Cuando un mundo vencido
se impone como una vasta tristeza
de gaitas que sollozan
la bruma alrededor se cierne
y baja
para asir nuestra sombra
Cargados velos de humedad se tienden
y una mujer que canta
nos recuerda que un dios o una diosa
no tiene forma humana
que la surgente danza
es dicha en movimiento
Y una lid de metales
señala que el sonido
se multiplica según vayan consintiéndolo
nuestras expectativas de delicia
Así —ya en Delfos—
¿cómo no reírse de su Apolo?
No hay parangón posible
El dios genuino insiste en ocultarse
a la par que en mostrarse
La música sinuosa
o lacia apunta crótalos
y un trazo de serpiente
viva en las frescas sienes
Hoy es el primero
entre todos los días
que se repite sólo cuando danzas. –
Libros de azar
Deshacerse de un libro ya leído parece ingrato, si gustó. Más aún si fue un regalo y está dedicado. Además, cancela la oportunidad de releerlo, aunque…
García Márquez rompe un libro
Allá por 1976 dos jóvenes fueron a entrevistar a García Márquez a su casa
La teología salvaje
¿Cómo se fabrica un dios? Llevamos casi catorce años observando cómo se desarrolla la respuesta a esta pregunta. Al principio, todo era más sutil. Pero, a medida que ha ido pasando el…
Navidad
Papá y mis hermanas estaban hacía meses en algún lugar de la selva y esa Navidad la pasamos a solas con mamá. Fue la mejor de mi vida. No debería decirlo, era nuestro secreto, pero lo diré:…
RELACIONADAS
NOTAS AL PIE
AUTORES