Tuvieron que pasar dos décadas para que el bestseller de Süskind fuera trasladado al cine. Aunque corre a cargo del también alemán Tykwer, cuya fibra fílmica se antoja a prueba de balas; aunque desde el punto de vista técnico resulta impecable; aunque consigue traducir el delirio olfativo del protagonista al lenguaje visual, la adaptación, sin embargo, no acaba de convencer. Quizá se deba a que Ben Whishaw y Dustin Hoffman, que interpretan al perfumista asesino y su tutor, parecen fuera de lugar; o a que el máximo objeto del deseo es encarnado por una actriz novel y desabrida; o a que la narración en off de John Hurt sale sobrando: el asunto es que Tykwer denota incomodidad dentro del saco histórico. ~
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