones escatolĆ³gicas, una historia de amor apenas esbozada y un relato de solidaridad entre un grupo de fracasados que deciden cometer un atraco bancario en un pequeƱo pueblo de Jalisco.

Y tu mamĆ” tambiĆ©n (2001), de Alfonso CuarĆ³n. Con Diego Luna, Gael GarcĆ­a Bernal, Maribel VerdĆŗ. La relaciĆ³n entre dos amigos adolescentes de clases sociales distintas y una espaƱola que intenta dar un giro a su existencia cuando el trĆ­o emprende un viaje por caminos desconocidos de la costa oaxaqueƱa, marcĆ³ el regreso de CuarĆ³n a su patria y de su fotĆ³grafo Emmanuel Lubezki. Cuestionable aunque eficaz intento por acercarse al MĆ©xico real con sus injusticias y contradicciones.

Una de dos (2001), de Marcel Sisniega. Con Erika de la Llave, TiarĆ© Scanda, Antonio PeƱuƱuri. Divertida comedia rural, cercana a aquellas viejas cintas mexicanas de los cuarenta y cincuenta, en la que estĆ”n ausentes las tĆ­picas escenas de sexo, violencia y sordidez que se han convertido en lugar comĆŗn de nuestro cine. Inspirada en una novela de Daniel Sada, narra la historia de dos hermanas gemelas inseparables y el amorĆ­o que emprenden con el mismo hombre, un rancherote ingenuo y algo atarantado.

Temporada de patos (2004), de Fernando Eimbcke. Con Danny Perea, Enrique Arreola, Diego CataƱo, Daniel Miranda. Obra de gran frescura, que aporta divertidos e inteligentes trazos sobre la cultura del sinsentido adolescente, en la historia de dos treceaƱeros encerrados en un departamento de Tlatelolco, dispuestos a consumir alimentos chatarra y videojuegos, al tiempo que son interrumpidos por una extraƱa y simpĆ”tica vecina, un histĆ©rico repartidor de pizzas y un apagĆ³n que cambia sus planes.

Batalla en el cielo (2005), de Carlos Reygadas. Con Marcos HernĆ”ndez, Anapola Mushkadiz, Berta Ruiz. El filme del autor de la tambiĆ©n polĆ©mica JapĆ³n (2002), abre y cierra con una escena de sexo oral, de tal crudeza grĆ”fica que mereciĆ³ censura. Es un relato extremo, de imĆ”genes tan agresivas como reflexivas, capaz de sacudir al espectador mĆ”s pasivo y de crear mĆ”s dudas e interrogantes que propuestas de fondo y forma, pero que sin duda dejĆ³ huella profunda en nuestro Ć”mbito cultural.

Sangre (2005), de Amat Escalante. Con Cirilo Recio, Laura SaldaƱa, Claudia Orozco. Realizada sin apoyo y con actores no profesionales, Sangre se vale de un inclemente humor negro y realista, para narrar la vida cotidiana de seres mediocres y sin aspiraciones. Un burĆ³crata cuarentĆ³n poco agraciado fĆ­sicamente y su esposa, una mujer extremadamente celosa, pasan horas viendo la TV y mantienen una desinhibida relaciĆ³n de sexualidad que se rompe cuando aparece la adicta hija adolescente de Ć©l.

El mago (2005), de Jaime Aparicio. Con Erando GonzƔlez, Gustavo MuƱoz, Julissa. De un espƭritu fresco, espontƔneo y prƔcticamente amateur en el mejor sentido del tƩrmino, la cinta de Aparicio relata una historia entraƱable que le toca de cerca y que remite a una premisa del cine social sin ocultar sus ecos neorrealistas: los desposeƭdos que sueƱan con una oportunidad y que intentan levantarse ante las adversidades; un mago callejero y desahuciado intenta recuperar un amor de juventud.

