Paulo Mendes da Rocha

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El arquitecto Paulo Mendes da Rocha ha recibido el Premio Mies van der Rohe de Arquitectura para Latinoamérica por la reforma de la Pinacoteca de Sao Paulo, su ciudad natal. Este ensayo es una valoración de la obra completa de este impar creador brasileño.
La diferencia entre un arquitecto bueno y uno malo es que éste cae en todas las tentaciones y el bueno las resiste.
— Ludwig WittgensteinPaulo Mendes da Rocha fue descubierto por los medios de comunicación internacionales por la aparente similitud de su obra con el floreciente minimalismo de los primeros años noventa. Como indica su biógrafa Ruth Verde Zein, su arquitectura es fuerte y sencilla. El rigor y claridad de sus propuestas provienen de su formación como arquitectoobstinadamente moderno y en el énfasis ético del discurso paulista, que iniciaran Lina Bo Bardi y Vilanova Artigas a mitad del siglo XX. Su actitud, radicalmentemoderna, no se aletargó durante la dictadura brasileña ni se truncó después,durante la difícil travesía por los años ochenta, bombardeada de travestismo historicista y piñatas contextualistas. En esos años de predominio posmoderno en que primaba la fascinación simbólica, sólo los arquitectos high-tech y los tardomodernos exploraron los límites de la construcción y la tecnología. Mendes da Rocha fue uno de ellos. Siempre atento al rigor estructural y a la riqueza de las experienciasespaciales, y poco preocupado por los aspectos simbólicos de la arquitectura, su obra se ha relacionado con el minimalismo de los últimos años del pasado siglo XX, quizás más en apariencia que en esencia. Aunque, como indica Hans Ibelings en su libro Supermodernismo, en ciertomodo la arquitectura actual —supermoderna, minimalista— es una versiónsuperlativa de la arquitectura moderna.
     La arquitectura minimalista busca la reducción drástica frente al desorden, condensando en su esencia cada elemento, cada detalle. También la arquitectura moderna propugnaba la desnudez estructural —Ludwig Mies van der Rohe—, elornamento como delito —Adolf Loos—, el interés por la tecnología constructiva —Walter Gropius— o la independenciaentre piel y osamenta, entre fachada y estructura —Le Corbusier. Así, el reciente minimalismo se fascina por el aspecto tecnológico de la arquitectura, evitando lo irrelevante para enfatizar lo importante. Pero, a su vez, el minimalismo o el supermodernismo tienen que ver con la tersura de las pieles de vidrio que recubren sus edificios. Mientras que la arquitectura minimalista busca su desmaterialización y su evanescencia, la de Paulo Mendes da Rocha es corpórea y musculosa. Ninguna hace referencia a nada fuera de sí misma, aunque los edificios minimalistas separan taxidérmicamente la piel y la estructura: sugieren más que muestran. La piel de los edificios modernos del arquitecto paulista es su propia estructura, priorizando la experiencia directa del espacio, los materiales y la luz.
     Mendes da Rocha sigue siendo unarquitecto moderno soberbio y acaba de recibir un merecido reconocimiento internacional: es el ganador del Premio Mies van der Rohe para Latinoamérica con la reforma de la Pinacoteca del Estado de Sao Paulo. Este premio lo otorga la Fundación Mies van der Rohe, que tiene por sede el famoso pabellón que el arquitecto alemán construyó en Barcelona. Desde 1988 dicha fundación concede cada dos años un galardón a aquella obra europea que se considere excepcional en el ámbito de la arquitectura contemporánea. Cabe destacar entre los premiados a Alvaro Siza, Norman Foster, Dominique Perrault y Peter Zumthor.
     A partir de 1998 el mismo concepto se reproduce dentro del ámbito latinoamericano. En la primera convocatoria de este premio bianual fue galardonado el edificio Televisa de la Ciudad de México,diseñado por TEN Arquitectos.

En esa ocasión el Museo Brasileño de Escultura en Sao Paulo, de Paulo Mendes da Rocha, quedó finalista. El jurado prefirió la estrategia de contemporaneidad delcono elíptico mexicano a la severa contundencia del museo paulista, que sesumerge en el terreno y una sola losa de concreto de más de sesenta metros declaro resuelve el acceso, las áreas de exposición cubiertas exteriores y la ima-gen urbana del centro de exposiciones.Ahora, Mendes da Rocha ha recibido elpremio por la remodelación de la Pinacoteca del Estado de Sao Paulo, edificio ecléctico construido a principios del siglo XX, siguiendo los cánones importados de la arquitectura europea decimonónica. El museo y la estación de tren —construida por los ingleses a mediados del siglo XIX — conformaban el primer ensanche del centro pequeñoburgués de Sao Paulo, dispuesto a convertirse en una gran ciudad industrial. En la remodelación del edificio inconcluso de la Pinacoteca Mendes da Rocha acepta los límites del volumen compacto, simétrico y masivo original. Su principal intervención consiste en reubicar el acceso principal del museo sobre el eje secundario, perpendicular al principal. Así, no sólo transgrede el orden clasicista y jerárquico delmodelo Beaux Arts, sino que dota a la nueva Pinacoteca de iconoclástica modernidad: elude la perspectiva central y monumental, y apuesta por un recorrido por los vacíos. Los patios que antes iluminaban discretamente las salas a través de sus ventanas, ahora son el eje vertebrador de la intervención. Todo el museo se vuelca hacia ellos; las ventanas se despojan de sus carpinterías; las paredes pierden los pocos revestimientos con quecontaba el edificio original inacabado; y unas pasarelas que redundan en el nuevo eje vertebrador cruzan los patios, ofreciendo una nueva lectura del espacio. A su vez, una cubierta de estructura metálica cerrada con vidrio asegura las condiciones técnicas del nuevo museo, inundándolo de luz. En uno de los patios se instala un gran elevador-montacargas y el patiocentral se excava para alojar un pequeño auditorio subterráneo. Al exterior, eledificio desnudo y cerrado pierde todo ornamento, conservando solamente los marcos de las ventanas tapiadas. Éstas ya no iluminan el interior introvertido de la nueva pinacoteca, aunque mantienen el ritmo original del edificio.
     El Centro Cultural FIESP de Mendes da Rocha también quedó seleccionado para el mismo premio. Este pequeñocentro cultural está a medio caminoentre reforma, reciclaje y obra nueva. Se trata de una intervención en los niveles inferiores de acceso de una pretenciosa torre proyectada en los años setenta en la Avenida Paulista, importante eje financiero y de negocios de Sao Paulo. Lapropuesta elimina, suprime, limpia, depura, hasta sacar a la luz las cualidades del edificio existente. Mendes da Rocha interviene con precisión quirúrgica y miesiana para dejar una caja flotante deacero y vidrio que alberga el nuevo centro cultural. Lejos de la aparente levedad minimalista, la estructura de acero que lo hace posible es fuerte, rigurosa y blanca. Heredera de la tradición paulista, abre un nuevo espacio a la ciudad, al liberar la planta baja, y responde a una cierta estrategia urbana presente en sus anteriores proyectos.
     Con estas tres obras recientes Paulo Mendes da Rocha corona una itinerario profesional guiado por un discurso más ético que estético, aunque las favorables circunstancias de este reciente cambio de milenio lo asocian con el formalismoriguroso y ascético de las recientes corrientes minimalistas.
     Tardomoderno quizás. Supermoderno o minimalista, es probable. Pero, sin duda, Mendes da Rocha sigue siendo un moderno incombustible. –

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