Camino encorvado por mi carga de fantasmas.
Siento que no haya sangre sino humo en mis entraรฑas,
Pero cรณmo pesa, cรณmo hunde la pisada de cada pie hasta volverla abismo.
Cambio mis fantasmas por una tribu de ranas y zarigรผeyas,
Cambio mis fantasmas por un sรฉquito de leones y remolinos;
Los cambio en verdad por un plato de lava caliente.
Se hizo arrojadizo el corazรณn y yo te lo envรญo
Antes de que tanto fantasma me vuelva bruma las serviciales mรฉdulas.
Que un rayo parta al rayo mismo.
Que la luz de adentro fluya entre mis labios
Como un bosque de miel para ti que no pesas,
Para ti que no eres lastre que inventa jorobas para los reciรฉn nacidos.
Vuelve a la carga mi batallรณn de flores.
En la hostia una pequeรฑa fractura denuncia la sangre divina.
El cielo y la tierra se juntan hasta que sรณlo los separa
Un รกlamo que agita su follaje como un pandero.
Ya me vence mi muerte, los fantasmas atan mi cuerpo
En profundos esqueletos de coral.
Doy vueltas a la noria, conozco mi deber de esclavo,
Pero no conozco a mi dueรฑo, ni sรฉ por quรฉ estoy aquรญ. –