1973 (2005), de Antonino Isordia. Con Rodolfo Escogido, MarĆ­a Fernanda Ramos MacĆ­n, Alejandro Cota. InsĆ³lita obra documental que narra tres historias: la de un porro y lĆ­der estudiantil del IPN, ligado a oscuras estrategias electorales. La espiral de violencia, drogas y desequilibrio emocional de una joven autodestructiva. Y la de un mitĆ³mano psicĆ³pata, que decide asesinar a sus hermanos y a su madre, arrastrando a un grupo de amigos. Uno de los relatos mĆ”s terribles y provocadores de nuestro cine.

AsĆ­ (2005), de Mario JesĆŗs Lozano. Con Roberto GarcĆ­a SuĆ”rez, Oliver CantĆŗ, Berenice Almaguer. PelĆ­cula dura, arriesgada, valiente y original. Un ejemplo de lo que puede hacerse con recursos mĆ­nimos, utilizados con inteligencia y contundencia dramĆ”tica. Un relato que enfrenta, perturba y es capaz de mover emociones y encender debates, que incide en un aparentemente banal triĆ”ngulo adolescente, observado en planos fijos de 32 segundos que ocurren justo a las 23 horas con 32 minutos.

En el hoyo (2006), de Juan Carlos Rulfo. Notable obra que revela un insospechado humanismo y otorga nombres y rostros a aquellos miles de fantasmas a los que nadie mira y que sostienen entre varillas y toneladas de tierra el impulso del futuro. El documental no sĆ³lo se solidariza con sus personajes repletos de matices y alardes machistas, sino que los trata con respeto y dignidad, en esta historia sobre un grupo de obreros responsables de la construcciĆ³n del segundo piso del PerifĆ©rico.

Morirse en domingo (2006), de Daniel Gruener. Con Humberto Busto, Maya Zapata, Silverio Palacios. Inscrita en un tema casi inexistente en nuestra cinematografĆ­a: el humor negro, cruel y despiadado, la cinta logra sacar partido de ese gran negocio que es la muerte en nuestro paĆ­s ā€“pensiones de fallecidos, venta de cadĆ”veres, desaparecidos, burocracias legales y mĆ”sā€“, al narrar las peripecias que sufre una familia cuando uno de sus miembros tiene la desgracia de morir en domingo.

La vida inmune (2006), de RamĆ³n Cervantes. Con Carmen Beato, RocĆ­o Verdejo, Sandra RodrĆ­guez. Relato de gran sutileza, donde el crimen y la fantasĆ­a parecen la Ćŗnica salida al caos moral. Historia de pĆ©rdidas fĆ­sicas y emocionales, en la que, bajo alegorĆ­as telĆŗricas ā€“como la inexplicable fuerza de la naturaleza o la inmunidad fĆ­sica de la protagonista: una mujer viuda a cargo de sus tres hijasā€“ se adivinan las falsas salidas de una sociedad encaminada al fracaso desde los aƱos sesenta a la fecha.

El violĆ­n (2006), de Francisco Vargas. Con Dagoberto Gama, Gerardo Taracena, Ɓngel Tavira. PelĆ­cula perfecta, de una contundencia dramĆ”tica fuera de serie a pesar de su aparente sencillez. De manera inteligente, los sucesos que aquĆ­ se narran no tienen fecha, ni ubicaciĆ³n especĆ­fica: puede ser 1968, los aƱos setenta, 1994 o 2007, Chiapas, Guerrero, MichoacĆ”n o el Ajusco, en la historia de una rebeliĆ³n popular que se gesta desde el silencio y la indignaciĆ³n que abarca a hombres, mujeres, ancianos y niƱos.

Drama/Mex (2006), de Gerardo Naranjo. Con Diana GarcĆ­a, Miriana Mora, Fernando Becerril. InstantĆ”nea cinta de culto independiente, a medio camino anĆ­mico entre el Godard de Sin aliento (1959) y ParaĆ­so (1969) de Luis Alcoriza. Muestra de un ultramoderno cine nacional no exento de pretensiones, que plantea abismos e intenta reflejar problemĆ”ticas y emociones actuales sin complacencias, ni fĆ³rmulas genĆ©ricas, y lo hace con la misma frescura, arrogancia e irresponsabilidad que la de sus protagonistas adolescentes en una noche de farra acapulqueƱa. ~

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